El escándalo en torno a la exención médica que recibió Novak Djokovic para disputar el Australian Open, pese a no estar vacunado contra el coronavirus, sumó un nuevo capítulo este miércoles. El gobierno australiano no lo dejó ingresar al país para jugar el primer Grand Slam de la temporada.
Inicialmente, las autoridades locales retrasaron su salida del aeropuerto tras los interrogantes que existen en torno a la evidencia que respalda su permiso especial y también al detectar potenciales problemas con la visa solicitada.
El diario australiano The Age informó que el avión que trasladaba al serbio, número 1 del ranking ATP, aterrizó alrededor de las 23.30 en el Aeropuerto Internacional Tullamarine de Melbourne, Victoria, pero el deportista no fue habilitado a traspasar las fronteras de migraciones.
Srdjan Djokovic, padre de Novak, confirmó a "B92" que Nole se encontraba aislado en una habitación sin acceso a su teléfono móvil y custodiado por dos guardias de seguridad.
Tennis Australia, al mando de la organización del torneo, confirmó que la gran mayoría de las solicitudes que recibieron para exenciones médicas por parte de los jugadores fueron realizadas por personas que tuvieron coronavirus en los últimos seis meses.
El diario The Age, que replicó las versiones de tres fuentes de alto nivel que decidieron brindar información en off the récord, aclaró que era “muy probable” que la exención a Djokovic haya sido otorgada “por ese motivo”.
Sin embargo, el gobierno federal tenía dudas en torno a si existe la documentación adecuada para demostrar la argumentación de su exención, evidencia que debe ser presentada en las fronteras por aquellos que no están vacunados.
“Tiene que probar que no está vacunado por motivos médicos. Si las pruebas son insuficientes, se lo tratará igual que a los demás y se irá de vuelta en el siguiente avión", había dicho el primer ministro, Scott Morrison.
Luego, Greg Hunt, ministro de Salud de Australia, confirmó que Djokovic no pudo demostrar pruebas suficientes para ingresar al país.
Así, después de siete horas retenido en una habitación, custodiado por dos policías y sin la posibilidad de utillizar el móvil, fue informado que no cumplió los requisitos para pisar suelo de Melbourne.
De esta forma, el campeón de 20 Grand Slam, nueve de ellos en Australia, se queda sin la opción de defender un título que había ganado en las últimas tres ediciones.