El primer presidente de Egipto electo de manera democrática, Mohamed Mursi, un islamista que fue derrocado por el Ejército después de un año de gobierno divisivo, murió este lunes a los 67 años durante una sesión de un juicio contra él por espionaje.
Mursi, un dirigente del movimiento Hermandad Musulmana que estaba detenido desde hace casi seis años, sufrió un desmayo durante la audiencia judicial, en el que se lo juzgaba por espionaje a favor de Qatar, Irán y el grupo islamista palestino Hamas.
El ex mandatario, también el primero no militar de Egipto, llegó muerto al hospital al que fue trasladado, informó la Fiscalía General egipcia, que precisó que su cuerpo no tenía heridas recientes a la vista pero que no especificó los motivos del fallecimiento.
El diario estatal Al Ahram afirmó que Mursi sufrió un ataque cardíaco.
El ex mandatario fue derrocado por su ex ministro de Defensa, el ahora presidente Abdel Fatah al Sisi.
Desde entonces, Al Sisi ha emprendido una ofensiva contra sus partidarios de la Hermandad Musulmana con miles de personas encarceladas y cientos de personas enfrentando sentencias de muerte.
Mursi fue condenado a muerte en mayo de 2015 por su papel en una fuga de islamistas de una cárcel de la península del Sinaí durante el levantamiento que expulsó a su predecesor, el autócrata de larga data Hosni Mubarak.
La salud del ex mandatario se había deteriorado durante los años de detención, la mayor parte de los cuales los pasó recluido en la prisión de Borg al Arab, ubicada en un paraje desértico al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría.
Desde allí era trasladado a la capital en avión para comparecer en los varios juicios contra él y sólo en esas ocasiones se le pudo ver en los últimos años, siempre detrás de las rejas de la jaula de los acusados.
Su familia, así como organizaciones de derechos humanos, habían denunciado que Mursi estaba en régimen casi de aislamiento, no se le permitía recibir visitas ni tratamiento médico.
Amnistía Internacional aseguró este año que el ex presidente sólo había recibido tres visitas desde que fue detenido.
Los partidarios de Mursi responsabilizaron de su muerte a las autoridades egipcias y la han calificado de "asesinato".
En 2016, Mursi fue condenado a 25 años de prisión por el uso de la violencia y por la muerte de manifestantes durante protestas en su contra en 2012.
Su breve mandato fue muy polémico y agitado, y en varias ocasiones hubo protestas en las calles en contra de sus políticas consideradas no inclusivas y radicales, sobre todo por la minoría cristiana de Egipto, las mujeres y los sectores más liberales.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, un fuerte aliado del presidente islamista durante su mandato, rindió tributo a Mursi y lo llamó "mártir".
Por su parte, el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, otro fuerte partidario del ex mandatario islamista manifestó en Twitter su "profundo pesar por la noticia".
Sarah Leah Whitson, directora de Human Rights Watch para Medio Oriente, tuiteó: "Esto es terrible, pero ENTERAMENTE predecible, dado que el gobierno no le ha permitido recibir atención médica adecuada".
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