Un legislador rosarino fue uno de los artífices del consenso que permitió la media sanción del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por parte de la Cámara de Diputados de la Nación esta semana. Se trata del vicepresidente primero de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Luciano Laspina (Juntos por el Cambio-PRO), quien participó activamente de las conversaciones que terminaron con la aprobación del proyecto impulsado por el gobierno con 204 voluntades favorables.
Laspina, minutos después de la votación, habló con Rosario3.com y destacó la decisión de “haber evitado el default” sin, al mismo tiempo, avalar la política económica del ministro Martín Guzmán, como pretendía el gobierno con el “empaquetado” de su proyecto original. Fue muy duro con el sector del oficialismo que votó en contra, los trató de “irresponsables” y de “no hacerse cargo en las buenas y en las malas cuando se integra una coalición de gobierno”.
“Cristina y Máximo (Kirchner) conspiran para cerrar un acuerdo con el FMI”, agregó, y se mostró convencido de que no hay riesgo de que se caiga la ley en el Senado Nacional.
—¿Qué dejó la votación a favor del acuerdo con el Fondo?
—Hicimos un esfuerzo para hacerle entender al gobierno que el Congreso no vota planes económicos. No avalamos el acuerdo de la política económica con el FMI. Impusimos al gobierno un dictamen que evita el default pero no avala las políticas de Guzmán.
—Hubo diputados de su mismo espacio que no votaron a favor o estuvieron ausentes….
—López Murphy se manifestó en contra, el resto fue bastante unánime. Todo Juntos por el Cambio está alineado dentro de lo acordado para evitar el default y las políticas económicas las va seguir dictando el gobierno. Eso sí, no se podrá refinanciar sin nuestro acuerdo. Tenemos que controlar que no haya nuevos impuestos, descontrol de déficit de empresas públicas y seguir firmes para poner un freno a la suba de impuestos y gastos.
—¿Fue más difícil convencer a propios que a extraños?
—No fue una discusión fácil. El gobierno nos tendió una trama. Nos hacía responsables del default y sus políticas económicas. Pudimos endurecer el discurso para tomar distancia y les dijimos que no podíamos avalar ese enlatado de Guzmán en una suerte de reinterpretación de la Consititución donde pedía autorización de la política económica que es responsabilidad del gobierno. Hubo diferentes posiciones en cuanto a la estrategia, algunos se plantaron diciendo que no podíamos empujar al gobierno al default y otros que queríamos que el gobierno se hiciera cargo y votara unido. Ahora bien, si en el gobierno hay irresponsables que no acompañaron, nosotros tenemos que ser responsables y evitar el default y darle herramientas crediticias para que renegocie el acuerdo con el FMI. Después la gente decidirá si está de
acuerdo o no con las políticas económicas. Cumplimos con nuestro rol y responsabilidad institucional a pesar de la irresponsabilidad del oficialismo que llegó partido a la votación.
—¿Los integrantes de la coalición oficialista que no votaron a favor del acuerdo son irresponsables?
—Cuando uno integra una colación de gobierno se tiene que hacer cargo en las buenas y en las malas. Necesariamente hay que ser responsable del manejo de las cuentas públicas y el kirchnerismo siempre le gusto repartir plata y subsidió a diferentes sectores, pero después no le gusta pagar los platos rotos de la expansión del gasto. Elgobierno se quedó sin capacidad de financiamiento, sin poder conseguir crédito en los mercados externos y en el mercado local, no puede emitir. De ese escenario difícil, a pesar de la buena
situación de los precios internacionales, una parte del oficialismo se corre de la responsabilidad.
Impusimos al gobierno un dictamen que evita el default pero no avala las políticas de Guzmán
—Ese mismo sector les dice que ustedes fueron los irresponsables de haber contraído un crédito como lo hizo Macri en el 2018 con el FMI…
—La historia es más compleja. El gobierno de Macri recibió una déficit fiscal del cinco por ciento del gobierno de Cristina. Macri decide ir reduciendo de manera gradual a través del endeudamiento y cuando los mercados internacionales cerraron el grifo hubo que ir al FMI. La deuda con el Fondo es apenas el 11 por ciento del total de la deuda del país que es de más de 300 mil millones de dólares y la deuda con el FMI es de 44. El kirchnerismo quiere hacer creer que arreglar la deuda con el FMI y nos quieres hacer creer que es el único problema. Los problemas de la Argentina son de crecimiento y no de deuda. Argentina no tiene tanta deuda si la comparamos con otros países. El tema es que no reduce el déficit fiscal y no hay crecimiento desde hace diez años cuando el kirchnerismo dinamitó las posibilidades de crecimiento: altas
retenciones, elevado gasto, regulaciones anti empleo. Hay que cambiar el modelo de crecimiento.
—¿Qué responsabilidad ahora tienen el Senado y Cristina frente al proyecto de acuerdo con el Fondo que viene con la media sanción de Diputados?
—El proyecto salió de Diputados con el apoyo de Junto y un sector del Frente de Todos. En el Senado el proyecto debería pasar, no hay riesgo de que se caiga. Cristina y Máximo conspiran contra cerrar un acuerdo con el FMI porque no quieren entregar sus banderas simbólicas. Cristina se ha convertido en una líder populista de proyección global, imposible de encajar si participan de un gobierno que firma un acuerdo con el Fondo donde dice que hay que salir del cepo y que haya racionalidad en la administración de los recursos, entre otros. En esa racionalidad el kirchnerismo no entra y se aleja, y se recuesta en un pensamiento más de izquierda. No quiere ser salpicado por algo que tenga que ver con el Fondo Monetario.
—¿Qué lectura hace de los incidentes fuera del Congreso?
—Esto fue parecido a lo del 2017 (en referencia a los incidentes ocurridos cuando se votó la reforma jubilatoria). Hay sectores radicalizados que no tienen votos pero tienen la capacidad muy grande de ejercer violencia y ponen en riesgo la democracia. Hay que ponerle límites no solo con la ley sino también revisar las políticas sociales. Es que hay planes que sirven para financiar las protestas y la violencia. No hay seguir alimentando el monstruo que atenta contra la democracia.
—¿Qué sensaciones le quedan después de esta semana?
—Fue una semana histórica. Mi corazón me planteo contradicciones, le solucionamos problemas a un gobierno irresponsable y que llegó partido a la votación. Pero hemos beneficiado a la Argentina para evitar el default y evitar el despilfarro del gasto y aumentar impuestos. Me llevo la tranquilidad de haber actuado con responsabilidad como negociador y haber podido quebrar la resistencia del abrazo del oso del gobierno para empaquetar el acuerdo y la política económica.