"Boreout" es un concepto que proviene del vocablo inglés "boredom" (aburrimiento) y está netamente vinculado a lo laboral. Se trata de un fenómeno que se produce cuando, al afrontar la jornada, la misma se convierte en un imposible a costa de la desmotivación. Se vincula directamente con el concepto de bienestar laboral introducido por Philippe Rothlin.

Quienes padecen este síndrome sienten una persistente apatía y falta de motivación que se repite de manera constante haciendo que, con el tiempo, esta percepción se intensifique. Como resultado, deja de existir estímulo para el quehacer cotidiano que permitiría avanzar y crecer en este ámbito.

Boreout

Los expertos sostienen que la principal causa para que se comience a generar este síndrome es la monotonía y la falta de retos en el entorno laboral, afectando principalmente a la salud mental. De esta forma, las personas comienzan a dejar de sentirse útiles y consideran que sus tareas son demasiado tediosas, sin corresponderse con sus capacidades.

Esto puede provocar, por un lado, que realicen su trabajo con mucha facilidad y al sobrar tiempo en su jornada laboral se aburran, o por otro, que tengan la sensación de que nunca podrán desempeñar un trabajo con una gran responsabilidad y se sientan menospreciados por ello. Es así que la inquietud y la ansiedad comienzan a ser grandes protagonistas en el sentir de las y los afectados.

Los síntomas del boreout

Este síndrome puede desembocar en síntomas como:

-Sensación constante de fatiga mental.

-Irritabilidad.

-Falta de concentración.

-Aislamiento social.

-Fuerte indiferencia ante las tareas dentro de la empresa.

-Bajo estado de ánimo que puede generalizarse e incluso afectar al terreno personal.

Por lo tanto, resulta clave que quienes emplean o los sectores encargados de revisar el bienestar de sus empleados en caso de grandes empresas, busquen un diálogo constante con sus trabajadores para analizar cómo se encuentran y qué sienten respecto de sus tareas.

Detectar y abordar a tiempo

En medio de la vorágine de las rutinas, es difícil que las personas se detengan a preguntarse a sí mismas cómo están, lo cual comienza a suceder cuando ya se sienten mal. Un gran primer paso es realizarse a uno mismo algunas preguntas acerca de las tareas que se vienen ejerciendo, cómo impactan en la propia labor y bienestar emocional y, si hay algo que incomoda, poder detectarlo para dialogarlo a tiempo.

Asimismo, combinar la jornada laboral con pequeños cortes en donde los trabajadores cuenten con clases de yoga o respiraciones, o, de no ser posible, que uno mismo aprenda algunos ejercicios de respiración para intercalar con las responsabilidades laborales y bajar por momentos los niveles de cortisol.

Es importante destacar que quienes realizan tareas repetitivas y monótonas, que no supongan grandes desafíos, son las principales personas afectadas. Los trabajos de oficina, con tareas rutinarias administrativas, son un gran ejemplo.

Volver a motivar

Para los expertos resulta clave que las empresas identifiquen cuáles sectores cuentan con trabajadores en estas situaciones. De esta forma, alternar sus tareas rutinarias con otro tipo de actividades como capacitaciones, las que a su vez permitirán adquirir nuevas capacidades para ejercer funciones con mayor responsabilidad, animando a pensar en el propio crecimiento.

Además, aconsejan que sean los propios trabajadores quienes previamente identifiquen lo que está ocurriendo, y se animen a proponer soluciones o recomendaciones para que las circunstancias cambien a diferencia de solamente manifestar la queja o preocupación. De esta forma, será notable el interés que posee el trabajador por crecer y realizar tareas que sean diferentes y supongan un reto.

Fuente: EFE.