“La guerra de Malvinas les llegó a los argentinos por los oídos”. La afirmación se lee en el inicio del prólogo de Escuchar Malvinas: música y sonidos de la guerra, compilado por Abel Gilbert y Esteban Buch (Editorial Gourmet). La oración abre paso a otros diez capítulos –entre el ensayo y la investigación periodística– en los que se invita a pasar de la visión a la escucha.
Si la Junta Militar informó a través de la cadena nacional el desembarco argentino en Puerto Stanley, el 2 de abril de 1982, lo segundo que se escuchó, finalizado el Comunicado, fue la "Marcha de las Malvinas".
Esa canción, compuesta en 1940, se convertiría en una suerte de “banda de sonido” transversal capaz de replicarse tanto en actos escolares como en los medios de comunicación hasta colarse en las “listas de éxitos”, en medio de la difusión (ahora) autorizada del rock argentino.
En el intercalado de ese magma sonoro están los testimonios –“la experiencia acústica”– de quienes combatieron en la Guerra de Malvinas.
Con el objetivo de recuperar algo de esa memoria audible, y el modo en el que una sociedad (la argentina) gestionó el conflicto bélico en el Atlántico sur, es que ambos compiladores pusieron manos a la obra en un este libro colectivo en el que convergen distintos abordajes "desde una perspectiva aural”.
“No se busca anular el paradigma visual, sino agregar nuevas capas de sentido", explicó el músico, ensayista y periodista Abel Gilbert, en diálogo con Rosario3.
Esta “predisposición en el sondeo" es la misma que orientó el trabajo del entrevistado en otros de sus libros: Satisfaction en la Esma: música y sonido durante la dictadura (1976-1983), publicado por Gourmet. Y es, desde ese lugar, que afirma: “Las experiencias acústicas de Malvinas y la Dictadura tienen en común la sordera y el silencio”
Oíd, mortales
A partir de investigaciones previas sobre las consecuencias “audibles” de la Guerra Fría y la Guerra de Vietnam, por mencionar dos de los ejemplos citados en la charla telefónica, el también creador del ensamble Factor Burzaco detalló el recorrido que realizó en el capítulo “Los sonidos de la guerra”, para el que realizó unas 40 entrevistas a ex combatientes.
“Busqué indagar en qué traen en los oídos las personas que entraron en combate. No estamos hablando de una sofisticación mayor, sino de preguntarles, a aquellos que tuvieron que ir a las islas, forzosamente o porque formaban parte del escalafón de un arma, cómo fue su experiencia acústica, cómo reverbera todavía lo ya escuchado. El conflicto de por sí configura una enorme trama sonora que tiene que ver con una topografía propia: el clima, el viento, el ruido de los fusiles”, puntualizó.
“Eso tiene dos aspectos –añadió–. Uno, es el presente y cómo eso forma parte de sus propias estrategias de supervivencia. Y el otro, cómo se construye esa memoria sonora, en términos de trauma, de afectividad, de información".
— ¿Registraste alguna especificidad en esos testimonio? Te lo pregunto porque Argentina no había tenido una guerra desde el siglo XIX
—Te hago una aclaración: no se escuchó el conflicto en el Atlántico sur, de la misma manera que no se le ponía el oído al terrorismo de Estado. La experiencia acústica de la guerra y la experiencia acústica de la Dictadura tienen en común la sordera y el silencio. Si bien, esto ya lo descartó la Justicia, Argentina no tuvo una guerra interior, (me pregunto) cómo podía ser escuchado el terror estatal si estuvo soslayado por mucho. Me refiero tanto a aquello que irradiaban los campos de concentración como a otros acontecimientos asociados con la Dictadura. Este punto me parece medular para entender cómo era la sociedad argentina en 1982.
—¿Qué pasó con la anglofilia sonora argentina, con The Beatles en la avanzada, durante la Guerra de Malvinas?
—Lo planteo en el libro (en el capítulo “De Los Grillos a Campo Minado”). Es interesante ver que la “Marcha de las Malvinas” era el simple más vendido y, el segundo, uno de Queen. Uno no podía imaginar que, medianera de por medio, alguien estaba escuchando “tras un manto de neblina, no las hemos de olvidar” y, del otro lado, sonaba “Another one bites the dust”. Era una situación muy distinta a la de hoy porque no había tanta gente que hablara y entendiera el inglés. No era una condición necesaria. Entonces, es interesante pensar en ese registro sonoro que era puro significante, como “el inglés de mierda” que propone Diego Capusotto. Me refiero a que llegás a un conflicto bélico amando aquello de lo que tenés poco o nulo registro textual.
—También es representativo que una canción de amor lésbico como “Puerto Pollensa” haya sido difundida en medios públicos en plena Dictadura por una relación cacofónica con Puerto Argentino, como plantea Mercedes Liska en libro
—El instrumental de verificación de la Dictadura era el de la Guerra Fría, no los cuerpos, no la sexualidad; al menos en esos términos. Ese capítulo ("Puerto Pollensa y Puerto Argentino: una canción de amor en épocas de guerra") plantea el diálogo delirante entre dos "puertos" en los rankings de éxitos: primero uno y luego, el otro. Lo digo ahora, dos años después de la escritura del libro. En ese sentido, también va la confesión de Charly García que pide que "no bombardeen Buenos Aires" porque “no nos podemos defender”, ni siquiera etimológicamente. (capítulo “En torno a «No bombardeen Buenos Aires». Los gurkas siguen avanzando, de Sergio Pujol). De todos modos, creo que todavía hay algo que es resistente a la comprensión. Hay cosas que se repiten en eso de "no escuchar", escuchar para entender. Es intercambiar nombres. Malvinas es un capítulo más de ese “escuchar mal”.
Los otros capítulos para escuchar
El detalle de los capítulos que integran Escuchar Malvinas. Músicas y sonidos de la guerra y sus autoras y autores.
"Introducción: Malvinas en los oídos", por Esteban Buch y Abel Gilbert
"Los sonidos de la guerra", Abel Gilbert
"Los conciertos para el fondo patriótico y la música en la cultura de guerra", Esteban Buch y Camila Juárez
"La vuelta de Mercedes Sosa: toda la sangre puede ser canción en el viento", Mariano Del Mazo
"Puerto Pollensa y Puerto Argentino: una canción de amor en épocas de guerra", Mercedes Liska
"Una historia de la anglofilia musical: de los grillos a campo minado", Abel Gilbert
"El pop británico y la guerra de Malvinas: «dos pelados peleando por un peine»”, Norberto Cambiasso
"En torno a «No bombardeen Buenos Aires», de Charly García: los gurkas siguen avanzando", Sergio Pujol
"El señor Brecht en el salón dorado de Abelardo Castillo (1982): teatro y música como territorios de desafío al poder", Ricardo Dubatti
"Apuntes sobre las representaciones musicales y generacionales de la guerra de Malvinas: cuestión de clase", Martín Liut
"La guerra de Malvinas y la nacionalización del rock argentino: algunas reflexiones sobre el Festival de la solidaridad americana", Julián Delgado