El Tribunal Oral Federal 2 de San Martín comenzó este viernes el juicio contra Luis Abelardo Patti, el ex oficial subinspector de la Comisaría de la localidad bonaerense de Escobar, acusado por el homicidio del ex diputado Diego Muñiz Barreto y el intento de homicidio de su secretario Juan José Fernández, ocurridos durante la última dictadura cívico militar. La imputación de esos delitos había sido rechazada en 2011 durante la instrucción de la causa, lo que finalmente fue revertido, luego de distintas instancias judiciales, por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En representación del Ministerio Público Fiscal (MPF) interviene en el debate el auxiliar fiscal Iván Polaco.
Los jueces Walter Venditti, Matías Alejandro Mancini y Esteban Rodríguez Eggers iniciaron la audiencia, que se realizó de forma virtual, con la lectura de la síntesis de los requerimientos del MPF, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires. La audiencia se podrá seguir en vivo en este enlace.
La causa lleva ya más de 15 años. La familia Muñiz Barreto inicio la querella el 6 de marzo de 2007, al cumplirse 30 años de su muerte. En ese momento, Patti era diputado electo, pero la gran mayoría de la Cámara baja le había impedido asumir. Un año después, en 2008, sería detenido por este crimen y por otros cometidos durante la dictadura y condenado en tres oportunidades a prisión perpetua.
En la lectura del requerimiento fiscal, se narraron los hechos que se le imputan a Patti, al que se le endilgó “haber formado parte del engranaje del plan sistemático del Terrorismo de Estado por haber cumplido funciones desde el 4 de enero de 1972 hasta el 7 de marzo de 1977 en la Comisaría de Escobar de la Policía de la Provincia de Buenos Aires".
Según el requerimiento fiscal, el ex diputado cercano a la agrupación montoneros Muñiz Barreto y el secretario Fernández fueron secuestrados y privados de su libertad en la Comisaría de Escobar el 16 de febrero de 1977. Allí permanecieron hasta el 18 de febrero. Luego fueron trasladados a otra dependencia policial en la localidad de Tigre, donde permanecieron dos horas y en la que fueron esposados y desvestidos. Posteriormente, fueron llevados al centro clandestino de detención Campo de Mayo, donde fueron golpeados y sometidos a simulacros de fusilamiento.
De acuerdo con la acusación, luego del cautiverio, se pergeñó un plan para intentar simular los homicidios a través de un simulacro de accidente automovilístico. En ese sentido, el 6 de marzo de 1977 las víctimas fueron llevadas hasta la provincia de Entre Ríos, donde fueron adormecidos y colocados en un auto Fiat 128 que arrojaron al río Paraná con la intención de fraguar un accidente. A raíz de ello, falleció Muñiz Barreto y sobrevivió Fernández, quien pudo escapar del interior de auto.
Desde el auto sumergido, el joven logró salir por una rotura en el parabrisas y nadar hasta debajo de un puente, donde permaneció escondido. Cuando la patota se alejó, regresó a rescatar al ex diputado, pero ya había muerto.
Los días que siguieron no fueron fáciles para Fernández, publicó Tiempo Argentino. En su intento de volver a su casa, fue nuevamente detenido por la policía provincial y mintió para evitar caer nuevamente en manos de la patota: “Dije que se trataba de un accidente que se había producido a raíz de un encandilamiento y que, tras perder el control, el auto se había desbarrancado siendo yo despedido del mismo e ignorando el destino de mi acompañante. Dije esto ya que pensaba que si había una posibilidad de quedar en libertad, era desvinculando el supuesto accidente del hecho real ya que de conocerse este último no me cabía ninguna duda de que por lo menos los cinco que eran un instrumento del aparato que había querido asesinarnos y que había fallado en mi caso, lo intentarían nuevamente”.
La estrategia le funcionó, puesto que tras pasar varios días en prisión, fue finalmente liberado más de una semana después. “Cuando el 18/3 me comunican que por disposición del sr jefe de área 226 sería puesto en libertad, también pensé que se trataba de una maniobra y que me matarían a la salida. Afortunadamente, esto no ocurrió. Pude llegar a Bs.As. y allí, antes de abandonar el país, escribir este informe”, finalizó.
Tras la lectura de los requerimientos, la defensa del imputado hizo un planteo preliminar por doble juzgamiento hacia su representado. Por este motivo, el Tribunal le pidió opinión a las partes antes de resolver. El auxiliar fiscal respondió que debía ser rechazado el planteo por insustancial e hizo un recorrido del derrotero judicial en el que reiteradamente se rechazó el argumento presentado. El juicio continuará el próximo viernes.
En este tramo de la causa se juzgan los delitos por los que no había llegado a ser imputado en la instrucción de la causa en 2011. Aquella vez, Patti había recibido condena a perpetua por ser responsable de la "privación ilegítima de la libertad, cometida por abuso funcional, agravada por el empleo de violencia y amenazas e imposición de tormentos, agravado por ser la víctima un perseguido político", en perjuicio de las dos víctimas.
Previo a sus condenas, Patti fue intendente de Escobar durante dos períodos, entre 1995 y 2003. Luego, en 2005, ganó una banca como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.