La especialista afirma: “alimentarse es un acto absolutamente consciente y educable, por lo que, cada uno de nosotros elegimos qué alimentos consumir; por el contrario, la nutrición es proceso del que somos inconscientes, y es no educable.
Este proceso de nutrición comienza cuando nosotros llevamos el alimento que elegimos a la boca, en este momento se desencadena el proceso de la nutrición en sus diferentes etapas que se van produciendo dentro de nuestro cuerpo. Todo depende de las distintas reacciones que se generan a partir de la entrada en nuestro organismo del alimento que escogimos ingerir conscientemente.
¿Si es una cuestión educable deberíamos comenzar por los niños?
La niñez es la edad en la que se forman los hábitos alimentarios; por lo que es de singular importancia que durante la misma, se vayan adquiriendo hábitos saludables. Es el momento en el que debemos incentivar a nuestros hijos al consumo de alimentos saludables para fijar hábitos para el resto de sus vidas.
Debemos tener en cuenta no sólo el mensaje sino los canales a través de los cuales se hacen públicos. Unicef acaba de llevar adelante un trabajo en el que advierte sobre la influencia del marketing en esos canales, y cómo los mismos son utilizados por las empresas de alimentos envasados haciéndolos muy atractivos para el público infantil. Se sabe que uno de cada tres chicos, se conecta a las redes sociales durante todo el día.
El mencionado trabajo destaca que, estos alimentos vienen en envases desde los cuales pueden consumirse. No necesitan preparación. Son fácilmente trasladables. Están enriquecidos artificialmente con sal y azúcares para hacerlos más apetecibles. Los padres, en más de un hogar, a la hora de preparar los alimentos están en sus trabajos. Además, el marketing apunta a los pequeños: en los negocios, se exhiben envases de colores, con sus ídolos y héroes preferidos y está ubicados en las góndolas a la altura de sus ojos y al alcance de sus manos.
Por estas cosas, desde el Colegio de Graduados en Nutrición pregonamos, en primer lugar, que no hay alimentos prohibidos, sino que la clave es la cantidad de los alimentos a ingerir y la frecuencia con se los ingiere. En esto, junto a los padres y docentes podemos ayudar a los niños en el proceso de elección de los alimentos. Y que los alimentos que no son los más saludables no sean su prioridad, sino que se los consuma luego de ingerir alimentos saludables, donde las raciones de frutas y verduras sean más frecuentes.
Pensando en esto, y tomando la información del trabajo de Unicef elaboramos los mensajes de nuestra campaña; en la que destacamos la importancia de la educación alimentaria para formar buenos y responsables consumidores a los que brindamos herramientas para que, informados convenientemente sobre los alimentos a consumir, lo hagan responsablemente.
Promovemos una alianza entre los adultos de la familia, los niños y los docentes para que como prioridad ofrezcan los alimentos saludables a los niños y niñas que representan la población más vulnerable frente al asedio de la publicidad.
*Licenciada Verónica Franceschini, presidente del Colegio de Licenciados en Nutrición de la provincia de Santa Fe, 2da Circunscripción. Matrícula es 609/02