Este martes se reanuda el juicio por la muerte de Diego Maradona. En la audiencia de la jornada está previsto que se le tome declaración a Santiago Giorello, dueño de la casa donde el ex futbolista pasó sus últimos días, y también Andrea Jordan, quien se encargaba de negociar el alquiler de la propiedad.
Durante la instrucción de la causa, Jordan ya había dado testimonio. Explicó que tenía una inmobiliaria en Nordelta desde hace unos diez años y que solía trabajar principalmente con extranjeros y futbolistas.
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Con respecto a quién gestionaba las casas, explicó que era Vanesa Morla, la hermana del abogado de Maradona, quien inició el contacto. En ese momento, los allegados al Diez buscaban una propiedad para quedarse unos dos meses con un presupuesto de 20 mil dólares para la totalidad del contrato.
“En esa oportunidad participaron mucho las hijas (en la elección de la casa). Fue la primera vez que ellas participaban. A la que vi en videollamada fue a Giannina, pero no la conozco personalmente”, contó en su momento.
Después de un largo proceso, la corredora inmobiliaria sostuvo que la casa que se alquiló fue aprobada por el propio Maradona y por Giannina, su hija. “Hicimos varias videollamadas por WhatsApp, con Vanesa, Maxi (Pomargo, su asistente personal) y la última con Diego y Giannina, y no sé si alguien más. El video era yo desde la casa mostrándoles todo, bajando y subiendo escaleras. Les dije todo para que quede clarísimo”, indicó.
“Luego vimos el tema seguridad, porque a Diego le preocupaba la privacidad. Tipo 12.00 y 13.00 fue la última videollamada con Diego. Después me dijeron que estaba ok y que lo cerrara. El total fue de U$S16.000 por un plazo que iba del 9 o 10 de noviembre hasta el 31 de enero. Les dije de seguir hasta febrero, pero no quisieron. Parece que Diego se quería ir, él quería estar en zona sur. Se ve que estaba ahí solo para estar cerca de la familia. Eso es lo que pienso yo", consideró.
Por el lado del dueño de la casa, Santiago Giorgello, también prestó declaración durante la instrucción. Afirmó que la alquiló por “necesidades económicas” y que a mediados de octubre se la ofreció a un vecino que sabía que se dedicaba a los alquileres temporales.
Este vecino le consultó si estaba dispuesto a entregarla desde lo inmediato hasta fines de enero y Giorello accedió. En ese momento se pusieron en contacto con la inmobiliaria “Jordan Camus” y arreglaron las condiciones.
Sin embargo, recién cuando terminó de arreglar con la inmobiliaria se enteró de que el inquilino iba a ser nada más ni nada menos que Maradona. “Nos sorprendimos. Veníamos siguiendo por la tele que Maradona era una persona que salía de una internación, por eso tuvimos las dudas”, sostuvo, aunque finalmente aceptó.
“Ese mismo día nos pusimos a embalar la casa, dejando una habitación cerrada en el primer piso con todas nuestras pertenencias”, señaló. Cuando se enteró del fallecimiento, contó que se puso a disposición de Vanesa Morla y Maxi Pomargo: “Al día de hoy que no me respondieron”.