La industria de la moda se enfrenta a una nueva pregunta que, tal vez, muestre un cambio de paradigma. En este último tiempo y a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, el calendario de desfiles sufrió una gran fragmentación, a la vez que la cadena de suministros se vio y se ve ralentizada y el futuro se muestra totalmente incierto respecto de las preferencias en el consumo. Todo ello apunta hacia una gran posible respuesta: el fin de las tendencias efímeras y un boom de lo atemporal.
El Virtual Design Festival, primer festival de diseño del mundo online producido por la revista Dezeen y que se realizó entre abril y julio de 2020, contó con distintos expertos que brindaron charlas y conferencias. La pronosticadora de tendencias Li Edelkoort fue una de las voceras que supo enlazar lo sucedido con el nuevo coronavirus y el mundo de la moda. La necesidad de frenar con la vorágine de tendencias efímeras era un hecho innegable.
Grandes marcas de la industria mundial supieron hacer lo propio firmando peticiones para frenar esta necesidad constante de renovar completamente las temporadas, buscando correr hacia lo atemporal. Si bien es cierto que las tendencias ayudan a potenciar la necesidad de novedad, el paradigma queda obsoleto cuando se entrecruzan otros discursos como los de las redes sociales que son aún más efímeros. Sin embargo, todo debió frenar obligatoriamente con la llegada del nuevo coronavirus. Lejos de ser un problema, la cuestión es analizada por los expertos como la real oportunidad para cambiar este sistema ya insostenible.
Perseguir pequeñas tendencias e ir en busca de la novedad minuto a minuto, se vuelve una situación enfermiza e imposible. La pandemia permite pensar, reflexionar y elegir de manera más consciente. Así aparece la figura de las "macrotendencias", que no son más que tendencias pero a nivel global y longevo. Se asocian a los cambios sociales, estilos de vida y culturas.
La "moda atemporal" se ajusta perfectamente a distintos cambios: el clima meteorológico y lo socioeconómico son los grandes pilares. Muchas marcas decidieron romper con la costumbre de las cuatro temporadas, mostrando colecciones bianuales incluso por fuera de los calendarios de desfiles tradicionales. De hecho, a fines de agosto, algunas firmas se sumaron a presentar sus colecciones en "offerings". También, en Ucrania, se celebró la No Season Season (la temporada sin temporada), mostrando las ventajas de esta cuestión.
Todo esto abrirá aún más la puerta hacia la creatividad como forma de vida. Innovar y crear serán las grandes bases para las firmas de moda, que deberán regirse por sus propios criterios dejando de lado la imperiosa necesidad de la primicia y lo efímero como protagonistas.