El nuevo paro de colectivos en Rosario cumple este martes su sexto día, a la espera de los subsidios de Nación que permitan terminar de pagar los salarios. Y el gobierno nacional cumple este martes, a su vez, tres meses de deuda que representan la friolera de 678 millones de pesos. ¿Cómo se acumuló esa deuda?
Todo comenzó en junio pasado; mucho antes en realidad, pero para entender los más de 600 millones de pesos que faltan y que los colectiveros necesitan, basta retroceder unos meses. En ese entonces, el gobierno nacional prometió más subsidios a las provincias y le ofreció a Santa Fe cuatro cuotas de 226 millones de pesos de las cuales sólo pagó una, la de junio.
De esos millones, una buena parte estaba destinada a Rosario: $105 millones para la ciudad con más colectivos de la provincia (744) y con los choferes mejor pagos, cobran un 30 por ciento más que los colectiveros de la capital santafesina.
Pero en julio el grifo de Nación, que complementaba los subsidios provincial y municipal, se cortó y el flujo quedó atado al Congreso, a la ampliación presupuestaria que tenían que votar diputados y senadores nacionales. En materia de transporte, la ampliación resultaba clave para que el gobierno nacional pudiera disponer del dinero necesario para pagar las deudas con las provincias.
Una vez más, lo que pasaba en la Capital Federal, mantuvo en vilo al resto del país. El 4 de agosto, los diputados aprobaron la asignación de recursos y la giraron al Senado que lo discutió recién diez días después. Para entonces la deuda de Nación con Santa Fe ascendía a 452 millones de pesos y Rosario salía de un paro de 29 días consecutivos y se metía en otro, esta vez cortito, que comenzó el 18 de agosto y terminó el 19.
Pero la "paz colectivera" no duró mucho. El 24 de agosto los choferes esperaron la segunda parte de su sueldo y nada. La segunda y tercera cuota de Nación, correspondientes a julio y agosto, seguían sin llegar. Los gobiernos provincial y municipal ya habían adelantado dinero, y los empresarios acusaron falta de caja por la baja en la recaudación que provocó la pandemia.
Tres días después, los choferes lanzaron el nuevo paro. Agosto se fue y llegó septiembre, con la cuarta y última cuota de Nación, otra vez sin pagar. Y una deuda de 678 millones de pesos.