Desde este martes quedó detenido uno de los dos jóvenes que participó de la picada mortal del sábado que terminó con la vida de David y Valentino Pizorno, padre e hijo de 43 y 8 años respectivamente. El otro conductor, sigue internado en la terapia intensiva del hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) con algunas complicaciones. La fiscal Valeria Piazza Iglesias dijo que ahora comienza una etapa de pericias muy específicas.
“Ahora viene un montón de evidencia que tenemos que recolectar para después volcarla en la acusación y poder fundamentar el pedido de pena”, anticipó la fiscal en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2). Buscan que ambos conductores sean condenados por homicidio simple con dolo eventual, una figura que no está contemplada en el Código Penal pero sobre la que hay jurisprudencia.
Pablo M., el conductor del Citröen C4 y Germán S., el del Renault Sandero, podrían enfrentar entre ocho y 25 años de prisión.
“Hay que determinar bien la velocidad, hay que hacer análisis de la deformación de los autos, del recorrido cuadro por cuadro a partir de las cámaras del 911, de casas y comercios”, enumeró las pericias que faltan.
Piazza Iglesias explicó que Germán S. aún no fue imputado por su delicado estado de salud: informó que sigue en terapia intensiva. Su auto fue el que rozó al Citröen C3 de los Pizorno y Germán se rompió una costilla que afectó uno de sus pulmones. Una sepsis complicó su cuadro.
Hasta que no se recupere y pueda declarar, aclaró la fiscal, no podrá ser llevado a audiencia.
En el mientras tanto, la Fiscalía avanza con las pericias que son varias y muy específicas. Deben determinar fehacientemente a qué velocidad iban Pablo y Germán. De acuerdo al informe preliminar, aceleraron hasta los 132 kilómetros por hora y no frenaron ya que no se encontraron huellas. “Es velocidad de autopista”, destacó la fiscal que además señaló que corrieron con los semáforos en rojo intermitente en una zona de mucho tránsito.
Según contó un amigo de los conductores, esa noche se dirigían a la casa de Pablo a jugar a los videojuegos después de cenar.
A diferencia de otro casos resonantes, las muertes de Fabián Cragnolino y Damián Orgaz, para la fiscal hay una gran diferencia entre Pablo y Germán con los asesinos al volante condenados Juan Carlos Schmitt (por Orgaz) y Gastón Dlugovitzky (por Cragnolino).
Ni Germán ni Pablo cuentan con antecedentes por multas en la Municipalidad, más allá de algunas sanciones por mal estacionamiento y algún exceso de velocidad no demasiado significativo. En el caso de Schmitt y Dlugovitzky el manejo irresponsable “era habitual”.