Adrián Forni, jefe de la Policía de Rosario que murió este domingo por coronavirus, fue despedido en un cortejo fúnebre marcado por el dolor. El subjefe de la fuerza, Natalio Marciani, consideró que “es una enorme pérdida”. “Hasta el último momento trató de concientizar a todos para que no tomen esto como una simple enfermedad”, afirmó.
El cortejo comenzó en San Juan y Francia, donde está ubicado el Sanatorio Los Alerces donde murió Forni y se dirigió al cementerio de Granadero Baigorria, donde fue despedido. Una gran caravana acompañó el coche fúnebre.
“Este es el reconocimiento de toda su gente, su tropa. Es una enorme pérdida para todos nosotros, para la Policía, y para la ciudad también. Hasta el último momento trató de concientizar a todos para que no tomen esto como una simple enfermedad. Hay que cuidarse”, dijo Natalio Marciani, ahora nuevo jefe de la Unidad Regional II.
Marciani contó que Forni “venía llevándolo normal, con los síntomas propios del virus, hasta que tuvo complicaciones repentinas”. “Entregó su vida al servicio de esto”, agregó.
“Alguna gente entiende y otra es reticente a que le digan lo que no tiene que hacer. Deben entender que es por su salud”, concluyó.