El gobierno británico anunció que hasta el 30 de diciembre endurecerá las restricciones en Londres y el sureste de Inglaterra, tras la aparición de una nueva cepa de coronavirus que se está extendiendo de forma acelerada.
El primer ministro, Boris Johnson, informó que durante las fiestas esas regiones pasarán de nivel 3 al 4, el más estricto de todos, que insta a los residentes a quedarse en sus casas, salvo excepciones muy precisas.
Además, los comercios no esenciales deben permanecer cerrados y no se permitirá viajar a otra zona que esté en un nivel inferior ni al exterior.
El anuncio es consecuencia de una nueva cepa del coronavirus que provocó una ola de contagios en el sur del Reino Unido y cuyo descubrimiento ya fue informado a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Parece que esta propagación está alimentada por una nueva variante del virus", que se transmite "mucho más fácilmente", declaró el primer ministro en conferencia de prensa.
"Nada indica que sea más mortífero o que cause una forma más severa de la enfermedad" o que reduzca la eficacia de las vacunas, matizó.
En las áreas afectadas por la alerta máxima no podrán llevarse a cabo reuniones entre miembros de distintos hogares, mientras que en el resto de zonas deberán realizarse en un único día.
"Con gran pesar tengo que decirles que no podemos dejar que la Navidad se desarrolle como estaba previsto", explicó Johnson, quien afirmó que no tuvo "elección".
"Sacrifiquen una oportunidad de ver nuestros seres queridos esta Navidad para protegerlos mejor y así poderlos ver en las próximas fiestas de Navidad", instó.
En la actualidad, unos 38 millones de personas en Inglaterra, lo que equivale al 68% de la población, ya vivían bajo estrictas restricciones, como el cierre de pubs, restaurantes y museos, y sometidos a la prohibición de reunirse con personas no convivientes, salvo excepciones.
No obstante, el gobierno británico tenía planeado relajar las restricciones de viaje y distanciamiento social para el período navideño, entre el 23 y 27 de este mes, algo que finalmente fue descartado hoy para Londres y el sureste de Inglaterra.
Pese a la sorpresa del anuncio de Johnson, otros territorios del país ya habían anunciado esta semana nuevos confinamientos: uno de seis semanas a partir del 26 de diciembre en Irlanda del Norte, y otro de tres semanas a partir del 28 en Gales, que hoy fue adelantado por la nueva cepa del virus.
El premier de Gales, Mark Drakeford, decidió hoy implementar el cierre a partir de esta medianoche, que sólo será exceptuado para el día de Navidad.
"Si bien todos queremos evitar más interrupciones en los negocios y los planes para Navidad, nuestro deber principal es proteger vidas aquí en Gales. Sabemos que 2021 será un año diferente y mejor. Nuestra economía se recuperará. Volverá la Navidad", dijo Drakeford.
En tanto, en Escocia, la primera ministra, Nicola Sturgeon, anunció hoy "una estricta prohibición de viajar" entre el territorio y el resto del Reino Unido durante el período de vacaciones de fin de año, salvo el día de Navidad.
A partir del 26 de diciembre, toda Escocia pasará al nivel 4 de alerta, lo que supone un confinamiento de su población, una disposición que será revisada dos semanas más tarde, precisó.
El Reino Unido experimentó este mes un incremento de casos y admisiones en los hospitales.
El viernes, las autoridades registraron 28.507 nuevos casos de coronavirus y esta semana los contagios se incrementaron en 40.9% con relación a la semana anterior.
Con 67.177 fallecidos, el país es el segundo con más muertes de Europa, por detrás de Italia, y hoy superó el umbral de más de 2 millones de infectados por covid-19 desde el inicio de la pandemia.
El Ejecutivo de Johnson, muy criticado por su gestión de la crisis desde que estalló la pandemia, ha apostado por la vacunación y lanzó una campaña el 8 de diciembre que en su primera fase se centra en los ancianos y en el personal sanitario.
Tras haber aprobado la administración de la vacuna de Pfizer-BioNTech, la Agencia británica del medicamento (MHRA) debería aprobar, el 28 o el 29 de diciembre, una segunda vacuna, desarrollada por el laboratorio AstraZeneca con la Universidad de Oxford, según el diario The Telegraph.
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