“Hay muchas ciudades en el mundo con altos niveles de contaminación, lo que coloca a las personas frente a un riesgo de contraer eventos cardiovasculares como infartos de miocardio, infartos cerebrales e, inclusive, muerte súbita”, aseveró el doctor Daniel Piskorz, médico cardiólogo e investigador, en contacto con Rosario 3.
El especialista indicó que este fenómeno ocurre porque la polución genera procesos inflamatorios, alteración en las grasas y lípidos, con los cuales se aceleran los procesos de ateroesclerosis. Por eso destacó que hoy se debe tener en cuenta la polución que por incendios forestales se está dando en el mundo en este momento. “Más allá de los riesgos inmediatos que estos incendios generan, y que en nuestro país se producen periódicamente, existe un riesgo cardiovascular producido por los incendios que tendrá que ser considerado y estudiado en la población más afectada”, sostuvo.
- ¿Por qué ustedes insisten con tanto énfasis en la atención inmediata de los síntomas que pueden corresponder con una enfermedad cardiovascular?
- Hoy las Unidades de Dolor de Pecho y las Unidades Coronarias deben estar preparadas para la atención inmediata. Nosotros incorporamos una frase que en realidad es una idea fuerza: “Tiempo es músculo”. Preservar el músculo cardíaco es llevar a la enfermedad cardiovascular contraída a un mejor pronóstico, favoreciendo al paciente con más vida y mejor calidad de la misma.
El Instituto de Cardiología pone a disposición de los habitantes de Rosario, Unidades para llevar adelante esta filosofía: atención temprana. Hoy sabemos que abrir las arterias del corazón precozmente apenas una persona haya tenido el evento cardiovascular agudo como un infarto, una angina de pecho, un síndrome coronario agudo, salva vida y mejora la calidad de vida de las personas a largo plazo. Cuanto antes se abre una arteria, mayor es la cantidad de músculo cardíaco del miocardio que se puede salvar y esto redunda en un mejor pronóstico de la enfermedad. A mayor destrucción del músculo cardíaco, mayor posibilidad de insuficiencia cardíaca y arritmias malignas. Por todo esto es esencial destapar una arteria precozmente.
Nosotros recomendamos que, ante el menor síntoma se debe consultar para destapar la arteria que está tapada e impide el normal flujo de sangre. Hoy hacer una angioplastia con implante en la fase aguda de un evento coronario es una intervención para nada complicada y que tiene muy altos porcentajes de éxito, dejando a la arteria destapada y permeable sin complicaciones en el procedimiento. Hoy, con los nuevos stents liberadores de fármacos, que evitan la proliferación de nuevas placas de aterosclerosis en el músculo liso de la pared arterial, la viabilidad de este tipo de intervención está al nivel de la cirugía del by pass coronario. Por eso, esas personas intervenidas oportunamente pueden tener una vida prolongada, llegando al promedio de la expectativa de vida hoy en el mundo occidental, alcanzando y superando los 80/85 años y con buena calidad de la misma.
- ¿Son decisiones simples y medidas acordes?
- Nosotros consideramos dos columnas en las que se debe asentar el tratamiento: por un lado, el estilo de vida adecuado, con buena calidad de alimentación y actividad física; y la segunda columna es la del tratamiento farmacológico, por un lado, el tratamiento preventivo para evitar que el stent se obstruya, para lo cual recurrimos a los antiagregantes plaquetarios como la aspirina, asociada a un inhibidor de una proteína para evitar que el stent se tape, asociado al tratamiento del colesterol para lo cual recurrimos a las estatinas. Si el paciente es hipertenso se debe seguir su tratamiento antihipertensivo; si el paciente es diabético, su tratamiento para la diabetes.
- ¿Por qué las estatinas tienen tan mala fama?
- Hoy, alrededor de las estatinas se han tejido muchos mitos con escaso sustento. Se habla ligeramente del daño hepático y muscular de las estatinas. En primer lugar, recomiendo a las personas que tienen dudas sobre su efecto, porque lo hayan leído o se los haya comentado un vecino o un familiar, que consulten con un profesional especialista y entrenado en prevención cardiovascular y en el uso de las estatinas. En segundo lugar, los efectos colaterales son mínimos y reversibles con la suspensión del tratamiento; y comparado con los beneficios que brindan el tomarlos, carecen de entidad. Por último y no menos importante, somos los médicos los que controlamos estos efectos adversos, y lo hacemos sencillamente con análisis de laboratorio, y cuando las enzimas están alteradas, con la simple suspensión del tratamiento revierten sus valores. Las evidencias y nuestra experiencia en la materia me permiten afirmar que es un gravísimo error abandonar el tratamiento.