Fuerzas terrestres israelíes atacaron este martes a milicianos e infraestructura de Hamas en el norte de la Franja de Gaza, de donde huyeron unos 800.000 palestinos en tres semanas de hostilidades pese a persistentes bombardeos en todo el asediado enclave, según informó el Ejército de Israel.
Alentado por el exitoso rescate de un primer rehén, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha rechazado llamados a un alto el fuego y vuelto a prometer la destrucción de Hamas por sus ataques en Israel del 7 de octubre pasado, que incluyeron asesinatos de civiles y el secuestro de más de dos centenares de personas, lo que desató la actual escalada.
Más de la mitad de los 2,4 millones de palestinos de Gaza dejaron sus casas por la violencia, y cientos de miles están refugiados en escuelas administradas por la ONU o en hospitales, junto a miles de heridos.
Ataques israelíes han impactado cerca de hospitales del norte de Gaza en días recientes, lo que ha causado alarma entre los médicos, la ONU y a Cruz Roja.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, conocida como Unrwa, dice que 672.000 palestinos están alojados en sus escuelas, cuatro veces más que su capacidad. Miles de ellos irrumpieron en centros de acopio de ayuda y se llevaron comida el fin de semana.
El pequeño territorio costero no tiene electricidad central desde hace semanas, e Israel impide el ingreso de combustible necesario para los grupos electrógenos de hospitales y hogares, por temor a que Hamas lo use con fines militares.
El jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, acusó a Israel anoche en una intervención remota ante el Consejo de Seguridad de la ONU de forzar al desplazamiento de palestinos del norte al sur de Gaza y dijo que allí tampoco están a salvo de los bombardeos.
El organismo, del que dependen para comer cientos de miles de gazatíes, dice que 64 miembros de su personal murieron desde el inicio de los ataques israelíes, incluyendo uno fallecido anoche con su mujer y sus ocho hijos en un bombardeo.
Más de 1.400 israelíes, en su mayoría civiles, murieron en los ataques de Hamas desde Gaza del 7 de octubre, y más de 8.300 palestinos fallecieron en los bombardeos lanzados por Israel en Gaza desde entonces.
Hamas tomó más de 230 rehenes en el ataque de este mes, y el Ejército israelí anunció ayer haber rescatado al primero de ellos, una soldado que estaba cautiva de Hamas.
La violencia amenaza con extenderse por Medio Oriente.
Israel y milicianos del movimiento islamista libanés Hezbollah han intercambiado disparos a través de la frontera casi a diario, e Israel y Estados Unidos han bombardeado blancos en Siria vinculados a Irán, que apoya a Hamas, Hezbollah y a los rebeldes chiitas hutíes de Yemen.
Hoy, los hutíes reivindicaron haber lanzado un ataque con drones contra Israel como acto de represalia por sus bombardeos en Gaza.
"Estos drones pertenecen al Estado de Yemen", afirmó Abdelaziz bin Habtour, primer ministro nombrado por los rebeldes que controlan parte del país árabe y están enfrentados contra el gobierno reconocido por la comunidad internacional, informó la agencia de noticias AFP.
El Ejército israelí dijo que hoy derribó un drone sobre su espacio aéreo sobre la ciudad de Eliat, en el mar Rojo, sin dar más detalles. Este mes, un barco estadounidense interceptó en el mar Rojo tres misiles de crucero y varios drones lanzados hacia Israel por los hutíes de Yemen.
Jonathan Conricus, un vocero del Ejército israelí, dijo hoy que las operaciones terrestres en Gaza, que comenzaron días atrás, se centran en el norte del territorio, incluyendo Ciudad de Gaza, a la que describió como "el centro de gravedad de Hamas".
Conricus dijo que unos 800.000 palestinos acataron las órdenes del Ejército israelí de huir de la parte norte de la franja hacia el sur.
Sin embargo, decenas de miles de personas permanecen en Ciudad de Gaza y sus alrededores, y se espera que las bajas aumenten en ambos bandos a medida que la batalla avanza hacia barrios densamente poblados.
Fuente: Télam