El cierre de las sucursales en Rosario fue el punto de inflexión para que el Gobierno nacional interviniera en el prolongado conflicto de Garbarino, empresa que arrastra una deuda cercana a los $2.253 millones y que hace tiempo amenaza con desaparecer si no consigue inversores. Este miércoles está prevista una reunión en Buenos Aires para analizar el tema.

Este martes los cuatro locales de la casa de electrodomésticos en Rosario amanecieron otra vez cerrados, sin que se les diera ninguna explicación a los trabajadores. Esto llevó a Empleados de Comercio a realizar una encendida manifestación en la puerta del ubicado en la peatonal Córdoba, denunciando que se trataría de una maniobra patronal.

“El problema no es en Rosario puntualmente sino en todo el país. La empresa presiona con cierres en distintas provincias para lograr alguna asistencia de Nación”, señaló Juan Gómez, secretario general de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario (AER). En este marco, el dirigente destacó que sólo con abrir los locales de los shoppings se podría reunir el monto suficiente para ponerse al día con los 56 empleados rosarinos, a quienes les adeudan casi dos meses y bonos. De hecho sólo percibieron $4.700.

Sobre la situación local, primero se dijo que la empresa estaría buscando locales más pequeños para garantizar su continuidad, debido a que apuesta mayoritariamente por la venta online. Sin embargo más tarde corrió el rumor de que la salida de la ciudad era definitiva. “Por ahora son todas versiones, no tenemos ninguna comunicación oficial de Garbarino y estamos exigiendo que la brinde”, dijo Gómez a Ecos365.

De allí la importancia de la reunión que mantendrán las partes este miércoles en la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación, en Buenos Aires. “Está previsto que se analice la situación de Rosario, así como también la de otras localidades donde hubo cierres, las deudas totales de la empresa y las que tiene con los trabajadores”, enumeró el dirigente. Mientras tanto la compañía sigue vendiendo a través del canal digital en la ciudad, y en pleno Hot Sale, distribuye la mercadería con empleados de San Nicolás.

Cabe recordar que la empresa cambió de dueños en junio pasado, cuando quedó en manos de Carlos Rosales, que asumió la conducción con un rojo de $2.240 millones. Luego de reducirla a menos de $2.000 en marzo, las restricciones por la segunda ola y la crisis económica volvieron a complicar la cadena de pagos, elevándola a $2.253 millones.

Fuentes del sector indicaron que mientras busca un socio comercial o un comprador definitivo, está virando su negocio hacia el comercio electrónico, lo que explicaría estos cierres de locales físicos. Mientras tanto se menciona a Facundo Prado, propietario de Supercanal Arlink, como interesado en adquirir el holding que además de la cadena Garbarino, incluye Garbarino Viajes, Compumundo y una ensambladora en Tierra del Fuego.