Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es «una enfermedad del aparato reproductor definida por la imposibilidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales sin protección regular». La infertilidad afecta alrededor del 15% de las parejas. Aproximadamente el 33% de los casos se deben a un factor masculino, 21% se deben a un factor femenino, 40% es de tipo mixto y el resto (6%) es por causas inexplicables.
Rosario3.com, entrevistó al Doctor Carlos Morente, Director Médico de PROAR, Programa de Asistencia Reproductiva de Rosario, quien así respondía:
“Si bien nunca debemos olvidar los hábitos de vida, como el cigarrillo o el alcohol, la ausencia de actividad física y la mala alimentación por calidad o exceso; existen otras causas como situaciones endócrino metabólicas y situaciones psicológicas; pero, muchas veces, nos encontramos con un tercer factor y tal vez el más difícil de enfrentar que es cuando “todo está bien” y el embarazo no se logra. A esta situación los americanos llaman la “infertilidad inexplicada” y nosotros: decimos esterilidad sin causa aparente (ESCA). Entonces, empezamos a transitar una suerte de diferentes sucesiones de tratamientos donde buscamos favorecer lo que hasta ahora no se da, de manera totalmente empírica: algunos comienzan estimulando la ovulación para ver si con ese estímulo logramos corregir algo que no sabemos qué es pero que no se está dando. Si no lo logramos optamos por el segundo paso que es agregar espermatozoides al útero: la inseminación: preparamos los espermatozoides y los colocamos dentro del útero para ver si este segundo paso nos da una opción que antes no se produjo.
Y, si nada de esto funciona, recurrimos al tercer escalón que son las técnicas de alta complejidad: sacamos al óvulo fuera del cuerpo y trabajamos con él en el laboratorio. Y es recién en ese momento que podemos ver al óvulo, esta célula de la que tanto hablamos en medicina reproductiva; y en ese entonces, recurriendo a una técnica de alta complejidad la podemos observar para ver lo que antes sólo intuíamos, imaginábamos. Sólo recién ahí, lo podemos ver”.