Las y los expertos señalan que las uñas quebradizas, escamadas, con curvaturas o débiles no mejorarán solo con aplicar acrílicos, geles o productos por motus propio. Si bien surgieron distintos esmaltes con fórmulas fortalecedoras, una uña verdaderamente dañada requiere de otro tipo de atención.
En este aspecto, algunos trastornos como la psoriasis o eccema pueden ser los causantes de uñas picadas y, por este motivo, lo primero que debe realizarse es una consulta médica con especialistas en dermatología. Las uñas picadas también pueden vincularse a una alopecia areata, una enfermedad autoinmunitaria que también causa la caída de pelo; asimismo, las uñas con curvaturas cuyos bordes se encuentran hacia arriba, son un síntoma de coiloniquia que puede indicar deficiencia de hierro. A la vez, puede tratarse de hemocromatosis, una problemática de origen hepático.
La diabetes e insuficiencia cardíaca también pueden generar uñas blancas o uñas de Terry. Además, los fortalecedores o adhesivos para uñas pueden generar que las mismas comiencen a separarse, por lo que será importante la evaluación profesional.
Prestar atención para consultar
Si bien la moda de aplicar geles y acrílicos está en auge, no todas las uñas pueden recibirlos y, mucho menos, hacerlo para cubrir los daños generados por la constante aplicación de estos productos.
Lo más importante es descartar cualquier condición médica o problema dermatológico para recibir tratamiento y que, con un diagnóstico efectivo, la manicura pueda ayudar a darle forma a las uñas de la mejor manera y aconsejar si tal vez esa persona no puede utilizar todos los tipos de geles que hay.
