El que avisa no es traidor, dice el refrán. Y el Banco Nación le avisó a Vicentin. Y como el destinatario del aviso no hizo caso, el banco accionó. ¿Qué ocurre? Esa entidad financiera pública, principal acreedora de la cerealera santafesina, había avisado que si los accionistas aprobaban el balance 2019 que presentó el directorio, ellos irían a la Justicia para denunciarlo penalmente porque entienden que sus números no son reales. Como los accionistas validaron la semana pasada los estados contables del año pasado, el Banco Nación se presentó ahora en la Justicia provincial contra la malograda empresa, que le debe 300 millones de dólares.
En concreto, el banco inició una acción ante la Fiscalía de Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación, a cargo de la Dra. Mariela Jiménez, al entender que podría existir el delito de “balance falso”, como lo tipifica en artículo 300 del Código Penal. Es por eso que la querella pide a los autores, cómplices y encubridores del presunto delito.
En el balance, la empresa señala que en un año su patrimonio neto pasó de 30 mil millones a ser negativo en 17 mil millones. También que ese año perdió $52 mil millones, cuando el anterior venía de ganar $2 mil millones, entre otros datos que levantaron polémica por la caída que tuvo en 2019 cuando a mediados de ese año aseguraba estar en óptima situación.
La presentación del balance de Vicentin fue objetada por todos sus acreedores y los números que arrojó no convencieron a nadie. Incluso, los bancos internacionales (a los que la agroexportadora les debe u$s500 millones) también fueron al MPA a denunciar a los directivos por fraude y estafa.
Es más, el contenido de la denuncia de los bancos -que circula entre todo los entendidos en la causa- es la comidilla del momento, ya que muestra que entre julio y octubre desaparecen u$s1.000M del balance.
En ese sentido, el anuncio que hizo la empresa de que contrató a un banco de Nueva York para que la asesore en la venta y el recambio de directores que definió en la asamblea fue calificado por acreedores como cortina de humo para correr el centro de atención del polémico balance.
Un balance que fue presentado recién cuando debía haber acompañado la presentación de la convocatoria de acreedores en febrero, irregularidad que avaló el juez Fabián Lorenzini y que le otorga fuerza al intento de que el concurso se saque de Reconquista para que se tramite en la Justicia de Rosario.
Más allá de la cuestiones penales (un frente que claramente se le complicó porque los denunciantes ya dejaron de ser acreedores comerciales sino peso pesados), que el principal acreedor individual (Banco Nación) y el principal grupo acreedor (banos privados) estén tan con los tapones de punta muestra que el escenario para negociaciones que impliquen un acuerdo de venta y capitalización de acreencias está más que trabado.
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