Al presidente del Frente Amplio de Uruguay, Fernando Pereira, que estuvo hasta este sábado en Rosario, le pareció “raro” que el socialismo santafesino forme parte de una coalición con el PRO de cara a las próximas elecciones provinciales. Si bien se cuidó de no opinar sobre cuestiones internas del país, el ex líder de la central obrera del vecino país estuvo reunido con sectores que intentan forman un espacio de centroizquierda en Santa Fe y los alentó a constituir un espacio “alternativo a modelos neoliberales”. “Ojalá los progresismos entiendan que se necesitan para gobernar una región, una ciudad o un país” expresó en un mano a mano con Rosario3.
Pereira fue dirigente del gremio del magisterio uruguayo y llegó a ser el presidente de la central sindical. El año pasado fue electo para conducir el Frente Amplio, que gobernó entre 2005 y 2020, y salió a buscar apoyos de sus conciudadanos dentro y fuera de su país para volver al poder. Pasó por la ciudad y tuvo una cargada agenda cuyo epicentro fue una charla abierta sobre los 50 años del golpe de Estado en Uruguay y las perspectivas de la izquierda latinoamericana en la facultad de Humanidades junto al diputado Carlos Del Frade.
También tuvo tiempo para reunirse en la Casa Uruguaya de Rosario con referentes locales como los socialistas disidentes -la ex ministra de Educación Claudia Balagué y Eduardo Di Pollina- , la diputada provincial Verónica Benas (Frente Progresista), y las ex legisladoras Alicia Gutiérrez y Mercedes Meier, entre otros, quienes apuestan a formar un espacio de centroizquierda que tome distancia del oficialismo así como también del denominado frente de frentes (radicales, socialismo, PRO, CREO, PDP y otros).
-¿En qué contexto se enmarca su visita a Rosario?
-Es que ya en diciembre fuimos a Buenos Aires y llenamos un teatro de la CTA. Queremos que el Frente Amplio vuelva a transformar a Uruguay, no se trata de volver al poder sino que cuando gobernó el Frente Amplio se transformó al país, y eso requiere dialogar con los frenteamplistas. En un sólo año pasamos de 386 a 442 locales o comités de bases, de 7.500 a 15 mil militantes activos, hicimos 1.500 reuniones en el territorio y 10 afuera del país.
El Frente es una opción de cambio frente al modelo neoliberal y hay que fortalecerlo con la cercanía de sus dirigentes.
-Tuvo una reunión con referentes políticos que intentan un espacio de centroizquierda por fuera de los dos grandes frentes electorales en la provincia de Santa Fe. ¿Es posible crear un espacio así?
-No lo sé. No me quiero meter en cuestiones internas de cada país. Lo que conté es cómo se arma un frente, una experiencia de unidad que ya tiene 50 años y cómo los valores principios nacen de la gente que se organiza, que tiene militancia barrial, sindical, social, ambientalista, feminista, que es necesario escuchar, y construir un espacio que entienda la sensibilidad del lugar donde vive. Esa experiencia de unidad, valores y principios es relevante a la hora de constituir un frente alternativo a modelos neoliberales. Pero cada pueblo arma su propio destino. Sería fácil tener una receta de cómo construir un partido político y enviárselo a todos los países del mundo. Si la política fuera tan sencilla no tendría dificultades, pero las cosas no son tan sencillas. Estas conversaciones vienen muy bien para abrir la cabeza.
-¿Cómo ve el acuerdo del socialismo con sectores como el PRO?
-Lo veo raro. No me meto en asuntos de otros países. Como observador lo veo raro. Ojalá los progresismos entiendan que se necesitan para gobernar una región, una ciudad o un país. Sería brutal que el PRO volviera a gobernar Argentina con el daño que hizo (Mauricio) Macri, pero puede llegar a pasar. La alternativa tiene que ser lo más amplia posible.
-¿Qué análisis hace sobre los fenómenos de derechización en América Latina? ¿Pueden profundizarse aún más?
-La ultraderecha avanzó en el mundo, en Francia, España, (Donald) Trump en Estados Unidos, (Jair) Bolsonaro en Brasil. El hecho de que Lula le haya ganado por muy poca diferencia a Bolsonaro con todo el desastre que fue su gobierno o el avance del macrismo en Argentina son señales duras. Pero se enfrentan democráticamente con alternativas superiores, con la unidad del pueblo abajo. Ellos tienen el poder económico, mediático y financiero. El poder de los progresismos no está ahí, está en la gente. Si nosotros nos alejamos de la gente, la derecha tiene grandes posibilidades de avanzar con fenómenos como el de (Javier) Milei.
De argentinos y uruguayos
-¿Cómo se ve desde Uruguay a la Argentina?
-Argentina es un país muy rico y en Uruguay estamos preocupados cuando llueve en la Pampa húmeda. Pero también nos une la Historia, creencias, filosofías de vida. Tengo mucho respeto por Argentina y Uruguay tendría que tener otra mirada sobre Argentina.
Uruguay cada vez que tuvo un diferendo con Argentina desde (Juan Domingo) Perón para acá siempre fue muy complejo para Uruguay. Uruguay tiene la necesidad de mirar a la Argentina como un hermano. Así como es un rival en lo futbolístico, tiene que ser un socio potente en lo económico y en la medida de que construyamos puentes entre ambos como la integración productiva o el intercambio comercial puede ser sustancial.
Ahora ese diálogo ha faltado, Uruguay mira a Argentina con mucha atención y debería mirarlo con mucha más atención. Tuvimos dificultades fuertes como el conflicto cuando se construyó la pastera UPM (ex Botnia) que nos gastó una cantidad de años de vínculos y no nos permitió avanzar en el proceso de integración regional sin el cual esta región no se va a poder integrar en el mundo.
-¿Cuál es hoy la relación entre ambos gobiernos?
-Tuvimos malos y buenos momentos. Es malísimo para los uruguayos tener mala relación con Argentina. En este momento de mal relacionamiento, se podrá fingir o no, pero el vínculo es no positivo entre ambos presidentes, y eso no es bueno para ambos países y menos para Uruguay. A mí no me gusta que haya un vínculo distorsionado. Los nacionalismos son buenos, pero los regionalismos también. Hay que sentirse habitante del Mercosur y si los vínculos no son buenos, eso es malo.
Reformas y puja electoral
-El gobierno del presidente (Luis) Lacalle Pou apuesta a dos grandes reformas, la previsional y la educativa. Más allá de la puja por el poder, ¿por qué el Frente Amplio se planta contra ambas?
-Porque la reforma previsional se centra en que el financiamiento del déficit del sistema de la seguridad social lo paguen los trabajadores con más años y con menos jubilación cuando se jubilen. Lo pagan las viudas con pensiones más cortas dependiendo de la edad, y los discapacitados que se van a jubilar hasta con un 44% menos de lo que hoy se jubilarían.
¿Qué uruguayo sensible puede estar de acuerdo con esto? Si usted me dice que el déficit se va a tomar de personas que tienen rentas altas o se van a colocar cargas impositivas a otros sectores de la sociedad. Pero acá se va a financiar el déficit sobre las espaldas de los trabajadores y eso es inadmisible.
Y la reforma educativa tiene los dramas de los gobiernos que tienen que transformar la educación dentro de su período de gobierno y como lo tienen que hacer con velocidad lo hacen sin consultar a maestros, profesores y académicos; sin poner a prueba o hacer prueba piloto. Y eso tiende a fracasar. Pero sobre todo porque se hace sin presupuesto. El gobierno de Lacalle ha gastado 139 millones de dólares menos en la educación pública inicial y media y 39 millones menos en la universidad. No se puede transformar la educación sin recursos. Ninguno país del mundo ha transformado la educación sin poner recursos. No nos oponemos porque sea el gobierno de Lacalle, sino porque es una transformación sin ninguna perspectiva. Si el Frente Amplio llega al gobierno va a intentar profundizar la transformación porque la reforma es necesaria, pero esa transformación debe ser justa, solidaria y debe contar con recursos.
-¿Está de acuerdo con los paros docentes?, (el ex presidente) José Pepe Mujica fue muy crítico con los gremios docentes.
-Los gremios luchan y si no luchan no hubieran conseguido conquistas como las ocho horas laborales, el aguinaldo, las licencias médicas, los derechos laborales y los convenios colectivos. En ese punto tengo diferencias con Pepe, no es sustancial, pero cuando los sindicatos no luchan, las conquistas no caen del cielo. Hay luchas por los salarios pero también por los cambios en el sistema. Me preocupan mucho los países donde no hay lucha sindical porque probablemente haya déficits. Por supuesto que habrá habido muchos paros con los que no he estado de acuerdo o no los debo haber votado.
-Que un dirigente que haya estado al frente de la centtral obrera del país y conduzca un frente partidario es algo que no se da en la Argentina, ¿cómo lo vive?
-No me lo propuse. Lo hicieron militantes de base para conducir y sacar al Frente del 30% de adhesión que tenía. Todos los días intento que el espacio crezca y sea nuevamente gobierno. No tengo ninguna intención de ser candidato, aunque suene raro. Voy a poder conducir el Frente cuando sea gobierno, cumpliendo otro papel, defendiendo al gobierno y diciéndole lo que hace mal. Y creo que esa voz fue la que faltó en el gobierno anterior.
La interna del Frente Amplio
-Para los últimos comicios presidenciales fue muy polémica la elección del candidato del Frente Amplio, ¿cómo será esta vez?
-Va a haber un candidato electo producto de una elección interna y habrá más de un candidato. Hay candidatos de calidad, peso político e influencia en la comunidad. A mí no me preocupa la elección del candidato, me preocupa hacerla con generosidad, humildad y amplitud. Porque la gente no admite en la izquierda divisiones para llegar o vernos que no escuchamos al resto.
-El Frente tiene dos nombres muy potentes y con aspiraciones como son los intendentes de Montevideo (Carolina Cosse) y de Canelones (Yamandú Orsi), ¿la interna podrá dirimir esas diferencias en pos de la unidad para después pelear por la presidencia?
-Lo democrático es amigo de lo progresista. En su momento peleamos por una candidatura única. La interna te permite definir el candidato de la mayoría. Será Orsi, Cosse o (el senador) Mario (Bergara). El tema es que quede la fila india armada, que todos se encolumnen detrás de ese candidato electo y que la dirección del Frente apuntale a ese candidato para que sea el presidente.
Todas las encuestas dan al Frente Amplio cinco puntos por encima de la actual coalición de gobierno. Eso no nos va a dar la victoria. Lo que nos está dando la victoria es que estamos en cada territorio, cada ciudad, cada feria o supermercado. Y nadie es más que nadie. Ese es el Frente Amplio que quiero.
-¿Es decisivo el apoyo de Pepe Mujica que ya hizo a Orsi?
-Es decisivo el apoyo de Pepe al Frente Amplio. Pepe ha apoyado candidatos que no han ganado, por ejemplo para la última elección a intendente a Montevideo donde apoyó a un candidato que no ganó y ganó otra. Es determinante su apoyo y todo el mundo quiere que Pepe lo apoye, pero no es el único factor para ganar una interna. El Frente Amplio es más importante que Pepe. Y Pepe también lo sabe, eso no significa que Pepe se exprese porque es un hombre libre y puede hacerlo.
-Hubo mucha polémica cuando se conoció que la intendenta de Montevideo contrató a Lali Espósito por más de 250 mil dólares para actuar en un festival por el mes de la mujer. ¿Cuál es su opinión?
-Algunos opinan que es un precio demasiado alto en relación a los artistas nacionales, otros que al festival vale la pena popularizarlo cobrando una entrada de diez dólares. Todo es discutible. Invertir en cultura es razonable y que en la grilla haya mujeres uruguayas de la cultura es importante. A la gente le podrá gustar más o menos Lali Espósito, pero en Uruguay convoca a miles y entiendo que es talentosa. Tampoco hay que mirar al artista argentino como si los uruguayos no hayan venido a la Argentina a ganar un público mayor.
No me parece mal, es una definición artística. La cultura cambia el mundo y después con respecto al monto cada artista cobra el valor que cree que tiene. Es como discutir el sueldo de (Lionel) Messi. Es muy difícil de valorar.