Un implante cerebral que fue probado durante un ensayo clínico demostró capacidades para reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson en pacientes durante las 24 horas del día. El dispositivo, que incorpora tecnología de inteligencia artificial (IA), monitorea la actividad cerebral del paciente para detectar cambios que puedan generar problemas de movimiento durante el día e insomnio por la noche.

Cuando el implante detecta una actividad problemática, interviene emitiendo pulsos de electricidad calibrados con precisión denominados estimulación cerebral profunda (ECP).

El párkinson afecta a unas 10 millones de personas en todo el mundo y surge de la pérdida de neuronas productoras de dopamina, una hormona que ayuda a coordinar el movimiento del cuerpo. A medida que los niveles de dopamina disminuyen, las personas comienzan a desarrollar problemas de movimiento como temblores, rigidez muscular y deterioro del equilibrio; junto con otros síntomas como depreseión e insomnio.

El implante redujo en un 50 por ciento los síntomas más molestos de párkinson en los participantes del ensayo.

Los investigadores sostuvieron que mediante el implante para ECP es posible reducir la cantidad de medicamentos que los pacientes necesitan para aminorar sus síntomas y seguir con su vida cotidiana.

Philip Starr, investigador y codirector de la Clínica de Tastornos del Movimiento y Neuromodulación en el campus de San Francisco de la Universidad de California, señaló que "este es el futuro de la estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Parkinson".

"Ha habido un gran interés en mejorar la terapia de ECP al hacerla adaptativa y autorregulada, pero solo recientemente se han puesto a disposición las herramientas y los métodos adecuados para permitir que las personas la usen a largo plazo en sus hogares", comentó Starr en un comunicado de prensa de la universidad.

El neurocirujano Philip Starr lidera la investigación sobre ECP para tratamiento de los síntomas del párkinson.

La etapa inicial del ensayo clínico contó con la participación de cuatro personas en las que el implante redujo en un 50 por ciento los síntomas más molestos de parkinson. Estos hallazgos se publicaron la semana pasada en la revista Nature Medicine.

Durante más de una década, Starr y su equipo trabajaron para implementar modificaciones en los implantes de DBS, que estaban diseñados para proporcionar un nivel constante de estimulación eléctrica y no para adaptarse a los síntomas de cada paciente, lo que puede desviarlos de un extremo al otro.

Para ello, en 2013 desarrollaron una forma de detectar y registrar los ritmos cerebrales anormales asociados con el parkinson, y en 2021 relacionaron patrones cerebrales específicos con los síntomas motores de la enfermedad.

"El gran cambio que hemos hecho con la ECP adaptativa es que podemos detectar, en tiempo real, dónde se encuentra un paciente en el espectro de síntomas y emparejarlo con la cantidad exacta de estimulación que necesita", señaló el investigador Simon Little, profesor asociado de neurología de la UCSF.

El implante adaptativo actual utiliza señales de la corteza motora del cerebro para guiar la cantidad de estimulación que proporciona al núcleo subtalámico, la región profunda del cerebro que coordina el movimiento.

En vista de estos resultados, ahora los investigadores están desarrollando tratamientos similares de ECP para una variedad de trastornos cerebrales. "Vemos que tiene un impacto profundo en los pacientes, con potencial no solo en el parkinson, sino probablemente también para afecciones psiquiátricas como la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo", dijo Starr, y aseguró que "estamos en el comienzo de una nueva era de terapias de neuroestimulación".