Santa Fe vuelve a tener un senador nacional electo del norte provincial muy poco conocido en Rosario. Se trata de Dionisio Scarpin, quien acompañó en la fórmula a Carolina Losada de Juntos por el Cambio (JxC) y se impuso en las elecciones generales del 14 de noviembre. Asumirán en dos de las tres bancas en la Cámara Alta. Es intendente de la localidad de Avellaneda y se hizo más conocido por encabezar las movilizaciones en contra del intento oficial de estatizar la firma Vicentin el año pasado.
Alto, de voz firme, amplia sonrisa y buenos modales, el flamante senador electo pasa seguido por la ciudad donde promete tener una oficina junto a su compañera de bancada. No se arrepiente de haber levantado las banderas por la agroexportadora, pese a que sus directivos están acusados de malversación de fondos y fuga de dinero, porque estaba en peligro “el modelo de empresa familiar santafesina” y enfrente había un proyecto de estatización: “Imagínense lo que hubiera sido de Vicentin si hoy la manejaran los muchachos de La Cámpora”, azuza.
Scarpin (49 años) pertenece a la generación radical surgida en la primavera alfonsinista, es contador público nacional, con una maestría en administración pública y gobierna Avellaneda desde hace 10 años. Es hijo de un viejo referente radical, Delqui Scarpin, quien fue intendente de esa ciudad del norte, dos veces senador provincial y diputado nacional. Dionisio sacudió el tablero político el día después de las elecciones al sacarse una foto con el intendente Pablo Javkin y la presidenta del Concejo María Eugenia Schmuck. En un mano a mano con Rosario3 dejó jugosas definiciones. -¿Quién es Dionisio Scarpin? -Soy un hombre de gestión pública que vengo de una familia de la gestión pública. Me formé en la universidad pública y volví a mi localidad para hacer mi carrera política. Soy un apasionado de la gestión pública y la planificación y del trabajo en equipo. -¿Es el Albor Cantard del 2021? (en referencia al diputado nacional por Santa Fe que encabezó la lista en 2017 por Cambiemos y se impuso ampliamente siendo muy poco conocido incluso en la provincia) -Jajaja (sonrisa breve y estridente). Son dos cosas diferentes. Aquellas no eran elecciones a senador nacional y en ese momento veníamos con un gobierno fortalecido de Cambiemos. Este año la elección fue de mayor volumen y para el Senado importan más las personas que una lista. -Pero hubo un escenario muy antikirchnerista que la fórmula bien supo aprovechar -Hubo un escenario diferente entre la primaria y la general. En las Paso había un clima de antikirchnerismo y también un descontento a las políticas del gobierno provincial por falta de respuestas en cuanto a la producción, a la seguridad, se veía el descontento dependiendo del lugar. Y en la general hubo mucho más un voto esperanza. El hecho de haber ganado en varias provincias transformó la energía negativa en un voto esperanza. -¿Cómo se lleva con Rosario? -Soy desconocido, pero me llevo muy bien. Tengo vínculo con las instituciones y entiendo lo complejo de la situación de Rosario. Voy a estar muy presente escuchando y defendiendo. -¿Que significa estar presente? -Tendremos una oficina en Rosario con Caro Losada para generar vínculos con la sociedad civil y sus instituciones. Soy desconocido en Rosario, pero me llevo muy bien con esta ciudad -¿Cómo se encara un problema como el de la inseguridad y la narcocriminalidad? -Hay que tener un plan a corto y mediano plano. Lo que pasa es que el gobierno provincial no tiene un plan. No se puede depender de las fuerzas federales. Esto es incapacidad para generar y gestionar políticas de seguridad. Hay que construir una política pública, tener una idea y asignar recursos humanos y económicos para solucionar el principal problema de los santafesinos. Una pata es la fuerza de seguridad, hay que incorporar recursos, capacitar al personal y no depender de Gendarmería o la Federal. Segundo, la Justicia, tiene que funcionar, contar con recursos y tecnología. Tercero, el servicio penitenciario que hoy presenta grandes fallas. Y la otra pata es el mediano y largo plazo apuntalando el sistema productivo con oportunidades para niños y adolescentes en el futuro y transformar el sistema educativo. -¿Cómo explica haber encabezado un movimiento en defensa de Vicentin cuando hoy sus directivos están en el banquillo de los acusados? -Desde un primer momento separamos las personas de lo que es la empresa. Salimos a defender la propiedad privada y nos pusimos en contra de un proyecto de estatización de una empresa. Pero también fue una defensa al modelo santafesino de una empresa e industria familiar. Imagínense lo que hubiera sido de Vicentin si hoy la manejaran los muchachos de La Cámpora. Cuánto podría llegar a durar! -Habla de los muchachos de La Cámpora pero quienes conducían Vicentin están imputados por estafa y defraudación -Queríamos llegar a una transición ordenada y que la justicia investigue a los directivos si actuaron fuera de la ley, si hubo vaciamiento o estafa. Nosotros nunca nos opusimos a eso. Ahora bien; si hubiera salido el proyecto de estatización habría dos mil puestos de empleo que dependían de La Cámpora. Imagínense lo que hubiera sido de Vicentin si hoy la manejaran los muchachos de La Cámpora -¿Se arrepintió alguna vez? -No, nunca. -Se lo vio a usted en uno de los actos en defensa de Vicentin sin el barbijo puesto en medio del momento más duro de la pandemia -Eso fue una foto. Los cuidados existieron, yo me cuide. Justo vino una señora a saludarme mientras tomaba un mate y se dio la foto. Hay videos donde estábamos con los barbijos y cuidándonos. Además en ese momento no había casos en la zona. Siempre me he cuidado. -Hablando de fotos. La que se publicó el día después de la elección junto a Pablo Javkin y María Eugenia Schmuck, ¿es el primer paso de la incorporación del intendente de Rosario a Juntos por el Cambio? -Fue el primer paso de una relación diferente entre dos personas que se conocen desde hace treinta años. Una relación diferente ahora entre un intendente y un senador nacional electo para trabajar juntos por Rosario. Hay que pensar no en la incorporación de Pablo y Mariu, sino hay que pensar en un frente que agrupe a otros sectores y que bien se puede llamar de otra manera. Miramos muy de cerca ejemplos como los frentes de Jujuy, Corrientes y Mendoza, pese a que la relación entre las fuerzas es diferente en Santa Fe. En definitiva un frente nuevo que se pueda construir más allá de los partidos que hoy forman Juntos. -¿Incluido el socialismo? -Sí, entiendo que sí. Como sucede en otras provincias Empiezo a caminar la provincia como senador nacional y también para constituir un frente para recuperar la provincia en 2023 -El socialismo es refractario a un acuerdo con el PRO o todo lo que huela a macrismo…. -Primero sacaría los nombres propios. Si hablamos de partidos, las diferencias existen entre el PS y el PRO. Pero en Santa Fe es posible construir un frente con un plan de gobierno común con diferentes partidos políticos que tengan concepciones distintas. No es fácil, pero lo veo viable. -¿Empieza a caminar la provincia con una intención electoral? -Empiezo a caminar la provincia como senador nacional y también para constituir un frente para recuperar la provincia en 2023. Sin nombres propios, no es momento ahora de hablar de candidaturas, estamos en un momento político, económico y social muy delicado. Hay que construir una alternativa con un plan diferente para resolver los problemas de los ciudadanos -No obstante, haber ganado una elección posiciona nombres….. -Sin dudas. Hay que construir liderazgos. Es que en Santa Fe los partidos mayoritarios se han quedado sin referentes y liderazgos importantes. No los tiene el radicalismo, no los tiene el peronismo porque a Perotti le ha ido muy mal, el PRO salió tercero en la interna provincial, el socialismo se quedó sin líder después de la muerte de Lifschitz. Todos los partidos están reconstruyendo los liderazgos -¿Está de acuerdo con una reforma constitucional si el gobierno lo plantease? -La reforma hay que hacerla, Santa Fe necesita una reforma constitucional, no puede tener una Constitución tan anticuada y con tantas fallas. Los dirigentes políticos tienen que tener la altura de avanzar con una reforma. La reelección del gobernador hay dejarla aparte. Quien lleve una reforma no puede poner en juego su reelección. Es lo que ha trabado los diferentes intentos de los últimos tiempos. Más información
Defender a Vicentin y no arrepentirse
La foto de lo que viene