Sofía pudo poner en palabras lo que vivió cuando era niña: reiterados abusos por parte de un amigo de la familia. Sin embargo, para la policía no hay pruebas y pasó mucho tiempo entre los hechos y la denuncia.
Hace dos días, ella se acercó a la comisaría y contó distintas situaciones de abuso sexual que vivió hace 20 años , cuando era una niña. Esos acontecimientos que comenzaron como un "juego" propuestos por el abusador fueron tomando otras dimensiones con el correr del tiempo. Los recuerdos que la víctima tiene alcanzan tres largos años de abusos.
"El abuso duró entre los 7 y 10 años. Él fomentaba los juegos , me tocaba todo el tiempo. Primero fueron masajes pero después regresó. Me di cuenta que le tenía miedo, ¿quién me iba a creer?", cuenta la víctima en De12a14.
Después de 48 horas, Sofía se entera que su denuncia, la que le llevó 20 años realizando por el dolor y la angustia que causa cualquier acto de abuso, acoso y / o violencia hacia las mujeres, quedó desestimada . Los motivos no tienen lógica y carecen de perspectiva de género.
"Dijeron que aunque los casos de abusos sexuales no prescriben, como recién me animo a hablarlo y ya pasaron entre 17 y 20 años, a él no le aplica la ley. La ley nueva no rige para abusadores de antes" , afirma la joven.
El abusador era un amigo de la familia. Sofía se crió con los hijos de él, pero esto no fue motivo para que él se detenga. "Lo hizo con sus hijos presentes, en la misma habitación mientras ellos jugaban en la computadora. Nos hacía hacer fila, me tocaba la cola, me besaba el cuello".
Además de remisero y taxista, este señor era electricista. En la casa de Sofía la electricidad siempre fue un problema, se quedaban sin luz bastante seguido por lo tanto acudían a él para solucionarlo: "Me masturbaba mientras yo dormía, metía su mano en mi pantalón", recuerda la joven con la voz quebrada.
Al recibir el llamado de una fiscal contando los absurdos motivos por los cuales su denuncia será dada de baja, Sofía decidió descargar su angustia en redes sociales porque asegura que después de 20 años se pudo dar cuenta que "había un patrón, un plan para aprovecharse" de menores y estaba segura que había más personas víctima del mismo abusador.
Y no se equivocó. Pasaron dos horas de la publicación y muchas otras mujeres se contactaron con ella para contarles que habían vivido lo mismo. Un dato más: todas eran menores de edad cuando los abusos ocurrieron y todas identificaron al mismo abusador.
Otra de la denuncia se comunicó con El Tres y contó que a la hora de ir a la comisaría llevó semen del acusado como prueba pero aún así le desestimaron la denuncia y le recomendaron que vaya al psicólogo.
Las dudas que tiene Sofía son las mismas que las de las otras víctimas: ¿Cuántas mujeres pasaron por lo mismo? ¿Alcanzan 48 horas para investigar una denuncia de abusos que perduraron durante 3 años?
Para finalizar, es importante mencionar que no existe un tiempo correcto para hablar, cada víctima pone en palabras sus dolor cuando puede y que la justicia debería ser la primera en entenderlo.