La detención de personas sobre la mesa: ¿sirven las cárceles? El debate cobró fuerza de la mano de la multiplicación de hechos delictivos desde los penales provinciales y federales. Las declaraciones de funcionarios ligados a la población carcelaria indican que los internos de alto perfil no demuestran signos de querer cambiar de vida y la reincidencia es elevadísima.
En una charla con Desde la Redacción, Fernando Benítez, representante de Tercer Tiempo, una fundación dedicada a acompañar en el camino de resocialización de presos en Santa Fe, compartió su mirada sobre la escena carcelaria en la que destacó un alto nivel de violencia, incluso habló de “deshumanización” y la retroalimentación entre el “afuera” y el “adentro”.
“No trabajamos con presos de alto perfil”, advirtió y compartió una anécdota ilustrativa sobre los motivos que los alejaron de ellos: “Llegó un momento que en el juego (el rugby), salía uno de alto perfil famoso que tenemos no le podíamos tocar la pelota porque automáticamente lo rodeaban 10 personas, tenía su propio ejército que lo cuidaba”, mencionó y agregó: “Hay una construcción puertas adentro del pabellón cuando se cierra la reja para adentro”.
Benítez acordó con la jefa de unidad de Balaceras, Valeria Haurigot sobre la ausencia de motivación de parte de este tipo de interno. “No ven otro camino que no sea una vida ilícita”, confió y consideró algunas alternativas para modificar esta situación que impide que la instancia de la detención sea un tiempo de recapacitar. Entre las claves que acercó, está el acompañamiento de los internos cuando salen en libertad.
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