Los municipios y comunas tomaron diversas medidas para evitar la propagación del coronavirus entre su población y Berabevú, a unos 150 kilómetros al sudoeste de Rosario, montó una suerte de lavadero para desinfectar vehículos en el único acceso abierto que dejó.
Esa comuna que cuenta con poco más de dos mil habitantes cerró las calles que dan a la ruta con montículos de tierra, salvo una (Avellaneda). En ese punto sobre la ruta 93, rocían con agua y cloro a todos los autos, camionetas y camiones.
"Este es un protocolo de control que iniciamos el sábado pasado cuando se detectó un caso positivo de coronavirus en Corral de Bustos, a 40 kilómetros de acá", afirmó el jefe comunal Tomás Sorribas.
En los primeros días lavaban los autos de forma manual pero después desarrollaron un sistema para rociar. "Lo hicimos con la comuna y un herrero del pueblo", contó el funcionario a Rosario3.
Se trata de un campamento sanitario con personal de la comuna, del Samco y la Policía. Además de desinfectar vehículos, toman la temperatura de todas las personas y le preguntan de dónde vienen y si tuvieron contacto con alguien que haya viajado al exterior.
En principio, las personas que no sean de la comunidad no pueden ingresar al pueblo del departamento Caseros, en el sur de Santa Fe, aunque se contemplan excepciones.
Antes del sistema de rociado, los transportistas que buscaban abastecer a los comercios del lugar tenían que someterse a esa limpieza y a dejar sus cargas en ese punto, frente a una estación de servicio sobre el acceso por calle Avellaneda.
La comuna se encargaba de acercar a los comerciantes locales esas cargas y evitar otros contactos con los transportistas foráneos. "Pero desde que implementamos este sistema lo dejamos ingresar", aclaró Sorribas.
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