El apoyo al aspirante a guardavidas está creciendo en Rosario, pero mucha gente no sabe de qué se trata. La actividad se dicta en el Club Echesortu, ubicado en San Nicolás al 1350 y cuenta con dos natatorios de 25 metros en donde se entrena. Además, cuentan con un anexo en 9 de Julio al 4000 que sirve para no cortar en los cambios de temporadas.
Rosario3 fue en búsqueda del trasfondo del esfuerzo que realizan entrenadores y nadadores que se suman a esta iniciativa para capacitarse en guardavida. Además de ser pioneros en formar un equipo y capacitar a los aspirantes de todas las escuelas de Rosario, lograron sumar a los colegios de los alrededores de la ciudad, incluyendo a escuelas de Buenos Aires.
Actualmente, el plantel de instructores del club Echesortu está conformado por Juan Pablo, Florencia y Fernando. Cuentan con un total de más de 100 aspirantes y el equipo ahora está transitando el octavo año. Buscan difundir la actividad para los interesados.
"Todo comenzó con una charla en verano entre dos instructores, donde nos preguntamos si podríamos brindarle un espacio al aspirante para que pudiese entrenarse", empezó contando Juan Pablo a nuestro medio.
Entrenamiento de un guardavida
Se realizan diferentes pruebas dentro de la pileta con un límite de cuatro o cinco chicos. Como por ejemplo flotación forzada que sería avanzar 24 metros sin tocar el agua con los codos y el mentón; flotación estática para poder asistir a una víctima; remolque a una persona, ya sea en banda, al mentón; nadador cansado más el rescate que sería la prueba de picado.
"En esta última, en realidad, el guardavida no se debería dejar agarrar en un caso real, pero en el caso de que suceda, se realizan diferentes tomas para quitarse la víctima de encima", explicó uno de los instructores sobre el entrenamiento.
Se simula la situación de estrés que tendría que afrontar el guardavidas ante un rescate. "Esto es fundamental para trabajar la capacidad pulmonar y aplicarlo en casos en donde uno tenga que buscar una persona fondeada. Para todo esto nos tuvimos que capacitar e interiorizar con la forma de enseñanza de cada escuela de Rosario y alrededores", contó.
"Como a todos nos tocó la pandemia, continuamos dando clases pero virtuales de las tomas y zafaduras de manera gratuita. De esta manera logramos estar en contacto con los chicos y estuvimos apoyándolos, sosteniéndolos ya que algunos habían realizado el curso antes de la pandemia y no sabían cuando podían volver a rendir y algunos estaban mal anímicamente. Muchos de nuestros exalumnos recibidos nos ayudaron a que se desarrollen esas clases, pudiendo contar sus experiencias y motivando a los chicos para que sigan adelante", desarrolló Juan Pablo sobre cómo fue salir adelante tras la pandemia del covid.19.
Luego de estar encerrados durante casi dos años, buscaron la forma de poder volver a la actividad con normalidad. "Dentro de los cambios pospandemia, nuestra actividad fue incluida como una actividad del club, donde esto nos brindó la posibilidad de seguir creciendo con la cantidad de horarios hasta llegar al día de hoy con los 20 turnos semanales de lunes a sábado".
En el año 2022 ingresó la instructora Florencia Rodríguez. Actualmente, forma parte del plantel y junto a ella están entrenando a los aspirantes o alumnos que quieren realizar dicho curso de cinco escuelas de Rosario y también con dos escuelas de Buenos Aires.
"Nuestro grupo de alumnos está conformado por distintas edades, desde los 17 años que están en 5 años del secundario hasta 53 años. Como equipo tratamos de hacer el seguimiento a cada uno, enseñarles que hay que tomarlo con responsabilidad, disciplina y que no solamente se están capacitando para el curso, sino para estar preparados para el día de mañana ante alguna eventualidad".
"Lo más hermoso de formar parte del equipo de instructores es ver como un alumno que es nadador, se perfecciona y va progresando como Aspirante y logra ese objetivo convirtiéndose en guardavidas", concluyó.