El peronismo, que volverá a la condición de oficialismo el 10 diciembre, deberá negociar con los representantes de Juntos por el Cambio y las demás fuerzas opositoras, para designar al nuevo procurador general de la Nación, al presidente del Banco Central de la República Argentina o cualquier otro cargo que necesite de los dos tercios de los votos de la Cámara de Senadores.
El Frente de Todos, ya sea como bloque o como interbloque entre el kirchnerismo y el peronismo ortodoxo, contará con 36 senadores, a los que se les podrían sumar bancadas aliadas, como el Frente Cívico de Santiago del Estero y la peronista puntana María Eugenia Catalfamo.
A esos 39 senadores, el que será oficialismo desde el 10 de diciembre podría coordinar estrategias con otros tres legisladores: los dos representantes del Partido Renovador de la Concordia y el gobernador Alberto Weretilneck, electo para la Cámara alta por el Frente Juntos Somos Río Negro.
Como máximo, el peronismo podría sumar la adhesión del puntano Adolfo Rodríguez Saá quien, sin embargo, se mostró cerca de la fórmula de Juntos por el Cambio, compuesta por Mauricio Macri y por Miguel Angel Pichetto, y cuya relación con su hermano, el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, está quebrada.
De ese modo, sumando a quien fue presidente durante pocos días en diciembre de 2001, el oficialismo llegaría a 43 senadores: cinco menos que los dos tercios exigidos por la Constitución para la designación, por ejemplo, del procurador general de la Nación.
En la actualidad, ese cargo está detentado de manera interina por Eduardo Casal, ya que el pliego de Inés Weinberg de Roca, enviado por Macri el año pasado, aún no obtuvo el acuerdo de la Cámara.
Del mismo modo podría ocurrir cuando Fernández resuelva reemplazar al actual presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Su sucesor podría seguir los mismos pasos: ser designado en comisión a la espera del acuerdo del Senado.
Los dos tercios de los votos en el Senado, además, son necesarios para la designación de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y para una hipotética reforma Constitucional.
La única manera en que el peronismo pueda asegurarse los dos tercios de los votos sería negociar la adhesión de, al menos, cinco legisladores de la futura oposición de Juntos por el Cambio.
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