Las quejas matinales sobre descansos interrumpidos, noches de desvelo o sueño liviano abundan en estos días de cuarentena. Al parecer, cuesta descansar adecuadamente y las tareas diurnas se vuelven más pesadas. También en el marco del aislamiento, hay personas, sobre todo, adolescentes y jóvenes que han cambiado por completo sus rutinas. ¿Puede haber solución a todo esto?
El doctor especialista en trastornos del sueño, Claudio Aldaz, confirmó en Radiópolis (Radio 2) que hay salidas posibles. “Estamos hablando de la existencia de insomnio o dificultades de conciliar el sueño por las dificultades emocionales que trae todo esto”, dijo en relación al aislamiento social. “La gente está preocupada por el contagio, por la pérdida del empleo, por lo económico y lleva a su cama todas las preocupaciones entonces sufre de pensamientos recurrentes”, describió. “Pasa que les cuesta conciliar el sueño, se levantan y se acuestan, el sueño se fragmenta sobre todo en personalidades que son experimentan esto con alguna frecuencia”, indicó el profesional.
La forma de evitar que la noche sea una pesadilla es tener un día activo y ordenado. “Hay que cuidar la alimentación, mantener actividad física y si persiste, se puede indicar algún ansiolítico en pequeñas dosis”, recomendó. Luego consultado por los oyentes de la radio sobre la influencia del alcohol y el sexo en el buen dormir, respondió: “Si la persona siente que puede disfrutar de una copa en la cena, sin excesos, puede ayudar y el sexo también, debemos saber que su práctica es parte de la buena salud”.
Otra situación que se evidencia por estos días es la modificación de los horarios de sueño, sobre todo, en los más jóvenes que sin escuela o universidad, pasan muchas horas de la noche conectados a las redes sociales. “Hay que intentar conservar los horarios como si se continuara trabajando o estudiando”, sugirió Aldaz.
A pesar de que reconoció que los jóvenes tienen “plasticidad para dormir”, advirtió: “Cuando deban volver a la rutina el esfuerzo será enorme”.
“Tenemos que tratar de que el sueño no venga cuando quiera, hay que pensar que el marcador biológico del ser humano es el sol”, observó.