Los festejos en pandemia en la Quinta de Olivos resultaron una buena excusa para que Juntos por el Cambio y el Frente de Todos hagan lo que mejor saben hacer: definirse a sí mismos como la antítesis del otro.
Para Juntos por el Cambio, la foto de Olivos fue como recibir un regalo a pesar de que el cumpleaños era de la primera dama. A partir de allí construyó una hipérbole de las flaquezas del peronismo y puso en segundo plano el aturdimiento que arrastra por la derrota de 2019 y los liderazgos emergentes. Así gana tiempo hasta tanto encuentre y consolide algo distinto que ofrecerle al país.
En el Frente de Todos, una campaña que estaba pensaba para promover los activos de una gestión marcada por la pandemia (bono a jubilados, reapertura de paritarias, beneficios a monotributistas, vacunación, asistencia IFE y ATP, reactivación económica) tuvo un dramático giro hacia posiciones defensivas.
Con la palabra del presidente debilitada y el consecuente estado deliberativo adentro del espacio, la centralidad de Cristina asoma diáfana. La quiere ahí la oposición para polarizar; la quiere ahí el oficialismo para contener, defender, motivar, pero sobre todo mostrar que el Frente de Todos tiene un camino. Días atrás en Isla Maciel, mientras recordaba por qué se hizo peronista en su juventud, señaló que es indistinta la identidad peronista o kirchnerista. Un mensaje dirigido a los especuladores: nadie saca los pies del plato ahora que las papas queman.
El peronismo, y en especial Cristina por ser la conductora del Frente de Todos, no pueden repetir la historia de 2011/2015, cuando los gobernadores peronistas contrariados con ella se encerraban en sus provincias o armaban bloques legislativos separados de un oficialismo que se fue enflaqueciendo hasta perder las elecciones presidenciales.
La magistral jugada de ofrecer la candidatura a Alberto Fernández como forma de recomponer un proyecto común, pero también de romper el techo electoral de la propia Cristina, significó el plus para el triunfo de 2019. De acuerdo a la foto de hoy, un Alberto golpeado ya no podría asegurar ese triunfo en 2023. Hay que seguir de cerca a Sergio Massa, por estas horas dedicado a sostener la alianza, caminar territorio bonaerense junto con Máximo Kirchner y sostener al presidente.
Aquellos años de desencuentros quizás hayan convencido a Cristina de que a los que les desconfía es mejor contenerlos que darles la excusa para que se despeguen y armen rancho aparte, aunque nada garantiza que no vayan a hacerlo.
Operativo despegue
El gobierno provincial, que había presentado como un triunfo el acuerdo en las listas con el presidente y Cristina se dio cuenta que después de las fotos de Olivos esos apoyos pasaron a ser activos de riesgo para un gobernador que de kirchnerista no tiene nada y al que no le resulta fácil explicarle a su electorado duro la alianza con la vicepresidenta. Por eso, la campaña de golpe y porrazo se provincializó. Esta semana no aterrizaron ministros nacionales y fotos como la realizada en el Instituto Patria con los precandidatos santafesinos, de las que se prometieron varias más antes del comicio, quedaron en pausa.
Tras la foto de Olivos, el perottismo reaccionó como quien se corre sigilosamente y sin que se note. El gobernador hasta aquí no se pronunció sobre el escándalo y todas las veces que atendió a la prensa fue con la aclaración que no respondería preguntas de política. Es decir de la foto de Olivos.
Boleto educativo, Billetera Santa Fe, algo del Plan Incluir y campaña de vacunación serán los ejes de la campaña de Perotti. En la vereda de enfrente, Agustín Rossi cree estar viendo que se cumple antes de lo que pensaba su profecía sobre quiénes son los que van a estar “bancando” al gobierno y a Cristina en las malas. “¿Escucharon a algún candidato de Hacemos Santa Fe hablar y defender las políticas nacionales, los bonos a jubilados, la reapertura de paritarias…? Ninguno. Y no lo van a hacer”, disparó en su clásico espacio de los domingos a la tardecita por Facebook Live, donde esta noche propondrá un proyecto de ley con beneficios para 2 millones de monotributistas llamados “puros”.
En el espacio del Chivo también hay fastidio por “la apropiación del gobierno provincial de los logros de la campaña de vacunación y la atención de la pandemia, sin mencionar que las vacunas y muchos de los fondos los manda el gobierno nacional”.
En Juntos por el Cambio, los practicantes del antikirchnerismo más duro exprimen la fiesta en Olivos a más no poder, sobre todo las listas que encabezan por separado Carolina Losada y Federico Angelini.
La línea amarilla
Éste último, el único precandidato a senador del PRO, prepara el terreno para el desembarco en su apoyo de la primera línea del partido. Mauricio Macri entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre, en día y lugar de la provincia a confirmar. El 7 (cinco días antes de la elección) estará Patricia Bullrich. También habrá una visita de Horacio Rodríguez Larreta, que en la cartelería juega para Angelini pero al mismo tiempo es la figura más disputada entre las 4 listas.
Macri esta semana se incorporó a la campaña nacional de Juntos por el Cambio. Llega a Santa Fe arrastrando una imagen negativa más alta que Horacio Rodríguez Larreta y una positiva más baja, y aferrado a un libro que lleva su firma y el título “Primer tiempo”. Macri rinde para su núcleo duro, por eso le sirve a Federico Angelini en el contexto de las Paso. Tiene números malos en Rosario, mejora en la capital provincial y le levanta el promedio los 17 departamentos restantes.
En una elección general habrá que ver… Qué autoridad puede tener Macri para hablar de falta de ejemplaridad, la “destrucción de la autoridad moral” y de “la palabra del presidente” habiendo permitido por decreto y en contra de la negativa expresa del Congreso, que su hermano participara con decenas de millones de dólares del blanqueo de capitales, así como otros funcionarios y sus familiares. Hay otras voces en JxC con mayor autoridad.
Si de referencias nacionales se trata, José Corral cosecha fotos con Elisa Carrió, se sumará en algún momento el cordobés Mario Negri y se dice que tiene un compromiso de Macri de juntarse cuando esté en la provincia.
En tanto, Maximiliano Pullaro pasó dos días acompañado por Martín Lousteau. Ambos protagonizaron una conferencia de prensa en la que el ex ministro de Seguridad buscó subir al ring al gobierno de Omar Perotti con fuertes cuestionamientos y justificó el salto desde el Frente Progresista a JxC para poder derrotar al kirchnerismo. Losteau fue claro sobre lo que busca: “Esta elección de medio término es relevante porque determina un resultado que abre un escenario para 2023”.
También el socialismo encontró una oportunidad de sacar provecho de la fiesta en Olivos. La precandidata Clara García se paseó en la semana por varios medios donde resaltó el contraste entre el escándalo protagonizado por el presidente con la ejemplaridad de su esposo y ex gobernador Miguel Lifschitz, que siendo un hombre de poder no salteó ninguna fila para vacunarse. Clara García tiene niveles de conocimiento menores fuera de Rosario respecto del experimentado Rubén Giustiniani, su adversario en la primaria del FAP y candidato del intendente Pablo Javkin.
La Constitución añejada
La semana pasada terminó y la nueva arranca con movimiento en tribunales. A la balacera contra el Centro de Justicia Penal y el desafío de Ariel “Guille” Cantero que pusieron de nuevo a Rosario en todas las pantallas y tapas del diario del país, le sigue la expectativa sobre los pasos a seguir este lunes por el senador Armando Traferri, que está citado a una audiencia imputativa en el marco de la investigación por juego clandestino.
Ante esa citación, Traferri recurrió a la Cámara de Senadores para que le diga qué hacer. Los senadores no le dijeron si tiene que presentarse o no, eso lo definirá él mismo con su defensa. Sí votaron un dictamen en el que ratifican que el tema ya fue tratado por la Cámara y que la resolución de diciembre de 2020 está vigente, por lo tanto, según el artículo 51 de la Constitución provincial, no puede ser sometido a proceso sin esa autorización.
El presidente de la comisión de Constitucionales Raúl Gramajo (PJ) volvió a cuestionar el fallo del juez de cámara que declaró inconstitucional ese artículo de la Constitución y lo calificó como “un fallo sin pies ni cabeza” porque claramente “las constituciones provinciales pueden establecer sus propias garantías sin que sean iguales a la Nación”, mientras sean dentro del modelo de democracia republicana.
Recordó que con el mismo argumento al que el camarista hizo lugar, Carlos Reutemann intentó que la Corte nacional le habilitara la reelección, que en Santa Fe no está permitida y a nivel nacional sí, y la votación fue de rechazo por 9 votos a 0. Ese criterio en caso de la reelección fue ratificado la semana pasada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José de Costa Rica. Ni la reelección, ni los fueros son derechos personalísimos, por lo tanto, confió Gramajo, la Corte Suprema provincial a su turno revocará el fallo del juez de Cámara que habilitó la citación a Traferri.
En definitiva, el Senado provincial está dispuesto a defender a capa y espada ese artículo de la Constitución santafesina, que sin dudas, a 60 años de su redacción, pasó de verse como una garantía imprescindible para quienes debían legislar en un país con el peronismo proscripto, golpes de estado a cada rato y presos políticos, a un privilegio que permite eludir la Justicia.
Lo que ocurra este lunes será relevante, entre otras cosas, porque mostrará si el desplazamiento del abogado defensor José Luis Vázquez y su reemplazo por Oscar Romera confirma un cambio de estrategia judicial, tal como venía meditando Traferri, según pudo saber Rosario3 de parte de fuentes cercanas. Romera se presentaría ante los fiscales a primera hora de este lunes.
Seguridad y educación
En una ciudad donde la mitad de sus habitantes señala como principal problema la seguridad, que dos personas pasen a las once de la noche armadas en moto, disparen impunemente contra un edificio judicial sin que haya una reacción de las fuerzas de seguridad, más estando avisadas de que era posible que ocurriese, no hace más que profundizar el desánimo sobre la capacidad de las autoridades de accionar sobre el flagelo de la violencia. Al gobernador no le quedó más que admitir que se fracasó en la prevención y planificación de la cobertura de seguridad de quienes participan del juicio que tiene a un líder de Los Monos en el banquillo.
Otro error que se repite sin solución es el de transformar buenas noticias en enojo. Es lo que ocurrió con la decisión de normalizar las clases del ciclo inicial, y levantar la alternancia a partir de este lunes. Esa comunicación llegó el viernes a las 13, cuando la mitad de la comunidad educativa ya había terminado la semana. Una vez más la ministra Cantero obliga a directores, maestros, supervisores a trabajar el fin de semana.
Una medida así no se comunica de un momento para el otro: hay que reacomodar espacios porque la normalidad que se retoma no es la de antes de marzo de 2020; reponer mobiliarios que se habían desplazado para cumplir protocolos; reorganizar horarios de ingreso para que los niños que hasta ahora eran 10 o 15 no se amontonen en un fila de 25. Hay jardines en Rosario que tienen que reorganizar diez secciones por turno.
Lo curioso es que cuestiones similares ya ocurrieron y se prometieron corregir. Pero se insiste en lo mismo. La realidad es que la medida no se va a poner en práctica desde el lunes porque es imposible, y se hará de forma gradual a lo largo de la semana. Esto trae aparejado un segundo malestar: el de los padres que escuchan el anuncio de que todo se normaliza pero en la práctica no es así, lo que en no pocos casos lleva a poner en entredicho la voluntad de docentes e instituciones.