Caída del riesgo país y recuperación del crédito privado: ¿señales de estabilidad en la economía argentina?

La baja en el riesgo país y el repunte de la industria en agosto podrían marcar un punto de inflexión para los inversores. Sin embargo, sectores como la construcción aún enfrentan desafíos importantes

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El riesgo país es uno de los indicadores más seguidos por los inversores que evalúan el panorama económico argentino. En esta oportunidad, el índice rompió la barrera psicológica de los 1.200 puntos, alcanzando los 1.193 puntos básicos. Este descenso marca un cambio significativo, considerando que hasta hace poco el índice superaba ampliamente esta cifra. El movimiento de la renta fija soberana, que ha ganado un 13,3% en los primeros ocho días de octubre, refleja la mejora en las expectativas de los mercados.

Sin embargo, es fundamental entender cómo este tipo de indicadores impactan en las decisiones de inversión y en el día a día de las empresas. Una baja en el riesgo país mejora las condiciones para el acceso a financiamiento internacional, abaratando los costos del crédito para el país y, por consiguiente, para las empresas que dependen de líneas de financiamiento externo. A su vez, un riesgo país más bajo podría reactivar proyectos de inversión postergados y atraer nuevo capital al país, principalmente en sectores como la construcción y la industria, que actualmente enfrentan desafíos importantes.

Durante agosto, la producción industrial mostró signos de recuperación, creciendo un 1,5% mensual, acumulando un 8,8% de alza en dos meses. Este repunte marca el mayor nivel de producción desde diciembre del año pasado, aunque sigue mostrando una caída interanual del 13,6%. La mejora reciente en la industria podría estar ligada a un aumento en la demanda interna y a una mayor disponibilidad de crédito privado, que creció un 7,7% mensual en términos reales.

No obstante, las perspectivas para septiembre son mixtas. Mientras algunos indicadores anticipan una leve mejora en ciertos sectores, otros advierten sobre posibles nuevas caídas, en parte por las dificultades que enfrentan las empresas locales para obtener insumos a precios competitivos y el impacto de la inestabilidad cambiaria.

En cuanto a la construcción, el panorama es más complicado. En agosto, el sector sufrió una contracción del 2,9% mensual, interrumpiendo cuatro meses consecutivos de crecimiento. Esta caída se suma a una contracción del 26% interanual, lo que refleja el difícil momento que atraviesa tanto la obra pública como la privada. Sin embargo, existe una esperanza de que el blanqueo de capitales, que incentiva la inversión en desarrollos inmobiliarios, tenga un efecto positivo en el último trimestre del año, reactivando proyectos que hasta ahora habían estado en pausa.

Dinámica monetaria y créditos: un respiro para las empresas

En términos de política monetaria, la base monetaria se expandió un 1,6% en septiembre en términos reales, una cifra moderada en comparación con los meses previos. El control en la expansión monetaria ha sido clave para evitar presiones inflacionarias adicionales, algo que afecta directamente la estructura de costos de las empresas.

Por otro lado, el crédito privado experimentó un crecimiento significativo, con un aumento de los préstamos personales del 13,8% mensual y de los hipotecarios del 14,2% mensual. Esta reactivación en el crédito es crucial para las empresas, ya que les permite financiar nuevas inversiones y cubrir capital de trabajo en un contexto económico aún incierto.

Adicionalmente, la Cuenta Especial de Regularización de Activos (CERA), que facilita el blanqueo de capitales, ha acumulado un saldo de USD 11.900 millones, superando al blanqueo de 2016. Este saldo podría destinarse a proyectos inmobiliarios y otras áreas productivas, inyectando liquidez en sectores clave de la economía.

El mercado cambiario y las reservas: una estabilidad relativa

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha mantenido una racha positiva en sus intervenciones cambiarias, registrando compras netas por USD 39 millones en la jornada de ayer, lo que le permitió acumular USD 548 millones en lo que va de octubre. Esta cifra contrasta fuertemente con el saldo negativo de USD 260 millones que registraba a la misma altura del mes anterior. A pesar de esto, las reservas internacionales cayeron en USD 175 millones, ubicándose en USD 28.388 millones.

En cuanto al dólar, el tipo de cambio oficial cerró en $975,9, con un ritmo de devaluación mensualizado del 1,3%. Los dólares financieros, como el MEP y el CCL, también tuvieron una jornada a la baja, con una reducción del 1,3% y del 0,6% respectivamente. Esto llevó las brechas cambiarias con el dólar oficial a 20% y 24%.

Este contexto cambiario, en el cual el BCRA ha logrado acumular reservas y estabilizar el dólar financiero, es una señal positiva para las empresas locales, que ven cómo la volatilidad en el tipo de cambio comienza a reducirse, facilitando la planificación financiera y las operaciones de comercio exterior.

En el mercado de renta fija, los bonos soberanos en dólares mostraron una suba del 1,4%, continuando con la tendencia alcista de los últimos días. Este comportamiento responde en gran medida a la mejora en las expectativas del mercado respecto a la deuda argentina, con las paridades de los bonos promediando el 57,7%. La recuperación de la renta fija soberana está estrechamente ligada a la baja en el riesgo país y a la estabilidad cambiaria que se ha logrado en los últimos días.

El Merval, por su parte, registró un alza del 1,0% en moneda local y del 1,2% en dólares CCL, impulsado principalmente por el sector bancario, con subas destacadas en Macro y BBVA, que aumentaron un 4,0%. Este rendimiento positivo del mercado bursátil refuerza la idea de que los inversores están recuperando la confianza en los activos argentinos, lo que podría generar un efecto positivo en la inversión privada a mediano plazo.

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