Las palometas y las rayas son algo así como las vedetes de este verano en las costas del río Paraná. La histórica bajante, más las altas temperaturas de la época del año, son caldo de cultivo para la aparición de estas especies muy cerca de las personas que van a buscar diversión y alivio a las playas de La Florida o cruzando a la isla. Ahora bien; qué las diferencia y cómo se debe reaccionar ante la aparición o ante una herida provocada por cada una de ellas.
Para responder a esas preguntas fue convocado Andrés Sciara, ex director del Acuario Río Paraná y experto en la fauna de nuestro litoral. En diálogo con el programa La primera de la tarde (Radio2), describió que “normalmente las palometas están en ambientes con vegetación, en las costas de las lagunas, de los ríos y arroyos”.
El docente e investigador completó que “con la bajante, las palometas aprovechan esa situación y se acercan a las costas para encontrar carroña, que es lo que comen”.
Sciara aclaró que la palometa “es un animal agresivo por su naturaleza misma, tiene una mordedura muy potente, de hecho una de las más potente del reino animal”. Y agregó que “suelen sacar un pedazo de piel en cada una de sus mordeduras”.
Diferencias en el agua
Andrés Sciara estableció las diferentes conductas que tienen las palometas y las rayas en el agua, cerca de las personas. “Las palometas tienen una conducta diferente a la de las rayas; las rayas se van de los lugares donde hay gente, se asustan; en cambio las palometas responden a estímulos, como por ejemoplo las vibraciones del agua y por eso pueden estar en el lugar donde hay bañistas”, explicó.
En este verano, se registraron varios casos de “chuzas” de rayas, sobre todo a personas que las pisaron cuando estaban debajo de la arena, cerca de la orilla.
En cambio, hasta el momento no hubo denuncias de mordeduras de palometas en Rosario, aunque recomiendan estar alertas. "Las palometas están presentes en el río todo el año, no es un migrador. La bajante tan pronunciada y el calor intenso son variantes que estimulan su aparición", advirtió Sciara.
Días atrás, una mujer denunció que sufrió una mordedura de palometa, mientras se bañaba en la zona de Paso Destilería, frente a la vecina localidad de Granadero Baigorria. En tanto, sobre los últimos días de diciembre pasado, una veintena de personas también fueron atacadas por palometas en la laguna Setúbal, de la ciudad de Santa Fe.
Cómo reaccionar ante un ataque
El ex responsable del Acuario de Rosario consideró que “es muy difícil” prevenir el ataque de palometas porque “hay gente que se mete al agua prácticamente en cualquier lugar del río, tanto en la costa de la ciudad o de la isla”. En cuanto a las rayas, el consejo es entrar al agua arrastrando los pies o haciendo ruido con una rama, con el objetivo de que el animal de asuste y se vaya.
Frente a la presencia de palometas, Sciara recomendó que “uno tendría que dar un rápido aviso a las personas que estén en el agua, porque pueden estar en presencia de un cardumen”.
Por último, y a diferencia de la raya que provoca una herida profunda y dolorosa, la palometa “no genera una herida que provoque un gran inconveniente, salvo que se trate de niños muy pequeños”, dijo Sciara. Y recomendó que “hay que limpiar rápidamente la herida”.