Uno de los factores más críticos al que las empresas nos enfrentamos es la inestabilidad macroeconómica, que genera un clima de incertidumbre. Las empresas, a pesar de la resiliencia y voluntad de invertir en tecnología e infraestructura, enfrentan la cruda realidad de un financiamiento escaso, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que son vitales para el crecimiento del país.
"Sin una inversión adecuada, el desarrollo y la expansión se ven limitados".
Según el informe de octubre 2024 que presentó la UIA, el crédito interno al sector privado es solo del 6%, la mitad del crédito disponible es para empresas y es de corto plazo. Ante este contexto 8 de cada 10 empresas usa capital propio debido a la falta de financiamiento externo.
La carga fiscal en Argentina ronda el 52%, las industrias argentinas se ven atrapadas en una maraña de impuestos y contribuciones que erosionan su capacidad de inversión.
"Es preocupante ver cómo, en lugar de fomentar la competitividad, el sistema fiscal se convierte en un obstáculo".
En el país tenemos futuro porque la base industrial está, pero si no se toman medidas urgentes, nos arriesgamos a perder el motor de crecimiento que representa la industria nacional. Es un llamado a la acción que no puede ser ignorado. Es vital que el gobierno y los actores económicos trabajemos juntos para crear un marco fiscal equilibrado que incentive la inversión y potencie el crecimiento. Reducir el gasto y por consecuencia los impuestos, especialmente aquellos que distorsionan el mercado, es un paso crucial para que las empresas locales puedan competir en igualdad de condiciones en el escenario global.
La logística, un componente esencial para la competitividad, también se encuentra en un estado precario, sin inversión, poco mantenimiento y con costos que superan en un 43% la media latinoamericana. Las cifras son alarmantes: exportar e importar resulta significativamente más caro que en otras naciones, lo que pone a las empresas argentinas en una desventaja insostenible.
"El país se enfrenta a serios desafíos para mover sus productos, tanto a nivel interno como externo".
A pesar de las adversidades, las empresas y la industria argentina muestra un compromiso admirable y constante ya que, de manera continua, buscamos mejorar los procedimientos, los productos y la calidad final ofrecida. Sin embargo, para garantizar el futuro de las PyMEs y la competitividad del país, es esencial nivelar la cancha antes de abrir la economía. Solo con una estructura tributaria más justa y competitiva, Argentina podrá capitalizar su potencial y convertirse en un jugador relevante en el comercio internacional. La hora de actuar es ahora; no podemos permitir que se apague el motor de nuestra economía.
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