Rosario Central y Palmeiras jugaron esta noche un partido típico de la Copa Libertadores. Fue 3 a 3, un resultado que a Central lo deja al borde de la clasificación a los octavos de final, algo que conseguirá con sólo empatar en Uruguay, cuando visite a Nacional por la última fecha del grupo 2.
Palmeiras ganaba dos veces por dos goles de Gabriel Jesús, a los 5 y 45 minutos del primer tiempo respectivamente. Pero Donatti (a los 33'), Cervi (6' del complemento) y Ruben de penal (21'), le daban el triunfo transitorio al elenco de Coudet. Finalmente, Lucas Barrios puso el 3-3 definitivo a los 31 del segundo acto. Un rato antes, fue expulsado el autor de los dos goles brasileños.
Pese a que quedó muy cerca del objetivo de entrar entre los mejores dieciséis, los jugadores de Central se fueron masticando bronca porque se les escapó un éxito que les habría permitido sacar la cabeza por unas semanas del certamen continental y enfocarse de lleno en el torneo doméstico, donde este fin de semana perdieron la punta del grupo 1 a manos de Godoy Cruz.
Ahora, resta saber qué pasará este jueves con el duelo entre River y Nacional. Por ahora, Central tiene 8 puntos al igual que el Bolso, mientras que Palmeiras marcha tercero con 5 y por ahora está afuera, al igual que el conjunto de Carrasco (tiene 2). El próximo desafío auriazul: Vélez, el domingo a las 18.
Lo mejor del partido
Las razones
Central arrancó torcido y Palmeiras no lo perdonó. Le costó al Canalla ganar el mediocampo, porque el Verde lo presionó y le robó el balón. Con el correr de los minutos, fue mejorando y dos veces pudo empatar. Mostró las variantes de siempre en ofensiva, pero estuvo permeable y poco concentrado en la defensa. Y no le alcanzó con la ventaja, porque Barrios volvió a igualarlo por una floja marca de Musto (que se había equivocado en el primer también).
Fue un partido jugado palo y palo. Hubo muchas situaciones de gol de ambos bandos y puede decirse que el reparto de puntos fue justo. Sobre el final, al quedarse con diez, la visita se replegó y acabó jugando delante de las narices de su excelente arquero Prass.