“Tenemos que estar tranquilos porque venimos haciendo las cosas bien y esto no nos puede cambiar la forma de pensar. El grupo es muy sano y maduro, sabe dónde apunta. Esto no nos puede quitar el juego que traíamos las fechas anteriores”.
El concepto de Juan Ignacio Ramírez es casi el primer párrafo, innegociable, de una hoja de ruta que Newell’s tiene que tener clara después del porrazo que se pegó frente a Racing, que le ganó muy bien, pero con un resultado mucho más abultado que el desarrollo.
Vienen tiempos de fixture sensible y no debe haber confusiones. Una goleada en contra es un impacto, pero no es lo mismo si el equipo llega con cuatro victorias consecutivas.
Un dato que Larriera ya debe tener apuntado. A su equipo le costaron mucho más los partidos en el Parque que afuera.
Pasado el escalón Miami, muy incómodo en el medio de una competencia y que hará que Newell’s llegue muy mermado físicamente para los próximos partidos, el equipo rojinegro debe esforzarse para recuperar la senda de los primeros partidos, aquellos que prácticamente lo nominaron, apresuradamente, como uno de los protagonistas de la Copa de la Liga.
“Cometimos muchos errores en las transiciones y sabíamos que Racing era muy bueno en eso. Pecamos de inocentes y sufrimos la contundencia del rival, que es un rival de fuste, importante... El segundo gol se da porque jugamos rápido y nos convierten. Por ahí era injusto porque tuvimos el empate en esa doble ocasión con las tapadas de Arias”, razonó el entrenador Larriera tras la ampulosa derrota tratando de explicar y entender un 0-4 que no estaba en los cálculos de nadie a pesar de la envergadura del rival.
Llegará el difícil Estudiantes, que tendrá el beneficio de enfrentar a un rival vaqueteado, y después el clásico, el próximo fin de semana.
Larriera deberá administrar el desgaste para llegar al partido más importante del año hasta aquí de la mejor manera posible.
Administrar las cargas y tomar nota de la inesperada derrota ante Racing, fundamentalmente por lo amplia, serán las principales tareas del entrenador en una semana que puede ser el combustible para recibirse de protagonista o la piedra que entorpezca el camino.
El fútbol profesional es así de bondadoso y así de impiadoso. Un par de resultados pueden catapultar o sepultar a un equipo en un torneo que recién comienza, pero que cuando termine el clásico ya habrá transitado la mitad de la fase de grupos.