Otro financista acusado de montar una estafa piramidal pasará las fiestas tras las rejas. Este jueves, la jueza Melania Carrara dictó prisión preventiva por el plazo máximo a Mauro Esqueff, un “asesor financiero” que había montado una importante estructura que captaba el dinero de ahorristas minoristas, a quienes seducía prometiendo un exorbitante retorno de intereses en un corto plazo. El engaño funcionó al principio, pero como ya se ventiló en causas como la de Peak Team Capital en Casilda o el caso de Luis Herrera, pronto la rueda se detuvo y surgieron decenas de denuncias. El perjuicio a 43 ahorristas está, por el momento, calculado en 825 mil dólares.
Frente a la jueza, la fiscal María Teresa Granato acusó a Esqueff de montar una estafa piramidal o sistema Ponzi, ya que el financista no usaba el dinero de los clientes para invertirlo en algún tipo de negocio –como había prometido– sino que una parte se destinaba a pagar los intereses de otros, lo que le permitía sostener el engaño. Otra tajada iba para su propio beneficio, lo cual se reflejó en la adquisición de diversas propiedades, aseguró la acusadora.
A Esqueff lo imputaron de operar al menos desde abril de 2021 mediante la “suscripción de contratos de adhesión a fondos comunes de inversión y anexos”, por los cuales estafó a 40 personas utilizando maquinaciones y artificios que indujeron a las víctimas a entregarle diferentes sumas de dinero, con el consiguiente perjuicio económico.
Esqueff, dijo la fiscal, se presentaba como asesor financiero y comercial inscripto en la Comisión Nacional de Valores, como parte del Grupo Inversor Gemas, que se dedica a la venta de joyas, bijouterie y accesorios a través de un perfil de Instagram que tuvo varios nombres.
La fiscal recordó que el acusado tuvo locales comerciales del rubro, en primer lugar en la calle Maipú al 2400 y en Rioja al 900, sin contar otro local tipo casa de té en Roca al 100 con el nombre comercial “Gemas”.
A partir de 2021, Esqueff comenzó a recibir a potenciales ahorristas en una oficina apartada de la atención al público, lo que le servía para generar confianza y dar una apariencia de solvencia frente a la clientela. Por otro lado, se presentaba como cotitular del Grupo Gemas, cuando en realidad no existía otro socio.
Allí ofrecía a las víctimas firmar contratos de adhesión con el fin de invertir el dinero de sus clientes en negocios como importaciones, exportaciones, compraventa de bienes muebles e inmuebles, restauración de inmuebles, bonos, acciones, instrumentos negociables, inversiones comerciales (participación societaria en comercios), apertura de comercios, compra o venta de fondos de comercios, manufactura y producción, negocios relacionados con el agro, compra o venta de cereales, licitaciones públicas y/o cualquier otra inversión derivada de las anteriores en las cuales los adherentes, según contrato, no tenían derecho de intervenir.
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— elTresTV (@elTresTV) December 19, 2024
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El dinero debía ser entregado en efectivo en dólares y por ello les aseguraba un porcentaje elevado de rendimiento anual, que variaba conforme al contrato, entre el 86 y el 122 por ciento anual.
El interés (ganancia) se recibía en pesos, pero Esqueff aseguraba que se podía solicitar un “rescate parcial o total” del capital en dólares y de la ganancia en pesos.
Al principio, entregaba esos intereses prometidos a quienes lo solicitaban para generar confianza y demostrar solvencia. Sin embargo, en la mayoría de los casos apelaba a la codicia de los clientes, convenciéndolos de reinvertir e incluso de aumentar el capital –subiendo así el rendimiento– para hacer la inversión aún más atractiva. Por ello, se firmaban “anexos” a esos contratos.
En un principio, dijo la fiscal, los contratos se hacían con un mínimo de 90 días. Con el paso del tiempo, a medida que Esqueff comenzó a enfrentar dificultades, empezó a cambiar la modalidad de las contrataciones, ofreciendo lo que llamaba “fondos de custodia de 8, 10 o 15 días”, a través de los cuales el ahorrista podía obtener elevados intereses en un corto plazo, lo que le permitía recibir una entrada de dinero “rápida” para pagar los contratos que iban venciendo.
Con el mismo fin, Esqueff ofrecía la compra de dólar MEP, por lo cual los clientes abonaban determinada suma con la promesa de que él entregaría los dólares en unos días, lo que nunca ocurrió.
Estafas con terrenos inexistentes
Otro pasaje de la acusación de la fiscal Granato se refiere a maniobras con la venta de terrenos de un loteo en Funes, porción de tierra que luego se descubrió inexistente.
Para ello, en diciembre del año pasado, Esqueff se hizo pasar como administrador del “Fideicomiso Arquicentro”, una atribución falsa con la que estafó a una víctima por 6.400 dólares y a otras dos por 18.000 dólares cada una.