El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió este lunes su decisión de retirar las tropas norteamericanas de Afganistán y atribuyó a los líderes de ese país el colapso que, según consideró, se dio "mucho más rápido de lo esperado". Afirmó que no hubo voluntad política por parte de los afganos para unir fuerzas contra los talibanes.
"Los soldados americanos no podían ni debían seguir luchando y muriendo en una guerra que los afganos no están dispuestos a librar", dijo, tras referirse a "la rendición" y la marcha de las autoridades afganas, con el presidente Ashraf Ghani a la cabeza, tras la entrada de los muyahidines en Kabul este domingo.
"No voy a repetir los errores del pasado", resaltó Biden durante un discurso desde la Casa Blanca, en el que además admitió que "Afganistán cayó más rápido" de lo que pensaban en su Gobierno. A su vez, advirtió que Washington "actuará rápidamente si es necesario".
El funcionario dijo que el objetivo del despliegue militar "nunca fue construir una nación democrática" en el país asiático, sino "sólo luchar contra el terrorismo" y prevenir posibles ataques "en la patria estadounidense", un argumento que ya defendía desde sus tiempos como vicepresidente de Barack Obama.
A pesar de la rapidez con la que los talibanes tomaron el poder, Biden aprobó la retirada de Estados Unidos de Afganistán expresando que "era hora de irse del país después de dos décadas de conflicto". También dijo que estaba "profundamente entristecido" por el giro de los acontecimientos y prometió "alzar la voz" sobre los derechos de las mujeres.
El mandatario aseguró que ante él sólo había dos opciones: seguir el acuerdo suscrito por Trump con los talibanes en febrero de 2020 para retirar las tropas, "o escalar el conflicto" bélico.
"Si las fuerzas afganas no iban a luchar, permanecer un año o más no iba a significar nada", subrayó, acusando a los líderes afganos de falta de voluntad pese a haberles dado "todo lo que necesitaban".
La toma del poder de los talibanes se produjo después de que la OTAN pusiera fin a su misión de 9.500 efectivos en Afganistán tras la decisión de Biden de sacar las tropas estadounidenses del país.
Ante el caos reinante, Biden también amenazó a los talibanes con represalias si interrumpían las operaciones de evacuación en el aeropuerto de Kabul. En caso de un ataque, la respuesta será "rápida y contundente", aseguró, prometiendo defender a los ciudadanos estadounidenses con "un uso devastador de la fuerza si es necesario".
En su penúltimo intento de justificar la decisión de abandonar Afganistán, Biden había vuelto a insistir por la mañana, por medio de su asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en que la caída de Kabul no era inevitable y que la responsabilidad del colapso debía atribuirse a las fuerzas afganas.
Biden pasó el fin de semana en la residencia presidencial de descanso de Camp David, desde donde voló este lunes al mediodía hacia la Casa Blanca, pese a que en principio pensaba quedarse hasta el miércoles.