A pesar de que la cocina japonesa está más que normalizada en los países occidentales, el lado dulce de Japón sigue siendo su faceta más desconocida. Más allá de los repetitivos postres de los restaurantes más modestos, todavía es difícil encontrar auténticos dulces nipones que reflejen esa delicada perfección que caracteriza a su cultura gastronómica. Porque los japoneses también son muy golosos, aunque con particularidades.
La gastronomía asiática tiene un halo de exotismo y delicadeza que funciona muy bien en las cuentas de Instagram encabezadas por “foodies” pero, si a eso le sumamos el factor repostería, el impacto se multiplica.
Hace tiempo que los japoneses se establecieron como los expertos de lo adorable. En lo que se refiere a comida, pueden llegar a hacer cosas tan encantadoras que te harían llorar de solo pensarlo.
Si al pensar en comida japonesa tradicional nos imaginamos muchos pequeños platos con bocados exquisitos, elegantes y de refinada preparación, acertaremos también en cuanto a los dulces. Se conoce como wagashi al conjunto de elaboraciones dulces más tradicionales que son mucho más que un simple postre. Normalmente acompañan a la ceremonia del té y también se relacionan con determinadas festividades o épocas del año, variando en sus sabores y estética.
Los wagashi ejemplifican el delicado sentido estético de los japoneses y su amor por la naturaleza y el paso de las estaciones y en un único y delicado bocado, son capaces de transmitir un sinfín de sabores y sensaciones.
Hoy en día se confeccionan wagashi con formas de bebé, Pokémon, fantasmas, gatos y pelotas de fútbol, que pueden apreciarse en Instagram bajo el hashtag #wagashi. A continuación, te mostramos las mejores creaciones de la repostería japonesa:
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¡Estos postres no solo se comen con la boca, sino también con los ojos y hasta los oídos!