Que la verborragia inflamada y el show escénico no tapen lo esencial. Digámoslo en el mismo tono bíblico que gusta usar Javier Milei: …y al octogésimo segundo día de su gestión, el presidente creó el diálogo.

El presidente cedió, convocó a acordar algunas cuestiones básicas, esencialmente a los gobernadores. Les marcó el cuero con sus latigazos verbales y les recortó la billetera, pero no pudo doblegarlos. No es casualidad que el recule se diera en la apertura de sesiones ordinarias, es decir cuando el Congreso recupera el control de la agenda parlamentaria.

Las derrotas en el Congreso maduraban si no le imprimía un giro a las relaciones con el sistema político-institucional. Victoria Villarruel ya no podía sostener en pie el mega DNU 70/24 en el Senado y los remisos ministros Nicolás Posse y Luis Caputo finalmente deberán ir al Congreso. Los gobernadores iban a avanzar en el Congreso para resolver sus necesidades. La restitución del Fondo de Incentivo Docente por ley también estaba encaminada, entre otros temas.

Milei reculó sin perder el estilo, con habilidad e inteligencia, sobreactuando condicionamientos a los demás y con mucha consigna anti “casta” para no defraudar a su público. Y lo hace en el momento justo, en el peor desde que asumió, cuando afloran con toda crudeza las consecuencias económicas y sociales de la licuación y la motosierra.

En rigor, los gobernadores estaban al tanto de que iban a ser convocados, aunque no sabían cómo y de qué forma. Se lo habían dejado trascender los interlocutores a los que Milei habilitó a mantener conversaciones informales: el asesor estrella Santiago Caputo, el jefe de Gabinete Nicolás Posse y los ministros de Interior y Economía, Guillermo Francos y Luis Caputo.

La propuesta de firmar un pacto el 25 de mayo es una quimera. Arranca con el presidente proponiendo algo sobre lo que afirma “no tener expectativas”, pero que es “una última oportunidad” que le da a los gobernadores, que a su vez sienten la misma desconfianza por el presidente.

Los gobernadores tienen por ahora una relación de desconfianza con Milei.

La base de la convocatoria son diez puntos que dicen poco y nada. Hoy son diez títulos genéricos para que los medios hablen, opinen, y llamen a los políticos para pedirles la opinión sobre un pacto que no es más que una expresión de deseos que concitan la adhesión de mayorías, pero lo importante es la letra chica. Cómo se hace, quién resigna, cómo se congenian los intereses sectoriales y geográficos. 

El pacto es una zanahoria que el presidente cuelga delante del Congreso que le permite ganar tiempo. Los que pedían diálogo, ahora no pueden negarse a dialogar. Los gobernadores experimentan sensaciones contrapuestas: por un lado creen, con razón, que el presidente busca entretenerlos para al final del camino patear la mesa de nuevo como hizo con la ley ómnibus; por el otro lado saben que Milei tiene la misma necesidad que ellos de llegar a un acuerdo por los recursos.

El presidente puso como condición para firmar el pacto en la tierra donde nació su perro Conan la aprobación de la fracasada ley ómnibus. Otra forma de decir con cara de malo que ahora sí está dispuesto a negociar los términos de esa ley que desde Israel ordenó retirarla del Congreso. 

La pregunta es: ¿cuál ley ómnibus, presidente? ¿La del texto original, o la de los cambios que había empezado a introducir el Congreso? ¿Ley ómnibus de nuevo u ómnibus desguazado por capítulos en leyes distintas como le pedía la oposición dialoguista? En términos del gobierno de Santa Fe: ¿con aumento de retenciones industriales o sin ellas? ¿Con qué Régimen de Biocombustibles?

Lo curioso es que el presidente omite referirse a lo que está pasando en la calle y la economía con el ajuste. El cordobés Martín Llaryora lo resaltó: “A este plan fiscal le falta un plan productivo, porque sino el plan fiscal se cae”. 

La presidenta del Partido Socialista Mónica Fein también resaltó que “no hubo nada en el discurso referido a la situación actual, a la producción, educación, ciencia y tecnología”, pero hizo notar que el Congreso recuperó autonomía y puede discutir su propia agenda, además de la que proponga el Ejecutivo.

Eduardo Toniolli describió la convocatoria al diálogo como “una extorsión a los gobernadores” y dijo que MIlei “no aprende la lección de enero con la ley ómnibus, que no se puede gobernar -ni legislar- contra los intereses del 90% de los argentinos”.

El diputado del PRO Alejandro Bongiovanni también advirtió “cierta transigencia” en la convocatoria al pacto. Dijo que se sintió interpelado por el discurso y destacó como “un aspecto particular (¿positivo?) de Milei “el no temor a irse mañana”.

“Fue un discurso en el que estuvo una hora preparando el terreno para el retroceso en los 15 minutos finales”, definió con precisión un dirigente de la llamada oposición dialoguista. Ese fue el hecho político trascendente al que asistió la Argentina la noche del viernes.
No desistamos del tono bíblico. En el día 83 de la era Milei, dio inicio al capítulo dos de su gobierno.

Seguridad

 


A la conmoción inicial que provocó en el gobierno provincial el ataque armado a un transporte de agentes penitenciarios, le siguió el alivio de saber que solo tres agentes resultaron con lesiones leves. El gobernador, que es un hombre de fe profunda, agradece una y otra vez que Dios los ayude en su cruzada contra las bandas que operan desde las cárceles, al igual que aquella noche que un sicario se dispuso a disparar en un bar de bulevar Rondeau y el arma se trabó.

Los atacantes dejaron un mensaje referido al régimen de presos de alto perfil que impuso el gobierno. El ministro Cococcioni respondió con palabras del gobernador: “No vamos a retroceder ni un milímetro”. Anunció nuevos recortes de visitas y otras medidas de endurecimiento de las condiciones de detención para determinas reos.

El gobierno accionó el primer día el régimen de alto perfil, basado en un diagnóstico y un plan que, según los funcionarios, preveía este tipo de “vueltos”. La pregunta del millón es qué respuesta tiene preparada para el caso que no ayuden Dios, la suerte o lo que sea.

El balance, muy provisorio, de los primeros 80 días de gestión avala el diagnóstico y la convicción de Pullaro y Cococcioni de que el control de los homicidios en la calle comienza con la redefinición de las rutinas carcelarias. Los crímenes se redujeron en comparación con los meses de enero y febrero del año pasado, pero el gobernador y ministro no se suben al caballo. Saben que las estadísticas de seguridad requieren comparación en tiempos más extensos, de años, porque nada es de un día para el otro, y porque lo normal son los avances y retrocesos, hasta que se logren resultados estables.

Sin embargo, los mejores propagandistas de Pullaro y Cococcioni son Patricia Bullrich y el rosarino Federico Angelini, quien pareciera afincarse del lado Bullrich de la vida interna del PRO, sobre todo después de que Mauricio Macri le diera el aval para disputar la conducción del partido en Santa Fe a la vicegobernadora Gisela Scaglia. Bullrich sabe que no es serio exhibir como un logro (menos propio) una baja mensual de homicidios, pero aun así avanza. La mueve la necesidad del gobierno nacional de cada día montar una distracción distinta que desvíe el acento sobre el ajuste, los precios, la recesión que paraliza a Acindar y la licuación de ingresos.

Educación 

 

Con respecto a ingresos, esta semana los gremios docentes volverán a parar, superponiendo medidas definidas a nivel nacional y provincial. Mientras lo nacional no se encause será muy difícil hacerlo en las provincias. Mañana el gobierno volverá a convocar a los docentes, pero la lógica indica que no hay que poner grandes expectativas en una oferta superadora mientras el gobierno nacional no dé señales de querer resolver primero el conflicto que condiciona a las 24 jurisdicciones. 

La Casa Gris enfocó en la suculenta partida que se paga por reemplazos cada año. Los datos del gobierno indican que fueron 100.000 millones en 2023 y que si no se toman medidas este año serán 250.000 millones. El gobierno planificó puntillosamente este paso: “No vamos a permitir que tengamos que seguir pagando reemplazos por el alto nivel de ausentismo que genera la ineficiencia del sistema educativo”, dijo el gobernador.

El acento está puesto “en el sistema”, aunque nadie desconoce que el ausentismo abusivo divide aguas entre los mismos trabajadores, y en eso el gobierno espera capitalizar apoyos para cuando dé a conocer (una vez resuelto el conflicto salarial) las medidas que tiene preparadas. Promete conservar ese ahorro en el propio sistema educativo: salarios docentes y financiamiento del programa Abre Escuelas destinado a infraestructuras escolares menores: desde construcción de aulas, mantenimiento, conectividad y mayor asignación a comedores.

Justicia

 

El jueves próximo el presidente de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez, abrirá del año judicial. El acto se da en medio de la manifiesta intención del gobierno de Maximiliano Pullaro de promover una amplia renovación de la Corte. Oficialmente el argumento es que la mayoría de los jueces superó la edad establecida a nivel nacional, pero no descarta explorar el camino del juicio político ante eventuales resistencias. 

El discurso de Gutiérrez expresará el temperamento con el que la Corte se prepara para transitar el proceso de renovación, cuyos alcances todavía no asoman claros, pero que para el gobierno ya está en marcha y no tiene vuelta atrás. El tono conciliador o confrontativo, según elija Gutiérrez, definirá los tiempos y modos de esa renovación.