Este martes se cumple un mes de la terrible masacre sobre población civil israelí. El sábado 7 de octubre Hamás, el grupo armado palestino que controla la Franja de Gaza, atacó por sorpresa sobre territorio aledaño y mató a más de 1.400 personas en sus casas, en un festival de música y en las calles. En represalia, el gobierno de Netanyahu prometió destruir a Hamás. ¿En qué situación se encuentran, un mes después, cada uno de los actores principales de este conflicto? Echemos un vistazo.
Israel: el gobierno de Benjamín Netanyahu
Hay hechos que dan a entender que Netanyahu tiene como primer y principal objetivo político su propia supervivencia. Y esto, por encima de la guerra que su país está enfrentando contra Hamás. El mandatario es un actor polarizante que carga en sus espaldas causas de corrupción que lo aplastarán si se aparta del poder. Es en ese contexto que maneja las relaciones e intereses del Estado de Israel. Y apenas intenta apaciguar, sosegar o serenar a un país traumatizado.
El Primer Ministro no solamente esquiva una y otra vez hacerse cargo de lo sucedido, sino que busca culpables y fisuras hacia dentro. Aunque los cuestionamientos por su respuesta a la crisis, tienen que ver con no haber brindado a la Nación algún discurso conmovedor y edificante, que logre aunar los sentimientos patrios ante este gran shock colectivo. El ataque de Hamás ha hundido aún más su popularidad. Aunque, la mayoría prefiere posponer el debate para cuando termine la guerra.
Franja de Gaza: el gobierno de Hamás
En este momento Hamás pasó a tener una posición meramente defensiva con más de 200 rehenes en su poder. Esto puede permitirle llegar a algún tipo de negociación y, tal vez, adquirir alguna ventaja. Más allá de eso, el grupo se encuentra totalmente cercado por las fuerzas militares y de inteligencia de Israel.
Hoy su capacidad de movimiento se presenta restringida a la Franja de Gaza y encima bajo tierra. Son largos kilómetros de túneles, construidos para este propósito. Lo que provoca que el combate con las fuerzas israelíes sea de guerrilla urbana, con los milicianos de Hamás emergiendo de estos corredores subterráneos y escondites para atacar y volver a ocultarse. Por lo que los grandes logros del grupo, apenas si estarán allí, sino en encontrar apoyo y simpatía de otros países u organizaciones.
Cisjordania: el gobierno de Mahmud Abás
El otro territorio palestino, Cisjordania, es presidido por Mahmud Abás y su partido Al Fatah, que controla la semiautónoma Autoridad Palestina. Éste lleva 16 años sin celebrar elecciones, y hoy en día es ampliamente considerada antidemocrática y corrupta. Es Abás quien está reconocido como el verdadero interlocutor en representación de los palestinos por parte de la comunidad internacional. Sin embargo, su poder es limitado y su popularidad y capacidad de gobierno se encuentran muy reducidas.
La creciente violencia en Cisjordania está poniendo al mandatario bajo presión. En los últimos días, los colonos israelíes han estado impidiendo, a través de ataques organizados, que los palestinos puedan recoger las aceitunas de los olivos. Con lo que podría hacerles perder toda la cosecha, el único medio de sustento que tienen muchas familias para el resto del año. Cisjordaia se enfrenta a la posibilidad de un grave vacío de poder cuando el presidente, Mahmoud Abás, de 88 años, muera o abandone el cargo.
El Líbano: el posicionamiento de Hezbollah
Este grupo islamista, considerado terrorista por muchos países de occidente, se encuentra profundamente arraigado en la sociedad libanesa. Tiene un ala política y otra militar. Hezbollah apoya a Hamás, muchos lo consideran una especie de hermano mayor, además de tener estrechos vínculos con Irán. El viernes, habló para las multitudes, su líder Nassan Nasrallah.
Este se desvinculó de los atentados afirmando que “fue una operación 100 por ciento palestina”. Aunque a su vez, lo calificó como un acto “bendito y heroico”. En su discurso, Nasrallah ha advertido de una guerra "total" en la región si Israel ataca a su país. Sus palabras, muy esperadas entre los países vecinos árabes, fueron bastante cautas.
Irán: el régimen del ayatolá Ali Jamenei
Aunque Irán desde el principio negó tener algo que ver con la agresión, no ha escatimado elogios al grupo islamista palestino. Existe un denominador ideológico común que los une: el rechazo a Israel. Además, Hamás es un diestro alumno del conocido “eje de resistencia”, una red de milicias financiadas y entrenadas por Irán en diferentes países de la región.
Si bien la postura de Irán también ha sido bastante cauta, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, calificó de “genocidio” los bombardeos de Gaza. En tanto el presidente Ebrahim Raisí afirmó en X que “los crímenes del régimen sionista han cruzado las líneas rojas, lo que puede forzar a todos a actuar”.
Los Países Árabes: el vecindario
El asedio israelí sobre la Franja de Gaza ha generado manifestaciones y protestas prácticamente en todo Medio Oriente. Ha habido una creciente presión pública para que los mandatarios corten los lazos que establecieron con Israel. En Marruecos, decenas de miles de personas han salido a las calles de Rabat para apoyar a los palestinos. En Bahréin, un país que apenas permite protestas, cientos de personas marcharon frente a la embajada israelí en Manama.
Los Acuerdos de Abraham de 2020, auspiciados por Estados Unidos y destinados a lograr un mayor reconocimiento de Israel en el mundo árabe, allanaron el camino para acuerdos comerciales y de cooperación militar con Bahréin, Marruecos, Sudán y los Emiratos Árabes Unidos. Estos hoy están siendo cuestionados. Lo que genera embarazosos inconvenientes a los gobiernos que, en los últimos años, han sabido sacar provecho de las ventajas de estrechar vínculos militares y económicos con el próspero vecino.
También ocurrieron manifestaciones en Egipto, que mantiene lazos con Israel desde hace décadas. Allí los manifestantes se concentraron en ciudades y universidades coreando "Muerte a Israel". En tanto, en Túnez una comisión parlamentaria presentó un proyecto de ley que penaliza la normalización de relaciones con Israel. Y el famoso acuerdo que estaban a punto de alcanzar Israel y Arabia Saudita, es probable que al menos se paralice por un tiempo.
Estados Unidos: la potencia mundial
Todo parece indicar que Estados Unidos está más involucrado de lo que se conoce. Hasta el momento, han ocurrido al menos tres visitas a Israel, con presencias de alto nivel: en tres oportunidades viajó el Secretario de Estado Antony Blinken y una el mismo presidente Joe Biden. Esto muestra el apoyo e interés del país norteamericano en la región. Y, al menos de la boca para afuera, hay preocupación por los asesinatos de civiles gazatíes.
Se conoce que han sido enviadas a Israel, varias docenas de comandos estadounidenses, para ayudar a asesorar en las tareas de recuperación de rehenes. Además de haber desplegado dos portaaviones y cientos de tropas en Medio Oriente. Pero parece que hay más.
Según dos funcionarios del Departamento de Defensa y un análisis de The New York Times, el ejército estadounidense está volando drones de vigilancia sobre la Franja de Gaza. Estos aseguran que los aviones no tripulados están siendo utilizados para ayudar en los esfuerzos de recuperación de rehenes. A lo que se le suma que el ejército estadounidense ha estado proporcionando ayuda militar, incluidas bombas y proyectiles de artillería a Israel.
Un dato a modo de cierre
Los constantes bombardeos israelíes y el asedio sobre la Franja de Gaza están comenzando a desmoronar el orden civil del reducido territorio. Desde Naciones Unidas, que trabaja en el lugar, informaron esta semana que miles de residentes irrumpieron en varios almacenes y centros de distribución de ayuda llevando suministros básicos. La última cifra de muertes palestinas proporcionada por el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, supera las 9 mil, de las cuales alrededor del 65 por ciento son niños y mujeres.
El editor internacional de BBC News, Jeremy Bowen, sacó a la luz una cruel comparación, y afirma que estos números son similares a los provocados por la invasión rusa en Ucrania. Naciones Unidas estima que unos 9.700 civiles han muerto desde el inicio del conflicto en febrero de 2022. Bowen realiza el siguiente cálculo: seguramente algunos palestinos muertos hayan sido miembros de Hamás pero, teniendo mucha consideración, no serían más de un 10 por ciento de ellos. Esto quiere decir que en un mes, Israel ha matado prácticamente a tantos civiles palestinos como Rusia en Ucrania en 21 meses de enfrentamientos.