La decoración con cuadros permite darle un toque diferente al espacio que los contenga. Al tratarse del ingreso al hogar, incluso si se define el ambiente por medio de la creación de un recibidor, los cuadros generarán aún un mayor impacto.
Puede utilizarse uno o varios, de diversos tamaños y combinar (o no) la temática de los mismos, tanto entre sí como con el ambiente o resto de muebles. Es por ello que las y los expertos sugieren algunos lineamientos para saber qué y cómo colocarlos:
-Cuadros pequeños y con una misma temática: Una de las opciones más clásicas es optar por dos o tres cuadros que, si bien sean diferentes entre sí, respondan a una misma temática. Las plantas o símbolos orientales suelen ser los más elegidos.
-Distribución según el espacio: Los cuadros pueden ayudar a crear efectos visuales según su ubicación. Por ejemplo, si al ingresar al hogar hay una escalera, pueden ubicarse dos o tres cuadros en forma vertical entre sí para crear un efecto de mayor altura.
-Fotos en blanco y negro: Otra opción es implementar una seguidilla de fotos en blanco y negro, preferentemente con marcos grises para impactar más el efecto de no color de las imágenes.
-Mismas medidas que los muebles: Un aspecto que genera coherencia y armonía es que el cuadro sea igual de grande que el mueble, sobre todo si se ubica sobre el mismo.
-Seguir los tonos de los muebles/ambiente: Para crear un ambiente armónico, una buena opción es colocar cuadros con mismas tonalidades que el mobiliario del espacio o las paredes del mismo. Por ejemplo, si se trata de un ambiente con muebles naturales, optar por cuadros con tonos terrosos.
-Utilizar un cuadro grande que acapare la mirada: Crear un punto focal con un cuadro grande es uno de los principales atractivos de colocar cuadros en un recibidor. Se recomienda que sea de arte abstracto o con colores que brinden calidez y armonía para un impacto agradable.