El proyecto a cargo de la constructora local BBZ, busca levantar una torre residencial, con un local comercial en planta baja y cocheras. El predio tiene una superficie de 483 m2 y se encuentra en calle San Martín al 300, entre Catamarca y Tucumán. La edificación donde se propone este proyecto cuenta con un alto grado de protección histórica asignado por el municipio y constituye una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Poco queda del esplendor que supo tener el Hotel Britannia el cual se encuentra en estado de abandono tras haber perdido la habilitación para funcionar como pensión.
El objetivo que persiguen los dueños de la propiedad es poner en valor al hotel en su entorno devolviéndole el protagonismo que tuvo en sus mejores épocas. Y así restaurar sus elementos de interés patrimonial, hoy deteriorados por el paso del tiempo. Para eso buscan adecuar los espacios interiores a los requerimientos de habilitabilidad necesarios para el desarrollo de actividades, además de la recuperación de la higiene, seguridad y urbanidad del entorno.
En la actualidad, el lugar se encuentra en regular estado de conservación y requiere revisiones estructurales y reparaciones ornamentales. Las habitaciones quedaron vacías y el edificio se encuentra deshabitado, en estado de ruinas y deterioro constante. En su interior aún se conservan el ascensor y la escalera original en su hall principal. Ambos elementos son importantes a la hora de poner en valor el edificio.
La intervención se proyecta con una torre en 14 pisos, de superficie a construir total de 3715,85 m2 entre dependencias, cocheras y sectores semicubiertos. Propone 34 departamentos, 14 espacios para estacionar y un local comercial. El proyecto alcanza una altura de 45 metros.
Ejecución de la obra
La ejecución se plantea en dos etapas de construcción, una de demolición parcial del inmueble existente, sobre el que se debe mantener intacto el espacio considerado como patrimonio histórico, y otra etapa que es la que corresponde a la construcción del edificio, refuncionalización y reconstrucción del sector a conservar del inmueble.
La planta baja propone accesos independientes, ingreso principal con hall y acceso vehicular. Esto incluirá el mantenimiento de la fachada e interior hasta el claustro, ascensor, escalera y la cúpula. A su vez, contempla reformas internas necesarias dentro de los departamentos para rehabilitarlos.
Según consta en el expediente del proyecto, se plantea llevar a cabo la construcción en un período de tres años, que abarcaría entre el 2023-2025. El proyecto propone ejecutarse con metodología tradicional de la construcción y en etapas: etapa de demolición, construcción y funcionamiento.
La historia
El Hotel Britannia se construyó a principios de 1900. El proyecto respondió a la necesidad de brindar hospedaje al personal ejecutivo británico, que realizaba la instalación del Ferrocarril Central Argentino.
Por entonces la ciudad se estaba construyendo y era un polo de atracción para inversores. Sobre planos de Fausto Galacchi y del canadiense, de origen escocés Mr. Duncan Cameron la construcción fue encargada a la empresa del arquitecto suizo, Alejandro Máspoli. Nacido en Lugano, hacia 1880 Máspoli, conformó la empresa Máspoli y Cía, dedicada a construir edificios y casas de renta.
Además del hotel Britannia fueron los encargados de levantar el Hotel Savoy, el Banco Francés y La Bola de Nieve, edificios emblemáticos de la ciudad.
Si bien nunca fue concebido como un hotel de lujo, contaba con 40 habitaciones con luz eléctrica, baños en cada piso, poco frecuente en aquella época. Su cocina fue reconocida por su excelente calidad. Entre sus huéspedes se contaron encumbrados comerciantes, del negocio inmobiliario y las finanzas.
Isaac Newell estuvo viviendo en el hotel por más de dos décadas y en sus salas se llevaron a cabo las reuniones y los estatutos fundantes del Colegio San Bartolomé.
Una mole de ladrillos muertos
Según advierten quienes están detrás del proyecto, además de la desvalorización estética de la zona, el inmueble en franco deterioro alberga alimañas, y debido a las malas condiciones edilicias en las que se encuentra, con el paso del tiempo se volverá “irrecuperable y sería coartada la posibilidad de recuperar el valor patrimonial”.
“El hotel que compró mi abuelo hace aproximadamente 80 años terminó siendo una pensión y cuando se cayó la habilitación, el edificio quedó caduco y no era habilitable para nada. Nosotros fuimos a la municipalidad y hemos hablado con todas las administraciones. Hace años que venimos buscandolé la solución a esta protección”, explica a Eco365 Guillermo Serpellini, dueño de la propiedad.
Fue durante la pandemia que Serpellini se acercó al director de obras públicas para plantearle la situación crítica del inmueble. Gestiones mediante, los interesados pudieron avanzar con el área de Planeamiento y de Patrimonio Histórico de la ciudad para darle forma al proyecto que llevaría a cabo la constructora local.
“Esperamos que se apruebe en el Concejo para que no siga corriendo riesgo el edificio ni el entorno. Eso tan lindo que queremos para la ciudad que no lo tomen, que podamos aprovechar de nuestra propiedad privada que la dejamos tres años parada y que BBZ no se desaliente y siga para adelante”, cierra el impulsor de la propuesta.
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