Relajarse, disminuir el estrés y la ansiedad, olvidarse de las preocupaciones y distraerse son algunas de las ventajas que ofrecen las manualidades zen. Y sin dudas, desde hace varios años, los mandalas son los protagonistas. 

Según el portal modablogger.com, esta es una palabra tibetana que significa “aquello que rodea a un centro”. Por esta razón, se componen de figuras alrededor de un solo punto. 


Al pintar un mandala, no sólo estás poniendo en marcha tu lado creativo y fomentando tu concentración, sino que también, es muy útil para desarrollar la paciencia y vencer la rutina diaria. Además, para muchos, esta actividad es una forma de meditación con el objetivo de recuperar la atención.

Si te estás preguntando cómo dibujarlo, la respuesta es que no existe un modo correcto de hacerlo. Todo dependerá de tus ganas al momento de colorear. Sin embargo, como recomendación, tené en cuenta la simetría para elegir si utilizar lápices, acuarelas o ceras y en qué tonos.

Y con respecto a la idea de pintarlo desde afuera hacia el centro o viceversa, algunos también sostienen que sólo es el resultado de ese instante de creatividad, mientras que otros sustentan la idea de que, probablemente, buscás algo adentro tuyo o hay cosas que querés dar a conocer.