El caso de Lara Arreguiz, la joven santafesina de 22 años que murió por coronavirus, conmueve al país. Sobre todo después de las declaraciones que hicieron sus padres sobre los últimos días de vida que debió pasar la chica, que era insulinodependiente y falleció el viernes pasado por un grave cuadro respiratorio. Claudia Sánchez, la mamá de Lara, hizo un desgarrador relato de los momentos que le tocó vivir desde que ella le pidió que la pasara a buscar por el departamento de la ciudad de Esperanza, donde estudiaba veterinaria, porque no se sentía bien.
Todo empezó el jueves 13 de mayo, cuando Lara le pidió a su mamá que la visitara en el departamento que alquilaba en Esperanza, porque tenía una creciente molestia en la garganta. El domingo por la noche, en Santa Fe, Claudia llevó a Lara al hospital Protomédico.
"Nos dijeron que podía ser covid pero que en ese momento no tenían los medios para atenderla y nos mandaron a casa", relató la mujer, con todo el dolor de la pérdida de su hija, al programa radial Algo hay que decir de Radio Aire de Santa Fe.
El lunes siguiente, siempre de acuerdo al relató de su mamá, Lara fue nuevamente al centro de salud, donde la hisoparon y le hicieron placas. "La doctora le dio solo un antibiótico oral", precisó la mujer. Pero la joven siguió con síntomas, cada vez peores.
Entonces la familia decidió llevar a Lara al hospital nuevo Iturraspe de Santa Fe, donde vivieron de adentro y en carne propia el colapso del sistema sanitario. "Ingresamos, nos hicieron anotar, Lara ya estaba muy descompuesta, se ahogaba", describió la Claudia. "Insistí tres veces en admisión para que por favor nos hagan pasar porque se desmayaba. Nos dejaron en un pasillo, donde pasaban pacientes con o sin covid", continuó contando en la entrevista radial.
Después de un buen rato, una enfermera atendió a la chica en un pequeño consultorio: "Ingresó sola, le hicieron algunas preguntas y salió", contó la mamá. "Me dijo que quería acostarse y le pregunté al de Seguridad si podía recostarse en una camilla del pasillo, pero nos dijo que no".
Muy descompuesta, Lara no aguantó más y se tiró en el piso del pasillo del hospital. "«Me voy a acostar en el piso», me dijo. Después nos vio una señora que nos prestó su campera para taparla por el frío", relató la consternada mujer.
En eso pasó un médico y Claudia descargó toda su bronca por ver a su hija en esas circunstancias: "Yo tenía tanta bronca que dije que «acá la gente no muere por covid, sino por la ineficiencia de la gente que atiende»", aseguró. "Yo entiendo el colapso sanitario pero me duele haberla visto tirada en el piso sin respirar y que nadie haga nada", confesó.
Finalmente, a la joven estudiante le consiguieron una cama en el viejo hospital Iturraspe. "Yo misma la ayudé a caminar y el chofer de la ambulancia me preguntó por qué la tocaba si tenía covid", comentó Claudia, que no iba a dejar sola a su hija en ese estado.
Esa fue la última vez que vio a Lara, porque después fue aislada por ser contacto estrecho. "No la vi más, no pude visitarla, solo iba su padre que ya había tenido covid y lo dejaban verla desde una ventana", relató.
"El jueves el padre la vio muy mal y ella me mandó un mensaje para que le enviara un táper con manzana rallada. El papá se la dio y solo pudo hacer una seña con la cabeza", siguió relatando Claudia. "Cuando le sacaban el oxígeno para que tomara agua, los niveles bajaban un montón", agregó.
La última comunicación del hospital que recibieron los familiares fue el viernes a la madrugada. "Me llamó su padre a las 3 y me dijo que había fallecido luego de sufrir tres paros", recordó la mujer con dolor irreparable.
Lara era integrante de la organización SOS Caballos y su mamá contó que amaba a los animales. "Le molestaban las injusticias, el maltrato animal, siempre estaba atrás de algún perrito callejero", recordó la mamá. Y cerró diciendo que salió a contar la historia con el objetivo de que "sirva para que con la próxima Larita tengan más consideración; es lo único que pido".