BASF redobla su apuesta por el agro argentino con un modelo que combina tecnología de punta, sustentabilidad y cercanía con el productor. Así quedó claro en la segunda Jornada Regional 2025, organizada por la compañía en su Centro de Desarrollo Tecnológico de San Jerónimo Sud, Santa Fe, con la presencia de productores, técnicos, asesores locales y de Ecos365.
La iniciativa, que se realiza a campo, tiene un enfoque claro: entender los desafíos reales de cada zona productiva y ofrecer soluciones integradas que combinan semillas, tratamiento, protección de cultivos y herramientas digitales, para maximizar el rinde con menos impacto ambiental.
“Estos encuentros están pensados para estar cerca del productor, entender su realidad y acompañarlo durante toda la campaña con soluciones que respondan a sus necesidades”, afirmó Leandro Regueria, Gerente Sr. de Desarrollo Técnico de Mercado. “Cada zona tiene su lógica, y por eso trabajamos con propuestas adaptadas para facilitar el manejo de los cultivos de principio a fin”.
Entre las herramientas destacadas se presentaron productos recientemente lanzados en Argentina, como el herbicida Voraxor, el fungicida Melyra y el inoculante HiCoat Dry, además de nuevas variedades de semillas: soja Credenz, girasol InSun y maíz BASF, junto con híbridos como BASF 5575 VT Triple PRO y 5747 VIPTERA 3 CL, que combinan alto rendimiento y estabilidad.
“En semillas tenemos una estrategia de crecimiento continuo, con tecnologías como Enlist y Conkesta en soja, VIPTERA3 en maíz y Clearfield en girasol. Este año sumamos nuevos maíces y un girasol experimental que entusiasma por su potencial”, explicó Aimar Pena, Gerente de Marketing de Semillas de BASF.
Otro eje fuerte fue la digitalización. La plataforma xarvio® FIELD MANAGER presentó su nueva funcionalidad de Mapeo Digital de Malezas con drones, una herramienta precisa y sustentable que ya registra 2,7 millones de hectáreas y más de 6.100 usuarios en el país. Esta tecnología permite decisiones más informadas y eficientes en el manejo de lotes.
Fuerte apuesta
Detrás de este despliegue hay una apuesta estructural. BASF invierte más de €900 millones anuales en investigación y desarrollo agrícola, una cifra que sostiene desde 2022 y que le permitirá lanzar ocho nuevos ingredientes activos en protección de cultivos antes de 2030. Desarrollar un solo producto puede demandar entre 10 y 12 años y superar los €300 millones de inversión, combinando ciencia de alto nivel con pruebas a campo.
La Estrategia de Soluciones para la Agricultura de BASF pone al productor en el centro, con decisiones que integran sustentabilidad, rentabilidad e innovación tecnológica. La meta no es solo mejorar la productividad, sino hacerlo con responsabilidad ambiental y conciencia social, conectando al campo con la comunidad y el futuro.
En un contexto desafiante para la agroindustria, donde la eficiencia, la trazabilidad y el impacto ambiental se volvieron ejes críticos, BASF deja claro que el campo puede ser el escenario principal de la innovación. Y que el futuro, lejos de estar en el laboratorio o en las grandes ciudades, se siembra a campo, se gestiona con datos y se cosecha con inteligencia.
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