Los vinos de altura son aquellos elaborados utilizando uvas cosechadas a más de 800 metros sobre el nivel del mar. En Argentina existen distintas zonas que cumplen con este requisito, a la vez que florece un nuevo paradigma que invita a adentrarse en las profundidades de cada zona geográfica para sacar la mayor cantidad de beneficios, a diferencia de aquella vieja tradición de realizar un mismo tipo de vino en cualquier región.

En Rosario, Artemio Vinotecas distribuye, desde 1990, distintos tipos de vinos y bebidas. Entre los mismos se incluyen los de altura, con predominancia de aquellos creados en la región de Cafayate (Salta) y Valle de Uco (Mendoza)

En diálogo con Rosario3, Manuel, responsable de las vinotecas, detalló: “En principio, es importante resaltar que los vinos que se dan en altura gozan de mayor salubridad por la tierra, la cantidad y calidad de oxígeno, por la menor cantidad de humedad y, en tal sentido, por menos plagas contra las que hay que lidiar”.

Vinos de Altura

Si bien Mendoza es la región emblemática en cuanto a cantidad de bodegas de producción nacional, donde también se pueden encontrar viñedos de gran altura como sucede con los del Valle de Uco, la región de Cafayate (Salta), con alturas superiores a 1600 metros, es aún más representativa en este sentido”.

Distintas y reconocidas bodegas se alojan allí. Algunas de ellas son Bodega Cafayate, Piatelli, El Esteco y Yacochuya. Incluso está Colomé, considera la bodega más alta del mundo, con viñedos por encima de los 3000 metros de altura.

De este modo, la baja humedad y la gran amplitud térmica, sumado a la calidad del agua, genera mayor salubridad en los viñedos. “También hace que sean vinos más tánicos, más complejos, porque el hollejo -la piel de la uva- contiene capas más gruesas que cubren y protegen a la uva ante las inclemencias climáticas, haciendo que se traslade más tanino al vino, teniendo mayor complejidad y logrando que sean vinos más intensos y duraderos”, indicó Manuel.

El Terruño

En Europa, los vinos son reconocidos por llevar las características de cada región (como por ejemplo el Rioja). A diferencia del viejo continente, Argentina supo identificarse más con las costumbres norteamericanas que, justamente para diferenciarse y lograr competir en el mercado internacional, optaron por identificar sus vinos según variedad de uvas (cepas), más que por la región donde se cosechen.

“Sin embargo y desde hace un tiempo, Argentina viene insistiendo en darle mayor importancia al terruño, más en línea con lo que sucede en Europa. Hay características propias de cada región, como el suelo, el clima o la cercanía al mar, que hacen que determinadas uvas se expresen mejor en una u otra zona”, explicó Manuel.

Y agregó: “En Cafayate se logran cepas, como el tanat en uva tinta y el torrontes en uva blanca, que son muy representativas de la región. Por ejemplo, todas las bodegas de Salta que trabajamos en Artemio tienen su variedad torrontes, y eso no es casual, sino que responde a esta lógica de expresividad propia de cada terruño”.

Si se consideran las dificultades mayores que implica radicar un viñedo y una bodega en estos suelos y a esta altura, es aun más meritorio de reconocimiento el trabajo que realizan. “No nos olvidemos que, para ello, hay que asegurar sistemas de riegos, logística de transporte y trabajo humano en condiciones y paisajes que pueden ser muy complejos”, concluyó.

Artemio Vinotecas cuenta con una distribuidora mayorista en San Luis 3368, a la vez que con dos vinotecas para venta minorista en zona centro y norte de la ciudad. Hace un año, se mudó el local histórico de zona norte de la ciudad y reabrió sus puertas en calle José C. Paz 1976; y, hace sólo un mes, sucedió lo propio en el centro rosarino, con reapertura en Italia 707.

Pueden realizarse pedidos online o solicitar asesoramiento por medio de sus redes sociales (Instagram @artemiovinotecas y Facebook @artemiovinoteca).