El diputado nacional rosarino Gabriel Chumpitaz (PRO) fue muy crítico con su partido y su inserción en Unidos, coalición que gobierna la provincia de Santa Fe. Dijo que “el Pro no corta ni pincha”, “no discute los temas de agenda”, “perdió con el socialismo”, y que la vicegobernadora Gisela Scaglia, presidenta de su partido, “no conduce el Senado”.
El legislador cree que es tiempo de acompañar a fondo al gobierno del presidente Javier Milei y armar un “polo republicano” que le dé “musculatura” política a la gestión nacional. Por eso entiende que, de cara a 2025, se debe confluir en una alternativa electoral junto a La Libertad Avanza (LLA).
Chumpitaz termina su mandato el año que viene, insistirá con renovar su banca pero su proyecto es competir por la intendencia de Rosario en 2027. Es cercano a Bullrich –es más, la acompañó el último viernes a la apertura de la cárcel federal de Coronda– y tiene una relación de amistad con Maximiliano Pullaro con quien trabajó cuando el hoy gobernador comenzó con su proyecto que lo dejó en la Casa Gris.
En un mano a mano con Rosario3 dejó sus impresiones:
–¿Cuál es el balance del año legislativo?
–Muy positivo. Se aprobaron la ley Bases, el paquete fiscal, y en términos políticos se ratificaron los dos vetos del Presidente a la reforma previsional y al financiamiento universitario. Se le dio volumen y musculatura para gobernar. El Congreso trabajó todas las semanas, algo que antes no había sucedido y se reactivaron comisiones que no trabajaban desde hace años como lo bicameral de la Seguridad.
–¿Cómo evalúa la gestión Milei y en relación con el Poder Legislativo?
-La gestión de Milei se basó en el control de la macro-economía, la seguridad, y el control social en términos de desarticular la mayoría de las organizaciones sociales para que la ayuda llegue a las personas. La relación fue difícil con el Parlamento ya que Milei no llegaba a 40 diputados y lo mismo sucede en el Senado. No obstante hubo temas que se aprobaron en materia de seguridad, ludopatía, que años atrás no se trataban. Y quedó pendiente la baja de edad de imputabilidad.
–Usted es cercano a la ministra Patricia Bullrich, ¿qué análisis hace de su presencia en el gobierno?
–Hoy es un actor político trascendente que conduce el cambio en seguridad en el país. No sólo la baja del delito sino el control social. Se está apuntando a profesionalizar con un programa llamado “90/10”, por el que se enfocará a combatir el 90 por ciento de los delitos que se producen en el 10 por ciento del territorio.
Polémica Ficha Limpia
–¿Por qué no bajó a dar quórum para el tratamiento del proyecto Ficha Limpia?
-En varias oportunidades se trató y no se logró consenso para llegar al quórum. En la última votación faltaban varios votos. No bajar a dar quórum fue una decisión propia y personal, no llegué tarde ni me intoxiqué, porque había un riesgo político del kirchnerismo y sus aliados contra la conducción política. Había que ver la película entera y no esa foto. Se le estuvo mintiendo a la ciudadanía, se decía que iba a posibilitar que Cristina no fuera candidata y una ley no es retroactiva. Entiendo que hay que sacar y avanzar con un proyecto así, y es una decisión del Ejecutivo.
–¿Hubo un pedido del Presidente o de Bullrich para que no diera quórum?
–No lo hubo.
–Ahora Ficha Limpia es uno de los ejes del PRO, de su partido.
-Sí, de ciertos dirigentes del PRO. PRO se tiene que reinventar si quiere seguir en la vida política argentina. Tiene que abrir la puerta a nuevos dirigentes, de 40 a 50 años de edad. Lo he planteado en el partido, en el bloque. Si no se reinventa, se lo va a terminar comiendo La Libertad Avanza. Milei ganó una elección y lo hizo en casi todas las provincias. La gente eligió una idea y fue muy fuerte, la idea de la libertad, que eran valores y banderas del PRO y que después fueron perdiendo nitidez.
Por un polo republicano
–¿El PRO tiene que formar parte de LLA?
–Hay que armar un polo republicano, una alianza que le dé musculatura al gobierno nacional. Hay que comprender que es momento de acompañar. Si uno cree que el camino es por las ideas republicanas y de la libertad, hay que acompañar. Después se puede discutir desde dónde, desde el Congreso o el Ejecutivo. Esto, como dicen en España, es comunismo o libertad, la Argentina no se puede dar el lujo de retroceder.
–¿Es tan dicotómico así?
–El kirchnerismo estuvo a tres puntos de ganar en primera vuelta el año pasado, tiene una base electoral muy potente que siempre lo va a apoyar. No hay que darse el lujo de hacer peleas internas innecesarias, debe haber madurez de los dirigentes para apoyar las ideas que siempre defendimos. Es una posibilidad para que Argentina se abra al mundo, todo indica que puede pasar. No alcanza sólo con el apoyo de la gente, se necesita un colchón político para soportar los embates del kirchnerismo.
–¿El PRO no pierde identidad?
–Es una posibilidad. El debate interno es qué está primero: el PRO o el país, vos como dirigente o el conjunto, si tenemos esa madurez creo que hay que elegir las segundas opciones. Es clave el acompañamiento del PRO y quedó demostrado en la sanción de las leyes. Internamente hay dirigentes que tienen sus propios intereses y consideran que a veces hay que ir (con el gobierno) y otras no, yo creo que hay que ir a fondo.
–¿Piensa en constituir un bloque propio con otros diputados cercanos a Bullrich?
–No lo pienso así aunque se habló de esa posibilidad a partir de las diferencias entre Patricia (Bullrich) y Mauricio (Macri). Hay que hacer un interbloque liberal, de centroderecha, para soportar casi los dos tercios de los votos que pueden conseguir el kirchnerismo y sus aliados. Se trata de alcanzar el tercio de los votos con (los diputados de) LLA, PRO, algunos radicales y otros independientes de las provincias. Casi 86 votos, sería lo ideal.
Duro con el PRO santafesino
–¿Se siente más cerca de LLA que del PRO?
–Siempre fui liberal, PRO fue fascinante pero hoy perdió nitidez. Ya lo anticipé que PRO estaba perdiendo volumen y votantes. El desafío es adaptarse a las nuevas demandas y necesidades del votante, el PRO no logró adaptarse y hoy la LLA lo está llevando adelante.
–¿Esa falta de nitidez y de pérdida de volumen, como usted llama, también aplica para el PRO Santa Fe?
–En Santa Fe es más drástico. Hace poco dije que el PRO en Santa Fe es como un Blockbuster en la era de Netflix y somos todos los responsables por haber erosionado al partido y haberlo convertido en un partido muy chico. El PRO ni siquiera opina de los temas de agenda como la reforma constitucional o los cambios en la Corte. El PRO no corta ni pincha en los temas trascendentes. Hay que hacer autocrítica, estamos peor que a nivel nacional.
–Pero Gisela Scaglia es la vicegobernadora y también la presidenta del partido
–La vice-gobernación es un cargo, una formalidad. La vicegobernadora no conduce el Senado en términos reales, lo conducen otros senadores. Y tampoco conduce a todos los espacios del PRO. No es algo personal contra Gisela, es algo que se fue dando y ella decidió ocupar ese rol. No lo veo al PRO como partido sólido y que marque agenda en la política santafesina.
Relación con Pullaro
–Usted fue uno de los primeros aliados al proyecto de Maximiliano Pullaro, estuvo con él incluso cuando perdió la interna con Carolina Losada en 2021, ¿se rompió la relación con el gobernador?
–Tengo una relación de amistad con Maxi, me toco acompañarlo en las malas. Unidos fue una herramienta electoral muy valiosa para lograr que el mejor candidato llegue a la gobernación, de lo contrario el electorado se dividía en tres sectores: Juntos por el Cambio, el socialismo y el kirchnerismo. Ahora, a la hora de gobernar y conducir la provincia se hace difícil porque hay pensamientos dispares. En ese intento de juntar el pensamiento del PRO con el socialismo alguno pierde y el que perdió fue el PRO. El gobierno no tiene ningún pensamiento de centroderecha, no lleva adelante ninguna de las banderas.
–¿Esperaba otra cosas del gobernador para con usted?
–Me invitaron a participar del gobierno, pero mi objetivo fue aportar a que se logre ganar la gobernación. Apostaba por la intendencia de Rosario, después hicimos acuerdo con (Miguel) Tessandori porque sumaba más. Esa posibilidad quedó pendiente para el 2027 y vamos a competir por la intendencia.
–¿Será como candidato del PRO o de LLA?
–Hay un votante de centroderecha y liberal que tiene ese pensamiento, y eso quedó demostrado con el triunfo de Milei, que podemos mostrarle una Rosario mejor. Mi sueño no es ser intendente, sino transformar la ciudad entre muchas personas: empresarios, intelectuales, políticos, periodistas, sindicalistas. Buscar un proyecto en conjunto y con mirada al mundo. Hoy a la ciudad la veo bien, normal, a prueba. Quiero que sobresalga y sea la mejor de la Argentina.
–¿Qué opinión tiene sobre la gestión del intendente Pablo Javkin?
–La veo bien, ha mejorado. Supera al primer mandato cuando tuv. algunos problemas de gestión quizás producto de la pandemia, y no se acomodó al principio. Los cambios en seguridad le trajeron un respiro y oxígeno.
¿Y en 2025?
–¿Dónde se posicionará en el 2025, año electoral?
–A nivel nacional voy a apoyar al gobierno de Milei. Lo más trascendente y bisagra son las elecciones intermedias para tener mayor cantidad de diputados y aumentar la representación en Senado. Para Santa Fe, nuestro grupo tomará una decisión en enero.
–El año que viene finaliza su mandato como diputado nacional, ¿va a intentar renovar la banca?
–En principio la idea es renovar la banca pero no es determinante para el proyecto de Rosario. Si no se da la posibilidad de seguir en el Congreso, voy a volver a mi empresa y prepararme para el 2027. No voy a tomar un cargo público si es que no renuevo.
–¿El año que viene bajo qué espacio político intentará ser candidato?
-Entiendo que habrá un acuerdo entre LLA y PRO. Creo que habrá una lista del Presidente y otra del kirchnerismo. Esto lo tienen que entender en el PRO.
–¿Se considera un soldado de Bullrich que trabaja por Milei?
-Trabajamos como comando más que como un soldado. Pusimos la cara en Seguridad en toda la agenda, defendiendo a Patricia y a Milei.