El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió este domingo a cientos de simpatizantes en la residencia oficial y llegó a ubicarse a pocos metros de ellos, pese a estar enfermo de coronavirus y supuestamente aislado, informó la prensa internacional.
Bolsonaro salió de la casa por la tarde para presenciar la ceremonia de arrío de la bandera por parte de la Guardia Presidencial y se aproximó a sus seguidores, que habían estado varias horas frente al palacio en una vigilia convocada por pastores evangélicos para orar por la salud del mandatario.
A poco más de dos metros de distancia, Bolsonaro recorrió el parque donde estaban sus partidarios, muchos de ellos sin barbijo y sin respetar el distanciamiento social recomendado para prevenir el contagio de coronavirus, describió la agencia de noticias EFE.
“Vamos a caminar con la pandemia, vamos a salir de ésta; tenemos un excelente equipo de ministros, principalmente el de Salud (el general Eduardo Pazuello), y está todo dándose para que rápidamente vayamos construyendo el futuro de Brasil”, dijo Bolsonaro a sus seguidores, quitándose el tapaboca para hablar.
Más temprano, unos dos millares de simpatizantes de Bolsonaro, convocados por movimientos evangélicos, marcharon por Brasilia con 27 cruces -en representación de cada uno de los estados del país- para manifestar apoyo al mandatario y criticar a los gobernadores que decretaron cuarentenas.
Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos con respecto a la gravedad del nuevo coronavirus -al que en varias oportunidades calificó como “gripecita”-, informó el 7 de este mes que se había contagiado de esa enfermedad.
Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia, con cerca de 15% de los contagios y de las muertes en todo el mundo, sólo superado por Estados Unidos.
Hoy contabilizaba 2.098.389 de casos confirmados (23.529 en las últimas 24 horas) y 79.488 decesos (716 nuevos), informó esta noche el Ministerio de Salud.
Entre los últimos fallecidos por covid-19 figura el obispo católico de Palmares, Henrique Soares da Costa, quien murió anoche a los 57 años en Recife, la capital del estado Pernambuco, en el noreste del país.