Pasada la primera mitad de los Juegos Olímpicos, la cosecha argentina parece escasa, pero no es más que una muestra gratis y descarnada de la realidad. Para entrar directamente en tema: ¿cuántos deportistas defeccionaron? ¿Cuáles fueron los juegos de equipo en los que Argentina no pudo llegar a su tope además del fútbol? Para interpretarlo mejor: ¿frente a qué rivales eran candidatos Los Gladiadores, la selección masculina de handball que quedó eliminada tras cuatro derrotas consecutivas? ¿La selección de básquet era favorita frente a Eslovenia y España, a la que no le gana ni en los amistosos? No es una crítica, jamás podría pedírsele más a la selección más representativa y que mayor orgullo genera. Sólo es un dato de la realidad. Salvo batacazo, las cosas están en el lugar donde tienen que estar.
La débil memoria criolla resetea el pasado cercano y los medios regeneran grandes expectativas donde no las hay. Sólo los deportistas le ponen coto al exitismo. Y los resultados.
Los muchachos del rugby seven tuvieron que escalar el Everest a pico y pala para llegar a la medalla de bronce.
Enfrentaron a Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Fiji y Gran Bretaña. Y sólo el esfuerzo inconmensurable de un grupo de bravos muchachos terminó en el podio. En Río 2016 ya habían insinuado su potencial, pero se quedaron en cuartos por muy poco.
“La próxima será. Gracias a todos por los mensajes de aliento y cariño”, escribió el jueves Delfina Pignatiello mientras comía un pedazo de pizza. “Un besito desde Tokyo a los haters que me motivan para mejorar la próxima”, dijo en sorna la nadadora de 21 años, promesa de crack, que fue última en las eliminatorias de 1500 y 800 metros. ¿A quién se le ocurrió suponer que Delfina, estrella de los Juegos de la Juventud de Buenos Aires en 2018 y los Panamericanos de Lima de 2019, era candidata a una medalla en Tokyo? Hay un mundo de distancia entre aquellas competencias y estos Juegos.
Santiago Grassi ganó su serie en 100 metros mariposa, pero su tiempo tuvo 23 nadadores más rápidos. ¿Cumplió o fracasó? Claro que cumplió, hizo lo que podía hacer, dejó todo, llegó hasta donde podía llegar. ¿Está mal estar entre los 30 seres humanos más rápidos del mundo en 100 metros mariposa?
Los deportistas no pueden hacer lo que la política deportiva no hace. Los vaivenes en ese rubro, hoy hay apoyo, mañana más o menos, simbolizan la montaña rusa que son los Juegos para los deportistas argentinos cada vez que salen a defender la bandera que tanto aman y los resultados por los que tanto se esfuerzan.
Gonzalo Montiel, Cristian Romero, Exequiel Palacios, Lautaro Martínez, Julián Alvarez, Lisandro Martínez, Nicolás Domínguez, Nicolás González y Nahuel Molina jugaron la Copa América y la excusa fue que no tendrían descanso porque casi se encimaron ambas competencias.
Los deportistas no pueden hacer lo que la política deportiva no hace
Matías Zaracho, Nicolás Capaldo, Juan Foyth, Marcos Senesi, Leonardo Balerdi, Carlos Izquierdoz, Enzo Pérez, Angel Correa, Ignacio Fernández, Sebastián Driussi, Agustín Marchesín y Juan Musso no fueron cedidos por sus clubes o por decisiones de los futbolistas.
La selección de fútbol hizo lo que pudo. Brasil llevó a Richarlison, por ejemplo, que jugó la Copa América incluida la final frente a Argentina. El jugador de Everton pagó la convocatoria con tres goles a Alemania en el primer tiempo del partido inaugural.
Es cierto que a pesar de todo, es bastante complicado explicar una derrota frente a Australia, pero ¿la culpa es toda de Fernando Batista y los jugadores o también hay una dirigencia que no está a la altura de las circunstancias?
En la nómina citada más arriba hay una lista completa de jugadores que Batista no pudo tener. Salvo batacazo producto de la competitividad genética del futbolista argentino las cosas terminan como tienen que terminar. Y terminaron como tenían que terminar.
Argentina perdió con Brasil en vóley. Vaya novedad, el presupuesto verdeamarelho sitúa a ese deporte entre los cinco más importantes del país desde hace décadas. Brasil, más allá de algunos resultados de los últimos años y el crecimiento exponencial de algunos combinados europeos, es la primera potencia del vóley mundial. Y encima Argentina lo tuvo 17-11 en el cuarto set con dos parciales a uno arriba. ¿Es un fracaso perder con Rusia y Brasil en vóley, o es un gran resultado vencer a Francia en el mismo deporte? ¿Cómo se lee? Por supuesto que es ponderable ganarle a Francia y prácticamente inevitable perder con Rusia y Brasil.
Por si hace falta aclararlo, Las Panteras no hacen milagros, sólo juegan al vóley.
La vela genera esperanzas en un par de especialidades que involucran a Ceci Carranza y Santiago Lange por un lado y a Facundo Olezza por el otro. La ilusión se apoya en lo que puedan generar los esfuerzos individuales. Un deporte con semejante potencial en Argentina no tiene ni el 10 por ciento de apoyo que merece.
Este año no estuvo Del Potro y los tenistas se fueron como llegaron. ¿Algo para reprocharles? Nada: perdieron los partidos que tenían que perder.
Las Leonas y Los Leones siguen en carrera con muchas dudas y pocas certezas, pero es lo que hay y quizás hasta puedan acercarse a alguna medalla si los cruces ayudan, aunque no parece ser el caso de ellos fundamentalmente.
A propósito, ¿cómo se capitalizó la medalla de oro de los varones en Río?... Crí, crí... Crí, crí.