A partir de un nuevo estudio, se halló que la salud cardiovascular (CVH, según su sigla en inglés) en los primeros años de vida puede contribuir a disparidades de CVH en la edad adulta. Concretamente, los comportamientos de salud a tener en cuenta para mejorar la salud cardiovascular en los primeros años de vida, ayudarán a una mejor calidad de salud en la vida adulta e incluyen mejor sueño, dieta más saludable y reducir el tabaquismo, entre otras cuestiones. La investigación estuvo a cargo del Harvard Pilgrim Health Care Institute, de Estados Unidos y se publicó en JAMA Cardiology.

El estudio

Por medio del constructo Life's Essential 8, los investigadores estudiaron datos de más de 1.500 niños de la cohorte prenatal del Proyecto Viva, en el este de Massachusetts. Allí se contemplaron al menos tres métricas de salud cardiovascular en la primera infancia o, al menos, cuatro métricas en la niñez media, adolescencia temprana o adolescencia tardía.

De esta forma, se evaluaron seis métricas de salud cardiovascular en la primera infancia (dieta, tabaquismo, actividad física, duración del sueño, IMC y presión arterial) y hasta ocho desde la niñez media hasta la adolescencia tardía. Así se descubrió que los puntajes de CVH comienzan a disminuir alrededor de los 10 años en todos los grupos demográficos, impulsados por comportamientos de salud en vez de factores de salud.

Comportamientos de salud

El descenso de estos puntajes puede deberse a los cambios sociales y/o de desarrollo que ocurren típicamente a esa edad, incluyendo cambios en horarios escolares que pueden interferir con la duración del sueño, o dietas saludables, y pueden afectar así al resto de comportamientos en salud.

Según los expertos, mejorar estos comportamientos podría ayudar a optimizar la CVH. También se observaron diferencias pequeñas, pero significativas, en trayectorias de CVH según el estatus socioeconómico materno, así como la raza y etnia del niño.

"Nuestro estudio destaca la posible influencia temprana de factores estructurales vinculados al estatus socioeconómico y a la raza y etnia, como la residencia en entornos vecinales favorables, la capacidad de acceder a alimentos saludables y la proximidad a espacios comunitarios seguros que fomenten la actividad física; que podrían contribuir a futuras disparidades en la salud cardiovascular", sostuvieron los autores.

Esta trayectoria de la salud cardiovascular en los primeros años de vida establece una clara ventana de oportunidad para mejorar la salud de los niños actualmente y en el futuro.

Fuente: Infosalus.