La ciudad respira el comienzo del año al calor del verano aletargado. Bajaron los decibeles de los apremios del año, y los que se quedaron en Rosario en temporada alta saben que los lugares para darse un respiro fresco por excelencia (si no se tiene una pileta amiga) se encuentran en el balneario de la zona norte o del otro lado del río Paraná, en las islas entrerrianas.

Las familias que se quedan en temporada estival y los grupos sociales aprovechan a darse un baño en el río, apoyar la vista en la naturaleza, tomar sol o hacer deportes al aire libre, en un abanico de elecciones para vestir su zunga, malla entera o microbikini, en un ámbito de total libertad. A un lado o al otro del río se exhiben cuerpos “fitness”, aunque con divergentes motivos: en el balneario La Florida, eso se observa porque desde hace unos años la mitad de sus usuarios son deportistas que usufructúan sus canchas de arena o realizan los deportes acuáticos. En cambio, en las islas, están los veraneantes top: grupos de personas que realizan alguna fiesta, pasean en yate o se congregan en alguno de los paradores a lucir músculos. Son jóvenes y no tanto, esculturales, y de una piel dorada que nada envidia al color caribeño, porque el bronceado de los humedales es marrón, como el río que va creciendo tras su pronunciada bajante del verano anterior.

Ezequiel Dentis es un rosarino habitué de La Florida. Toma mates en la costa junto a los guardavidas de La Florida. Es jugador profesional de basquet y vive en Roldán, pero durante el verano (que no juega), aprovecha a quedarse de sus padres en la zona sur rosarina. Pedalea temprano desde Entre Ríos y bulevar Seguí hacia la costanera, y allí disfruta del sol. “Vengo a las 9 a disfrutar el río y al mediodía ya me vuelvo a pasear los perros. Me encanta entrenar y cuidarme, es mi estilo de vida. Este año veo más gente haciendo deportes que años anteriores. Está buenísimo que cada vez más gente sea consciente de cuidar su cuerpo”, opinó en diálogo con Rosario3.

Las jóvenes se dan un baño de sol mientras los chicos juegan al fútbol-playa en La Florida (Alan Monzón/Rosario3).

Pero el río Paraná es inclusivo. La ciudad de Rosario y las islas entrerrianas, también lo son. En las tardes, las familias populosas llevan sus lonitas a la Rambla Catalunya o a La Florida paga para merendar. Los jubilados se sientan en sus reposeras y los grupos de amigas jóvenes charlan mientras se tiran espaldas al sol con tereré. En las playas, todo visitante tiene lugar para refrescarse al agua y los mandatos estéticos (ver apartado) se quedan en la orilla. Los amantes del sol se tiran en la arena, mientras los demás se guarecen bajo los sauces y espinillos o alquilan una sombrilla.

Flor es una kayakista que cruza remando cada vez que tiene un claro en su trabajo, siempre en busca de alguna isla sin demasiado ruido. Precisó que cada parador tiene su estilo, y en esa diversidad, cada visitante elige dónde hacer ranchada. “La Pulpería es más juvenil. He visto ahí alguna fiesta electrónica. La Casita de Enfrente es un parador más relajado, nadie se fija cómo vas vestido. Incluso, el verano pasado veía a algunas chicas haciendo topless. La onda que se curte son cuerpos diversos. Isla Verde es más popular y mezclado en edades y estéticas”, resumió la kayakista.

Coincidió en su apreciación Barby, una emprendedora rosarina que creó la marca de trajes de baño inclusiva Lua Maluca. “En las islas, el público está segmentado: hay lugares que la gente pareciera salida del gimnasio, y realmente es un tema que no hemos avanzado tanto como sociedad. Pero en La Florida, que voy siempre, veo de todo. Cada año suelo hacer producciones de fotos ahí con las modelos”, aseguró Barby, quien cuenta con un catálogo de siete variedades de talles, desde XS al XXXXL.

En las islas hay paradores hay para todos los gustos: algunos muy relajados y heterogéneos, y otros más de fiesta juvenil (Alan Monzón/Rosario3).

La nueva tendencia de hacer deporte al aire libre

No existe un relevamiento formal en torno a “la proliferación de gente fit” en la zona del río. Sin embargo, puede haber una explicación en un cambio de hábitos que el presidente de la Cámara de Gimnasios de Rosario, Guillermo Tomatis, observó desde la pospandemia: la gente hace más ejercicio al aire libre. “Puede parecer que la gente hace más cantidad de actividad física porque la ves en un parque o en la playa ejercitándose. Pero yo pienso que no es que hay más cantidad ni más consciencia de que hay que hacer deportes, sino que antes no se veía a los deportistas porque estaban dentro de los gimnasios, y con la pospandemia descubrieron lo lindo de hacer ejercicio afuera. Antes éramos pocos grupos de runners en el parque Urquiza y hoy explota de propuestas”, aseguró.

Relativizó el asunto de una posible tendencia de los rosarinos a estar en forma: “Mi apreciación de quienes vienen al gimnasio o realizan un deporte es que lo hacen todo el año, no observo un aumento de consciencia. Sí hay quienes cuando termina el frío se acuerdan de que estaban en mal estado y empiezan a hacer deportes poco antes del verano con el objetivo de llegar en buen estado, pero eso no sirve”. Y aclaró que “muchas veces ver un cuerpo musculoso o hegemónico puede engañar porque no es equiparable a una vida saludable en todos los casos. Hay que ver su alimentación, no solo el deporte”.

El referente de los gimnasios rosarinos aseguró que “los argentinos somos los que más hacemos deportes de Latinoamérica, y, sin embargo, si se piensa en el total de población argentina sigue siendo muy poca la que ejercita: es un siete por ciento”.

Un personal trainer y su alumno elevaban pesas en La Florida una mañana en La Florida (Alan Monzón/Rosario3).

La Florida como semillero nacional de deportistas

El gerente de Costanera Rosario, Patricio Alday, estableció un panorama de cómo se componen los diversos tipos de bañistas que disfrutan de la playa a este lado del río: “Es muy variado el público que asiste, dividido principalmente (y muy peleado en cantidades), se puede diferenciar entre el visitante de descanso y el deportista. Y entre los que vienen a disfrutar del río y el sol, son principalmente más cantidad de familias (los menores de ocho años no pagan), pero también vienen muchos adultos mayores de mañana (ya que por jubilados ingresan sin costo)”.

Además, está la gente joven que va con más frecuencia los fines de semana, y de tarde. Después del trabajo, llegan los adultos. “A estos se suman muchos niños de los barrios que asisten a la colonia municipal, y grupos de vecinos con diferentes programas de Desarrollo social”. Es por esta variedad de públicos que el balneario propone una agenda variada de propuestas estos meses veraniegos.

En el establecimiento se practica, de forma recreativa, futvolley, nado de aguas abiertas, tejo y basket de playa. Y los deportes federados son más: beach volley, beach tenis, fútbol playa, y los deportes nauticos: Sup (surf de pala), kayak, windsurf y kitesurf.

Lo que muy pocos saben es que el balneario se encuentra abierto todo el año, justamente para garantizar las actividades a los deportistas, y muchos de ellos participan de torneos nacionales e internacionales. Al terminar el verano, durante el resto del año se ingresa por bajada Escauriza, en el ingreso hacia el norte, señaló la guardavidas desde su torre. “A toda hora del día hay deportistas, y eso le da mucha vida”, precisó Alday.

Federados de beach volley entrenan todos los días en las canchas del balneario de cara a los Sudamericanos. (Alan Monzón/Rosario3)

Es muy joven la historia del balneario La Florida como usina de deportes: desde hace 10 años, funciona allí un centro de prácticas profesional de beach volley. Y en 2019, la playa mejoró sus instalaciones y canchas, de cara a los Juegos Suramericanos de Playa. A partir de entonces, se trasladó el Centro Regional de Alto Rendimiento Deportivo (Crear) de la Selección Nacional de beach volley, que anteriormente estaba en Mar del Plata.

A partir de entonces, la ciudad se volvió un semillero, a tal punto que ahora tiene a los hermanos Capogrosso (Tomás y Nicolás), que actualmente son top 13 en el ranking mundial, y fueron recientemente subcampeones en el Elite16 de Río de Janeiro. A eso se suma que en 2024 los equipos femenino y masculino de futbol playa salieron campeones nacionales de primera división en el torneo nacional.

Giuliano es el coordinador de la selección de beach volley en Rosario, quien recordó: “Funcionamos desde hace más de 10 años durante todo el año. Y desde hace ocho que la selección masculina se entrena acá. La femenina comenzó a funcionar hace dos años en Argentina, y este centro tiene desde entonces varias categorías en diferentes niveles”.

Si bien en el balneario practica la Selección, también es una academia de beach voley de todas las edades. Las canchas desde las 4 de la tarde se llenan, y siempre hay gente en espera. Junto a Giuliano, la entrenadora Tamara Prada repasó un amplio abanico de edades en beach volley: “Tenemos niños desde seis años hasta los 18, y son como 80 chicos, que tienen oportunidad de probarse para la Selección. Pero también hay muchísima gente adulta. Incluso tenemos el grupo de adultos mayores. Juegan desde las 8 de la mañana, pero a la tarde las canchas se llenan”.

Tamara y Giuliano son los entrenadores de beach volley en diferentes niveles y edades, y de la Selección. (Alan Monzón/Rosario3)

Un verano en el que quepan todos los cuerpos

Afortunadamente, como se mencionaba mas arriba en este informe, altos y bajitos, robustos y huesudos, pálidos o morenos, los rosarinos hacen usufructo de sus costas. La tendencia diversificada de los cuerpos bañistas no deja,  igualmente, de responder a los mandatos que se siguen reproduciendo en decenas de ámbitos, muchas veces a falta de reflexión.

Desde las redes sociales, con sus influencers, se reproducen con filtros y efectos las imágenes sobre cómo deben lucir los cuerpos del verano y cuáles son las tendencias de colores y diseños que promueven y canones de belleza normativa, que por ejemplo, ahora propone micro bikinis.

Quien no quepa en los cánones mencionados, se compra una malla culotte de tiro alto, que tape la panza. Eso detectó la emprendedora de trajes de baño Barby: “Todos los dias vivo la queja por la panza. Mujeres que tienen más pancita luego de haber sido madres y tienen pudor de usar bikini. Otras que amamantan y se quejan que se les nota el pezón, y yo les digo que justamente tienen que ponerse contentas que pudieron darle la teta a su nene. Habría que lograr ponerse cada persona la malla que quiere, sin importar lo que opine el otro. Es un trabajo de aceptación importante”.

Barby recordó que cuando comenzó a diseñar mallas, su oferta no era para todos los cuerpos, y aprendió una lección: “Me acuerdo que una clienta criticó una foto que subí, en la que modelaba yo. Comentó en el posteo que «seria bueno que muestren cuerpos reales». Yo no retocaba las fotos, así que me sorprendió el comentario. Pero hablé con amigas de esa crítica, y entendí que había que mostrar diferentes cuerpos. Fue un aprendizaje de deconstrucción de los mandatos que tenía. Abrir la cabeza para mostrar lo natural. Entonces armé una campaña inclusiva con modelos profesionales pero también con clientas y allegadas, y eso rompió con el estereotipo que veníamos mostrando. Desde entonces trabajamos bajo los conceptos de inclusión, diversidad, respetando la belleza personal de cada una, con fotos naturales de mujeres reales. Hoy se vende mucho el talle 4 y el 5, para mujeres de 110 de busto”.

La campaña de Lua Maluca este verano sumó heladerita y reposera.

Para dar contenido a este asunto, cabe traer desde las redes la campaña “Hermana, soltá la panza”, que fue creada por Lala Pasquinelli, activista feminista que en noviembre pasado fue elegida entre las 100 mujeres mas influyentes del mundo por la BBC. En una entrevista que dio cuando recibió el reconocimiento, la activista dijo: “Trabajamos mucho para politizar los discursos sobre nuestros cuerpos, la belleza, todo eso que pareciera que no tiene nada que ver con lo político y que quizás sea lo más político de todo (…). Hay un sistema de opresión que necesita controlar y docilizar nuestros cuerpos y vidas”.

En un video de su Instagram, llamado Mujeres que no fueron tapa, Lala recordó que la campaña fue lanzada en el verano de 2021 al 22, pero que renovó cada verano: “La belleza es un dispositivo para controlar nuestros cuerpos, psiquis, bolsillos, tiempo y nuestra vida. En esa campaña, el objetivo es aceptar el existir en estos cuerpos que somos. Hacer lo que queremos, disfrutar, salir de la verguenza y hacer todo lo que dejamos de hacer por esta verguenza que se construye. «Soltar la panza» habla de dejar de tratarnos como cosas y empezar a tratarnos como personas. Hemos circulado mas de 20 mil imágenes de nuestros cuerpos como son, disfrutando y con sus historias”.

Verónica Meske (Conicet Mar del Plata) es filósofa e investiga cómo el género y la diferencia sexual se organizan en la experiencia social, definiendo estilos de comportamiento corporal típicamente femeninos y masculinos. Y en ese aspecto, observa diferencias en las exigencias en los distintos géneros, que tiene una mayor intensidad de espectacularización y sexualización de la feminidad como objeto de consumo, disponible al placer visual de la mirada masculina, para la cual mayoritariamente han producido los medios sus imágenes estereotipadas.

En torno al asunto de los cuerpos del verano, Meske reflexionó: “Sucede que la indumentaria, como disciplina y tecnología configura imaginarios de género que se encuentran correlacionados binariamente con estilos corporales y motrices. Estos patrones establecen «cómo deberían verse» mujeres y hombres, pero también cómo deben comportarse, ya que habilitan ciertos modos de comportamientos motrices y espaciales y limitan otros”.

Allí se encuentran lo femenino más asociado a lo ornamental y lo masculino simple o carente de decoraciones más enfocado en poder realizar una tarea activa, “cuyo máximo exponente son los trajes de baño”. Las prendas utilizadas para asistir a la playa, pileta o cualquier tipo de recreación al aire libre es de poco cambio con el correr de los años para el público masculino, mientras que hay una amplia variedad de trajes cada vez más diminutos y decorados, para los que, además, hay que *tener un cuerpo de verano* que limitan el disfrute priorizando el cómo se ven para los cuerpos femeninos”.

¿Cuál es el papel que juegan las redes sociales en la percepción de los estereotipos? Para Meske “las redes tienen un impacto en la reproducción de estas imágenes, como podemos verlo cada temporada con el bombardeo de «dietas y trucos para llegar al verano»". 

Una adolescente entrenando para su práctica de beach volley en La Florida (Rosario3/Alan Monzón).